IEZ FLORIÁN D'OCAMPO
Al día siguiente de: “El día (12 de julio) de Zamora”
Francisco Iglesias Carreño
Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián D'Ocampo
Cuando ya hemos relatado sobre diferentes hechos acontecidos dentro de nuestros entornos de convivencia próximos, a veces nos puede acontecer que no expresemos las situaciones en su verdadera dimensionalidad o que, y en alguna forma, no hemos suscitado la verdadera importancia del evento glosado.
No hace tanto decíamos:” La historia universal , en la que está incluida también la historia hispánica, relata muchos hechos, ambienta muchas descripciones y potencia muchos relatos, dando objetivada explicitación de la existencia de ellos, su presencia y del porqué de los mismos, así como sus implicaciones y trascendencias. Algunos de tales acontecimientos han pasado al legado universal histórico, por su sobresaliente importancia, con nombre propio. Hoy nos referimos a uno de ellos”. Con ello queríamos resaltar que algunos eventos han sido tan trascendentes, importantes y decisivos, que el propio proceso histórico, para destacarlos sobre manera de otros de su época, les ha concedido el especial privilegio de nominarlos de forma directa.
Seguíamos, en aquel entonces, exponiendo: “Estamos donde sí que estamos (en Zamora/Regionalidad Leonesa/Reino de España/Unión Europea), con lo que [-.- y a más y mayores -.-] en derredor estamos (en una “bolsa de subdesarrollo europeo”, de arriba abajo y de abajo arriba, que hace franja [-.- tangencial -.-] junto a “La Raya de Portugal”; con Tras Os Montes y Beira) y orlados por los que estamos (nuestros convecinos [-.- constitucionales ciudadanos regionales leoneses, amén de ciudadanos españoles y ciudadanos europeos -.-] de todo orden/nivel/tipo/condición/posibilidad/expectativa)”. Lo de situarnos referencialmente, en nuestra consideración, es crucial e impone la clave de interpretación, tanto de forma general como particular.
En aquel momento nos situábamos temporalmente con: “Estamos a, en fecha, 12 de julio, y es, a lo que se ve, un día más, pudiera ser que, sin explicaciones aducentes, seguramente es un día más, incluso tendría, dentro de la regularidad secuencial temporalizada, que ser un día más, como han sido, en la pretérita anterioridad mensual, los otros días, sí, los días aquellos que, con la cadencia constatable, ya pasaron, e incluso, podría ser, en avanzando futuro, de los días que podrán venir”. Anteriormente hablamos de la situación previa al “12´J”, ya que tuvo sus prolegómenos, desde Toledo, en aquel año del 901.
La precisión que ya efectuamos, sobre el 12-7-901, parece que vectorialmente apuntara un rastro de importancia significativa que nos pudiera interesar, a todos y aquí, por ello perfilábamos con: “Avanzábamos más para remarcarlo, Pero este día resulta, el propio día en sí, nos parece intuitivamente que es otro día, incluso posiblemente sea otro día, de hecho, calendario en mano, es otro día, tal vez no es, por lo que lo zarandeamos, un día cualquiera, lo cual, y en principio haría sobresalir el día, sería un destacado día con proyección, que tiene un originario día pretérito, que viene [con raigambre], en nuestros ancestros familiares, de una saga/estirpe/raíz de días cimeros, de enjundiosos días encumbrados, como días de especificación y magnificencia singularizada”. O sea el 12-7-901, es una fecha tan importante que tiene toda una antesala de aclaraciones previas, una mayestatización sobre el propio día y, claro está que pudiera estar elongado, con un rebosamiento, entre épicamente escénico y moralmente interiorizado, a partir de lo que es y supone la escueta fecha.
Al hablar del 12-7-901, hacemos una elección que no es casual, aportando una llamada de atención, hacia propios e igualmente hacia extraños, que nos saque del agujero negro del noticiable diario urdido en el círculo de repetición iterada de la gobernanza de la centralidad, para ver el otro lado y su fantástica pluralidad y riqueza cromática. El 12-7-901, no solo nos da, en nuestros entornos convivenciales, aquello de la presencia e importancia, también nos da base, fundamento y razón.
Los días que son y transcurren, son también, en gran medida nuestros días, aunque fueran del pasado. De aquí que expusiéramos: “Estamos hacia el origen de un "encuadre/momento día" que los globaliza a todos ellos, sacándolos del montón de los días anónimos, focalizando `per se´ el día, con luz propia en sí mismo, enalteciendo sobremanera la jornada del día concreto, describiendo pinceladamente el hacer de tal día, nominando escénicamente a quienes sí estaban ese día, concretando los aconteceres todos, singulares y plurales, del día mismo, situándolo en la modular vectorización del día, dibujándolo armónicamente como tal día, describiéndolo, por su propio ser, como día entre los días, singularizándolo, en su individualización, como día mayestático, conceptuándolo como preponderante día excepcional y ubicándolo preponderantemente como día cimero”. Ahora ya vamos por el día 12-7-901 y su glosa será al día siguiente, en los sucesivos años que le vendrán después.
