CONSERVACIÓN
El Z! Live muestra el camino para el cuidado de la isla de Las Pallas todo el año, pero ¿hay voluntad?
El festival demuestra que la dejadez en nuestro pulmón verde tiene solución, si se quiere. Es hora de explotar su verdadero potencial
Como en ediciones anteriores, el Z! Live Rock Festival celebró su décima edición con un éxito rotundo. Calles, bares, restaurantes y alojamientos se llenaron de amantes de la buena música, un impulso económico que, se espera, se mantenga por muchos años. La Isla de Las Pallas, una vez más, sirvió de zona de acampada y "glamping" para miles de asistentes, con opciones variadas y asequibles.
Precisamente, el uso de la isla durante estos seis días forzó una medida excepcional que es, a la vez, un alivio y una dura crítica, la corta de hierba. Gracias al festival, se eliminó la abundante maleza acumulada tras un invierno de lluvias intensas. Una limpieza que, lamentablemente, no se realiza habitualmente, a pesar del evidente riesgo de incendios y los problemas que supone para un espacio tan utilizado, especialmente por quienes pasean a sus perros. Esta intervención evitó la proliferación de insectos y parásitos propios de la maleza, y previno que las mascotas sufrieran las molestas y peligrosas espigas en su pelaje o, peor aún, en sus oídos. Resulta indignante que la isla luzca impecable solo gracias a su uso temporal como zona de acampada.
Además, es importante destacar el comportamiento ejemplar de los asistentes al festival. Quienes han coincidido con ellos en establecimientos hosteleros o en la propia acampada confirman la ausencia de destrozos o basura en lugares indebidos. Los usuarios habituales de la isla, en su mayoría dueños de mascotas, no solo no tienen queja, sino que agradecen enormemente ver el espacio limpio y despejado de maleza. Esta actitud cívica debería servir de ejemplo.
Pero ahora es el momento de alzar la voz. La presencia del Z! Live y el cuidado puntual que propició obligan a señalar las carencias persistentes que la Isla de Las Pallas aún sufre y, sobre todo, su enorme potencial por explotar. Desde su rehabilitación hace más de treinta años, ha recibido pocas intervenciones significativas. La triste realidad es que los árboles jóvenes plantados hace apenas cuatro años, en un programa financiado por el ministerio, apenas han sobrevivido por falta de mantenimiento y riego.
Este espacio fluvial tiene la capacidad de ofrecer mucho más a la ciudad. Se podrían añadir puestos de pesca adecuadamente acondicionados, observatorios de aves para fomentar el turismo ornitológico y otras mejoras de actividades relacionadas con el río, como zonas de embarcaderos para piragüismo o rutas de senderismo fluvial. Con una inversión y mantenimiento adecuados, la Isla de Las Pallas podría convertirse en un verdadero motor de ocio y naturaleza para Zamora durante todo el año.
Es hora de que la Isla de Las Pallas reciba la atención que merece, no solo cuando un evento multitudinario la "fuerza" a estar presentable, sino de manera constante y proactiva. El Z! Live ha demostrado el potencial de este espacio, ahora es el momento de asegurar que este rincón crucial para el ocio y la naturaleza de Zamora tenga el cuidado que se merece durante todo el año, sin depender de eventos temporales para su dignidad y permitiendo que todo su potencial sea aprovechado.

Como en ediciones anteriores, el Z! Live Rock Festival celebró su décima edición con un éxito rotundo. Calles, bares, restaurantes y alojamientos se llenaron de amantes de la buena música, un impulso económico que, se espera, se mantenga por muchos años. La Isla de Las Pallas, una vez más, sirvió de zona de acampada y "glamping" para miles de asistentes, con opciones variadas y asequibles.
Precisamente, el uso de la isla durante estos seis días forzó una medida excepcional que es, a la vez, un alivio y una dura crítica, la corta de hierba. Gracias al festival, se eliminó la abundante maleza acumulada tras un invierno de lluvias intensas. Una limpieza que, lamentablemente, no se realiza habitualmente, a pesar del evidente riesgo de incendios y los problemas que supone para un espacio tan utilizado, especialmente por quienes pasean a sus perros. Esta intervención evitó la proliferación de insectos y parásitos propios de la maleza, y previno que las mascotas sufrieran las molestas y peligrosas espigas en su pelaje o, peor aún, en sus oídos. Resulta indignante que la isla luzca impecable solo gracias a su uso temporal como zona de acampada.
Además, es importante destacar el comportamiento ejemplar de los asistentes al festival. Quienes han coincidido con ellos en establecimientos hosteleros o en la propia acampada confirman la ausencia de destrozos o basura en lugares indebidos. Los usuarios habituales de la isla, en su mayoría dueños de mascotas, no solo no tienen queja, sino que agradecen enormemente ver el espacio limpio y despejado de maleza. Esta actitud cívica debería servir de ejemplo.
Pero ahora es el momento de alzar la voz. La presencia del Z! Live y el cuidado puntual que propició obligan a señalar las carencias persistentes que la Isla de Las Pallas aún sufre y, sobre todo, su enorme potencial por explotar. Desde su rehabilitación hace más de treinta años, ha recibido pocas intervenciones significativas. La triste realidad es que los árboles jóvenes plantados hace apenas cuatro años, en un programa financiado por el ministerio, apenas han sobrevivido por falta de mantenimiento y riego.
Este espacio fluvial tiene la capacidad de ofrecer mucho más a la ciudad. Se podrían añadir puestos de pesca adecuadamente acondicionados, observatorios de aves para fomentar el turismo ornitológico y otras mejoras de actividades relacionadas con el río, como zonas de embarcaderos para piragüismo o rutas de senderismo fluvial. Con una inversión y mantenimiento adecuados, la Isla de Las Pallas podría convertirse en un verdadero motor de ocio y naturaleza para Zamora durante todo el año.
Es hora de que la Isla de Las Pallas reciba la atención que merece, no solo cuando un evento multitudinario la "fuerza" a estar presentable, sino de manera constante y proactiva. El Z! Live ha demostrado el potencial de este espacio, ahora es el momento de asegurar que este rincón crucial para el ocio y la naturaleza de Zamora tenga el cuidado que se merece durante todo el año, sin depender de eventos temporales para su dignidad y permitiendo que todo su potencial sea aprovechado.
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