Zamora vive un Corpus Christi lleno de fe

El casco antiguo de Zamora se ha convertido este domingo en un auténtico altar al aire libre con la celebración del Corpus Christi, una de las festividades más sentidas y solemnes del calendario litúrgico local. Desde primera hora de la mañana, la ciudad se impregnó de un ambiente de recogimiento y devoción que tuvo como epicentro la Santa Iglesia Catedral, donde el obispo de Zamora presidió una eucaristía cargada de simbolismo. La posterior procesión con el Santísimo Sacramento, aunque afectada por un cambio de recorrido debido a las fiestas de San Pedro, conservó intacta su fuerza espiritual y su vocación catequética.

El obispo recordó en su homilía que la Eucaristía es el “don vivo” de Jesucristo y que el Corpus Christi es un acto público de fe, una manifestación del Dios que camina con su pueblo. Siguiendo la inspiración del papa Benedicto XVI, destacó que “Jesús sigue pasando” hoy por nuestras calles, y nos invita a abrirle la puerta de nuestras vidas. Esta presencia viva fue palpable a lo largo de un recorrido que combinó solemnidad litúrgica con la participación entusiasta de niños de Primera Comunión, cofradías, autoridades y fieles.

Los altares montados en puntos clave del itinerario y los cantos eucarísticos envolvieron al casco antiguo de un aire sagrado, transformando el espacio urbano en lugar de encuentro y oración. El obispo subrayó que el Corpus Christi recuerda que la fe no puede encerrarse en los templos, sino que debe salir al encuentro, convertirse en vida. Así, Zamora vivió una jornada donde la tradición se renueva y la fe se hace visible, palpable y cercana, con un Cristo que, una vez más, ha salido al paso de su pueblo en medio de cánticos, incienso y esperanza compartida.