Domingo, 07 de Septiembre de 2025

Eugenio-Jesús de Ávila
Lunes, 07 de Julio de 2025
PASIÓN POR ZAMORA

El derecho de Zamora al progreso y el deber de exigirlo

Eugenio-Jesús de Ávila

 

El cielo es una pinacoteca portentosa. Cada cierto tiempo cambia de exposición, pasamos de pinceladas impresionistas a estilos monocromáticos; de luces velazqueñas al tenebrismo; del “sfumato” de Leonardo al intenso brillo de Sorolla. Hay un Museo del Prado ahí, arriba, por encima de nuestras cabezas, cada vez que te asomas al Duero desde cualquier mirador y enfocas tu mirada al horizonte para que atmósfera y tierra se fundan en un solo lienzo.

 

Salir a caminar suele ser un buen ejercicio y no cuesta nada levantarte de la silla, el sofá o la butaca para ponerse en pie y buscar nuevas sensaciones entre el cielo y la tierra. Encontrar rostros en las nubes, recoger energía al acariciar el tronco de cualquier árbol, extasiarte ante el juego del sol en la bóveda celeste para absorber el elixir de la vida. Y poco más…ambrosía del amor.

 

Con pequeñas cosas, detalles, instantes nos distraemos del tedio de vivir. Ahí, fuera, hallase la belleza, para que dentro de cada uno de nosotros surja la sensibilidad, sentimiento que distingue al que vive sin darse cuenta del que vive para extraer su néctar, como la abeja que liba la flor del almendro.

 

Los zamoranos, muchos de nosotros, tampoco apreciamos ni el cielo de nuestra ciudad, ni la naturaleza que la rodea, ni la historia que escribió, ni el patrimonio que todavía, después de los iconoclastas de finales del siglo XIX, permanece en pie. Como pasamos de todo, merced a nuestra apatía antropológica, el poder político y el caciquismo provinciano han depauperado Zamora, la han reducido a su mínima expresión, la han jibarizado económicamente y demográficamente.

 

Además de pasear por el casco histórico de Zamora y las riberas del río, a la búsqueda, no del tiempo perdido, sino del pasado hallado y del futuro que asir, también los zamoranos tendríamos que “pasear” por la meseta de la política, por la orografía de la res pública, para defendernos de los que nos perjudican y contratacar con nuestras armas, idénticas a las de la gente humilde que quiere dejar de serlo: inteligencia, talento y constancia.

 

Miremos más hacia el cielo si queremos llegar arriba, al firmamento del progreso y el desarrollo. Hay que pensar en grande, pedir, incluso, lo imposible, para que Zamora viva, para que Zamora exista. Si nos han robado el derecho a la prosperidad, tenemos el deber de exigirla.

Eugenio-Jesús de Ávila

 

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