De la narración del propio día teníamos: “Ciertamente este día, como ocurre con otros, podía ser otro día, pero estamos, ahora y aquí, en el día 12 de julio, y este es, por y para él, un solo día, un escueto único día, un día extraordinario a situar, un día para integralmente enaltecer y, sobre todo y a mayores, un día para recordar siempre. Es como, a través del proceloso y abigarrado hacer del proceso histórico, nuestro día aparece, ¡nos llega esta ocasión! , para decir sobre este día, que es "El Día de Zamora”. Ha resultado que hemos tenido, durante 1124 años, se dice pronto, la oportunidad de narrar, por nuestros antepasados, la situación del dramático teatro de operaciones que se encontraron al día siguiente.
Glosamos con excelencia rotunda al 12-7-901, qué fue de nuestro ayer, que es el ejemplo que hemos tenido durante ya 1124 años. Cuando ya señalábamos: “En este acompañado nuestro por “El Día de Zamora”, damos gracias a quienes, en el arcano pasado, protagonizaron el día, en aquel que fue el 12 de julio del año 901, ya que de la estirpe de ese día somos los de aquí, a la memoria de tal día fraternalmente nos debemos todos, por los esforzados de aquel día aún estamos, en nuestra libre voluntad presente de hoy día, con la memoria integral de nuestro ya milenario día, proseguidamente, codo con codo, seguiremos”. No nos hace falta ir a otra parte, ser de otro sitio, abrigar otra intención, concitar otro anhelo,.... Estamos, por la providencia, donde sí queremos estar, con los que sí queremos convivir,…
El día 12-7-901, ha quedado reflejado en el proceso histórico universal, merced al esfuerzo de las gentes, ¡nuestros predecesores!, que lo hicieron posible. De aquí que explayemos: “Sea “Gloria y Honor”, excelso y permanente, a quienes de nuestros antepasados hicieron mancomunadamente posible, efectivo y real: "El Día de Zamora””. La crónica del día después, situó la épica del acontecimiento en unas gentes y en unas tierras que, con gran maestría, supieron hacer hurmiento para el futuro.
Ya sabemos que: “Fue un 12 de julio del año 901, un día sobradamente milenario, fue "El Día de Zamora”. Estamos a los 1124 años de ello, a la espera del 1125. Pocos, muy pocos, con tal enjundia lo tienen. Nadie es cualquiera, con un relato histórico de 1125 años. Nosotros, los de aquí, tampoco.
VALORIO 13-7-2025
Francisco Iglesias Carreño
Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián D'Ocampo
Cuando ya hemos relatado sobre diferentes hechos acontecidos dentro de nuestros entornos de convivencia próximos, a veces nos puede acontecer que no expresemos las situaciones en su verdadera dimensionalidad o que, y en alguna forma, no hemos suscitado la verdadera importancia del evento glosado.
No hace tanto decíamos:” La historia universal , en la que está incluida también la historia hispánica, relata muchos hechos, ambienta muchas descripciones y potencia muchos relatos, dando objetivada explicitación de la existencia de ellos, su presencia y del porqué de los mismos, así como sus implicaciones y trascendencias. Algunos de tales acontecimientos han pasado al legado universal histórico, por su sobresaliente importancia, con nombre propio. Hoy nos referimos a uno de ellos”. Con ello queríamos resaltar que algunos eventos han sido tan trascendentes, importantes y decisivos, que el propio proceso histórico, para destacarlos sobre manera de otros de su época, les ha concedido el especial privilegio de nominarlos de forma directa.
Seguíamos, en aquel entonces, exponiendo: “Estamos donde sí que estamos (en Zamora/Regionalidad Leonesa/Reino de España/Unión Europea), con lo que [-.- y a más y mayores -.-] en derredor estamos (en una “bolsa de subdesarrollo europeo”, de arriba abajo y de abajo arriba, que hace franja [-.- tangencial -.-] junto a “La Raya de Portugal”; con Tras Os Montes y Beira) y orlados por los que estamos (nuestros convecinos [-.- constitucionales ciudadanos regionales leoneses, amén de ciudadanos españoles y ciudadanos europeos -.-] de todo orden/nivel/tipo/condición/posibilidad/expectativa)”. Lo de situarnos referencialmente, en nuestra consideración, es crucial e impone la clave de interpretación, tanto de forma general como particular.
En aquel momento nos situábamos temporalmente con: “Estamos a, en fecha, 12 de julio, y es, a lo que se ve, un día más, pudiera ser que, sin explicaciones aducentes, seguramente es un día más, incluso tendría, dentro de la regularidad secuencial temporalizada, que ser un día más, como han sido, en la pretérita anterioridad mensual, los otros días, sí, los días aquellos que, con la cadencia constatable, ya pasaron, e incluso, podría ser, en avanzando futuro, de los días que podrán venir”. Anteriormente hablamos de la situación previa al “12´J”, ya que tuvo sus prolegómenos, desde Toledo, en aquel año del 901.
