Sábado, 01 de Noviembre de 2025

Eugenio-Jesús de Ávila
Domingo, 06 de Julio de 2025
CRÍTICAS

¿Qué Zamora desean los zamoranos?

Eugenio-Jesús de Ávila

 

¿Qué Zamora quiere usted, ciudadano? ¿Se conforma con esta paz de cementerio, excepciones de la Semana Santa, la Navidad, San Pedro y los meses del verano? ¿Le encanta que esta provincia sea la que presenta menor actividad económica de España, la más envejecida, la que más población pierde? ¿Seguirá usted votando en los comicios nacionales o locales a los vicarios de los grandes partidos que gobernaron la nación desde 1977 o cambiará su voto? ¿Le molesta que, desde hace décadas, PP y PSOE, PSOE y PP, tanto monta monta tanto, jueguen con la transformación en autovía de la N-122 entre la capital de la provincia y la frontera lusa, clave para el desarrollo de nuestra geografía? ¿Le mola, léxico cheli, que otras ciudades y provincias crezcan, reciban enormes inversiones industriales, se construyan polígonos tecnológicos, que sus hijos, si acaban una carrera universitaria, encuentren empleo lejos de Zamora?

 

Voy al pasado, casi al inicio de la democracia: ¿Le pareció bien que gobiernos felipistas se llevaran el Regimiento Toledo y la Prisión Provincial a Salamanca, que se cerraran líneas de ferrocarriles, la Universidad Laboral y se ejecutase una profunda reconversión agroganadera? ¿Por qué la prensa local guardó silencio ante tanta afrenta?

 

¿Se conforma con que Iberdrola dejase sin una gota de agua el embalse del Esla y no sucediera nada de nada? ¿Hasta cuándo se extenderán las protestas de grupos zamoranos ante la ignominia del Ministerio de Transporte del sanchista Óscar Puente, castellano viejo?

 

Si a todas estas cuestiones que he planteado responde con apatía, como que no es cosa suya, que ni le va ni le viene, la deriva de Zamora hacia la nada forma parte de la idiosincrasia de nuestro pueblo.

 

Aunque parezca un cambio de tercio lo que escribiré ya, forma parte de la misma faena, de idéntica lidia. Hace unos días el presidente del Senado marroquí confesó que Ceuta y Melilla son dos ciudades factibles de regresar a Marruecos. Craso error histórico. No existía el país magrebí cuando se fundaron las dos ciudades españolas.

 

Zamora cada vez le importa menos al Gobierno, a la Junta y a sus hijos, pródigos o predilectos. No existimos. No tenemos prensa, periódico y televisión locales, las emisoras tienen escasa programación local. Hemos sido los últimos en construir infraestructuras -todavía queda una autovía por hacer-; se nos prometen inversiones, pero nunca llegan; se nos toma el pelo. Zamora es el ano de Castilla y León y España. Zamora está pero no es, más si los zamoranos nos cruzamos de brazos mientras el progreso y la inversión pasan de largo, donde decide el poder político.

 

Si todavía cree que esta provincia tiene futuro, desconfíe siempre de todo gobierno, no se crea nada, menos cuando se adivinen elecciones. No reincida en el error.

 

Ahora bien, si su deseo es que Zamora sea un museo al aire libre del románico, modernismo y eclecticismo;  una gigantesca residencia para gentes mayores; la provincia con más graves problemas de despoblación no solo de España, sino también de Europa, la de menor actividad económica de la nación, siga cruzado de brazos mientras el mal juega con su apatía antropológica.

Eugenio-Jesús de Ávila

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