CORRUPCIÓN POLÍTICA
Caso Koldo: otros implicados
Gonzalo Julián
Cuando en España ya resulta “cansino”, desesperante y con total falta de interés para propios y extraños el hablar de nuestra política interior, ni siquiera con las novedad que pueda suponer para un país, una nación, un estado en el que su gobierno y su entorno existan ministerios corruptos (presuntamente, por supuesto)... y el número tres del PSOE duerma ya en la cárcel; y cuando esta “novedad” ya se ha consolidado como cotidiana y ya esté permitiendo que “cualquier noticia nueva” y de cualquier otro tema, pueda desbancar de la cabecera de los telediarios a todos estos desmanes y sus ímprobos facedores.
Esperemos y deseemos que el tiempo pueda poner a cada uno en su sitio, aunque sea mucho el tiempo necesario para poder recolocar, a tanto desaprensivo y jugador de naipes con cartas marcadas y con la conciencia de impunidad que le otorgaba el “jefe de sala” de las timbas que han montado.
Y digo “timba”, puesto que es el símil más cercano que encuentro, intuyendo los montajes que se han debido establecer para, al licitar una obra pública de varios cientos de millones de presupuesto, con un Pliego de Cláusulas Administrativas donde se establecen las condiciones de valoración de las ofertas a recibir en la licitación pública y su posterior adjudicación en función de la puntuación obtenida para cada uno de los apartados, todo ello revisado e intervenido por varios funcionarios e interventores antes, durante y posteriormente a su publicación en el boletín correspondiente.
Pues bien, ello nos lleva y obliga a pensar, sin posibilidad de equivocación, que por muy ministro (Ábalos) que estuviese en la trama, nadie, ni él, es capaz por si mismo, de indicar ni dirigir a los funcionarios de turno para reconducir esta adjudicación a una oferta concreta que, por supuesto, no era la mejor y, ni mucho menos, la más barata, por el mero hecho de que sea dicho por él que, además, nunca lo haría. Ha sido necesario e imprescindible que en el entramado, (tal vez este fuera el trabajo de Koldo), estuviesen implicados varios funcionarios de los citados más arriba, para reconducir el proceso de recepción, evaluación y, finalmente, adjudicación de cada una de estas obras. Estos mal llamados funcionarios públicos han tenido que ver compensados sus trabajos de “re-estudio” de las ofertas hasta hacerlas coincidir con y para el objetivo buscado. Sus prebendas tal vez también se conozcan en algún momento.
De igual modo, en este montaje, se hace necesario la “actuación” de alguna empresa, que posiblemente ni siquiera ha hecho una obra en su vida, en nuestro caso Servinabar participada por Cerdán, y que actúa como socio miembro de la UTE que ha resultado adjudicataria de la obra, de la forma y manera descrita más arriba, y siendo intermediaria entre los “conseguidores” y las grandes empresas beneficiarias de la adjudicación, (Acciona en muchos de los casos conocidos).
De estos nuevos actores, todos imprescindibles, aún no se ha hablado: tal vez sean de poca trascendencia comparados con los otros protagonistas. Pero tal vez ellos lleven unos días sin dormir bien. Y presiento que les han de quedar alguno más, aunque el ministro sustituto sea Oscar Puente, que encargó una auditoría y no encontró nada de lo aquí citado.
Gonzalo Julián
Gonzalo Julián
Cuando en España ya resulta “cansino”, desesperante y con total falta de interés para propios y extraños el hablar de nuestra política interior, ni siquiera con las novedad que pueda suponer para un país, una nación, un estado en el que su gobierno y su entorno existan ministerios corruptos (presuntamente, por supuesto)... y el número tres del PSOE duerma ya en la cárcel; y cuando esta “novedad” ya se ha consolidado como cotidiana y ya esté permitiendo que “cualquier noticia nueva” y de cualquier otro tema, pueda desbancar de la cabecera de los telediarios a todos estos desmanes y sus ímprobos facedores.
Esperemos y deseemos que el tiempo pueda poner a cada uno en su sitio, aunque sea mucho el tiempo necesario para poder recolocar, a tanto desaprensivo y jugador de naipes con cartas marcadas y con la conciencia de impunidad que le otorgaba el “jefe de sala” de las timbas que han montado.
Y digo “timba”, puesto que es el símil más cercano que encuentro, intuyendo los montajes que se han debido establecer para, al licitar una obra pública de varios cientos de millones de presupuesto, con un Pliego de Cláusulas Administrativas donde se establecen las condiciones de valoración de las ofertas a recibir en la licitación pública y su posterior adjudicación en función de la puntuación obtenida para cada uno de los apartados, todo ello revisado e intervenido por varios funcionarios e interventores antes, durante y posteriormente a su publicación en el boletín correspondiente.
Pues bien, ello nos lleva y obliga a pensar, sin posibilidad de equivocación, que por muy ministro (Ábalos) que estuviese en la trama, nadie, ni él, es capaz por si mismo, de indicar ni dirigir a los funcionarios de turno para reconducir esta adjudicación a una oferta concreta que, por supuesto, no era la mejor y, ni mucho menos, la más barata, por el mero hecho de que sea dicho por él que, además, nunca lo haría. Ha sido necesario e imprescindible que en el entramado, (tal vez este fuera el trabajo de Koldo), estuviesen implicados varios funcionarios de los citados más arriba, para reconducir el proceso de recepción, evaluación y, finalmente, adjudicación de cada una de estas obras. Estos mal llamados funcionarios públicos han tenido que ver compensados sus trabajos de “re-estudio” de las ofertas hasta hacerlas coincidir con y para el objetivo buscado. Sus prebendas tal vez también se conozcan en algún momento.
De igual modo, en este montaje, se hace necesario la “actuación” de alguna empresa, que posiblemente ni siquiera ha hecho una obra en su vida, en nuestro caso Servinabar participada por Cerdán, y que actúa como socio miembro de la UTE que ha resultado adjudicataria de la obra, de la forma y manera descrita más arriba, y siendo intermediaria entre los “conseguidores” y las grandes empresas beneficiarias de la adjudicación, (Acciona en muchos de los casos conocidos).
De estos nuevos actores, todos imprescindibles, aún no se ha hablado: tal vez sean de poca trascendencia comparados con los otros protagonistas. Pero tal vez ellos lleven unos días sin dormir bien. Y presiento que les han de quedar alguno más, aunque el ministro sustituto sea Oscar Puente, que encargó una auditoría y no encontró nada de lo aquí citado.
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