Redacción
Lunes, 16 de Junio de 2025
ARTESANÍA

La pasión de un orfebre

Soy amigo desde antiguo de Vicente Vaquero, con el compartí desvelos y preocupaciones en alguna de las más intensas etapas de mi vida.

 

Desconocía su cualidad de gran artesano, siendo un marquetista genial e inspirado; sacando de una humilde madera un sinfín de emociones, de latidos que la propia tabilla no tiene y que él con su alma, le pone con su corazón.

 

En esta pequeña muestra, sintetiza su zamoranismo, henchido de pulcritud y cariño a nuestra tierra. Viriato, Peromato, el añillo de San Ildefonso, el motín de la trucha, un verdadero acerbo de saber zamorano interpretado y pleno de sensibilidad.

 

Todo ello con la humildad, y la humanidad rebosante del autor, persona sencilla, grande espíritu y de corazón.

 

Sirvan estas breves líneas para rendirle un pequeño, cálido y merecidísimo homenaje, con mi admiración sentida y mi agradecimiento más profundo.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

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