La precisión que ya efectuamos, sobre el 12-7-901, parece que vectorialmente apuntara un rastro de importancia significativa que nos pudiera interesar, a todos y aquí, por ello perfilábamos con: “Avanzábamos más para remarcarlo, Pero este día resulta, el propio día en sí, nos parece intuitivamente que es otro día, incluso posiblemente sea otro día, de hecho, calendario en mano, es otro día, tal vez no es, por lo que lo zarandeamos, un día cualquiera, lo cual, y en principio haría sobresalir el día, sería un destacado día con proyección, que tiene un originario día pretérito, que viene [con raigambre], en nuestros ancestros familiares, de una saga/estirpe/raíz de días cimeros, de enjundiosos días encumbrados, como días de especificación y magnificencia singularizada”. O sea el 12-7-901, es una fecha tan importante que tiene toda una antesala de aclaraciones previas, una mayestatización sobre el propio día y, claro está que pudiera estar elongado, con un rebosamiento, entre épicamente escénico y moralmente interiorizado, a partir de lo que es y supone la escueta fecha.
Al hablar del 12-7-901, hacemos una elección que no es casual, aportando una llamada de atención, hacia propios e igualmente hacia extraños, que nos saque del agujero negro del noticiable diario urdido en el círculo de repetición iterada de la gobernanza de la centralidad, para ver el otro lado y su fantástica pluralidad y riqueza cromática. El 12-7-901, no solo nos da, en nuestros entornos convivenciales, aquello de la presencia e importancia, también nos da base, fundamento y razón.
Los días que son y transcurren, son también, en gran medida nuestros días, aunque fueran del pasado. De aquí que expusiéramos: “Estamos hacia el origen de un "encuadre/momento día" que los globaliza a todos ellos, sacándolos del montón de los días anónimos, focalizando `per se´ el día, con luz propia en sí mismo, enalteciendo sobremanera la jornada del día concreto, describiendo pinceladamente el hacer de tal día, nominando escénicamente a quienes sí estaban ese día, concretando los aconteceres todos, singulares y plurales, del día mismo, situándolo en la modular vectorización del día, dibujándolo armónicamente como tal día, describiéndolo, por su propio ser, como día entre los días, singularizándolo, en su individualización, como día mayestático, conceptuándolo como preponderante día excepcional y ubicándolo preponderantemente como día cimero”. Ahora ya vamos por el día 12-7-901 y su glosa será al día siguiente, en los sucesivos años que le vendrán después.
De la narración del propio día teníamos: “Ciertamente este día, como ocurre con otros, podía ser otro día, pero estamos, ahora y aquí, en el día 12 de julio, y este es, por y para él, un solo día, un escueto único día, un día extraordinario a situar, un día para integralmente enaltecer y, sobre todo y a mayores, un día para recordar siempre. Es como, a través del proceloso y abigarrado hacer del proceso histórico, nuestro día aparece, ¡nos llega esta ocasión! , para decir sobre este día, que es "El Día de Zamora”. Ha resultado que hemos tenido, durante 1124 años, se dice pronto, la oportunidad de narrar, por nuestros antepasados, la situación del dramático teatro de operaciones que se encontraron al día siguiente.
Glosamos con excelencia rotunda al 12-7-901, qué fue de nuestro ayer, que es el ejemplo que hemos tenido durante ya 1124 años. Cuando ya señalábamos: “En este acompañado nuestro por “El Día de Zamora”, damos gracias a quienes, en el arcano pasado, protagonizaron el día, en aquel que fue el 12 de julio del año 901, ya que de la estirpe de ese día somos los de aquí, a la memoria de tal día fraternalmente nos debemos todos, por los esforzados de aquel día aún estamos, en nuestra libre voluntad presente de hoy día, con la memoria integral de nuestro ya milenario día, proseguidamente, codo con codo, seguiremos”. No nos hace falta ir a otra parte, ser de otro sitio, abrigar otra intención, concitar otro anhelo,.... Estamos, por la providencia, donde sí queremos estar, con los que sí queremos convivir,…
El día 12-7-901, ha quedado reflejado en el proceso histórico universal, merced al esfuerzo de las gentes, ¡nuestros predecesores!, que lo hicieron posible. De aquí que explayemos: “Sea “Gloria y Honor”, excelso y permanente, a quienes de nuestros antepasados hicieron mancomunadamente posible, efectivo y real: "El Día de Zamora””. La crónica del día después, situó la épica del acontecimiento en unas gentes y en unas tierras que, con gran maestría, supieron hacer hurmiento para el futuro.
Ya sabemos que: “Fue un 12 de julio del año 901, un día sobradamente milenario, fue "El Día de Zamora”. Estamos a los 1124 años de ello, a la espera del 1125. Pocos, muy pocos, con tal enjundia lo tienen. Nadie es cualquiera, con un relato histórico de 1125 años. Nosotros, los de aquí, tampoco.
VALORIO 13-7-2025
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