Laura Fernández Salvador
Viernes, 27 de Junio de 2025
IDA Y VUELTA

Lo que no cambiará

Laura Fernández Salvador

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Todo cambia, nos hacemos mayores y cambiamos. Nuestras posibilidades también cambian, lo que hacemos, lo que pensamos y hasta lo que sentimos. Eso lo tengo claro. El cambio es una constante en todos nosotros, y en ocasiones hasta supone un cierto alivio.


Pero esta mañana mientras desayunaba con mi hija, ella me ha transmitido una de sus tantas inquietudes, y ésta no plantea posibilidad de cambio alguno. “Mamá del cielo no se puede volver, pero igual más adelante sí se puede”.


Cuánto ha expresado en una sola frase. Como guarda un mínimo de esperanza en volver a estar con los que ya se han ido. Y pensar en eso con tan solo cinco años me parte un poco el corazón, pero más me lo parte tener que responder, porque precisamente eso, es lo que no cambiará.


Se lo maquillo con palabras bonitas, con que iremos al cielo, que siempre podemos pensar en los que ya no están, que estarán con nosotros de una manera diferente, con patatín y con patatán. Pero la conclusión es la misma, que no volverán. Que eso no pasará, ni ahora, ni más adelante. No habrá tecnología para ello, ni diferencia. Nadie se podrá pagar el pase de vuelta. Ahí todos somos igual de ricos y de pobres, y conseguiremos exactamente lo mismo.


Por ello necesitamos creer en Dios, en las energías, en el más allá, o en la resurrección. Agarrarnos a algo para soportar el dolor de la separación, esa definitiva de la que solo nos queda la esperanza de un cielo, de otro lado, o de los sueños, de las fotos, y los recuerdos.


De la separación en la que imaginamos que nos escuchan, que nos ven, que están de una manera etérea, que nos acompañan, y en la que encontramos sentido a hechos paranormales, o a dulces casualidades que nos hacen sentir cerca de nuestros muertos.


No cambiará el hecho de que todos moriremos, antes o después, de una u otra manera. Y no volveremos (o al menos hasta donde sabemos).


“Justo eso es lo que no cambiara”, advierto a mi hija con cierta resignación. “Pero podemos aprovechar todo el tiempo que estemos aquí para disfrutarnos, y cambiar a mejor todo lo que podamos”. Y pienso para mí que lo que no cambiará, no cambiará, y solo podemos aceptarlo, y mientras tanto… virgencita que me quede como esté. 

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