
DENUNCIAS
Flores para la foto, baches para el paciente
Mientras el Ayuntamiento presume de una "renovación" estética en los accesos al Clínico, el deterioro del pavimento y la dejadez en las zonas verdes evidencian la persistente desatención en la principal arteria hospitalaria de Zamora.
Hace unos días, en un ejercicio que bien podría calificarse de propaganda institucional ,tan habitual que casi justificaría una concejalía específica, el equipo de gobierno municipal anunciaba a bombo y platillo la "renovación" de las jardineras en la calle Reyes Católicos, justo en los accesos al Hospital Virgen de la Concha, más conocido como el Clínico. Quienes acuden con frecuencia a este centro sanitario, procedentes de toda la provincia, conocen de primera mano el lamentable estado que presentaban estos parterres, en el mejor de los casos, vacíos y secos, en el peor, invadidos por maleza de más de un metro de altura.
Es justo reconocer que, tras años de abandono, se haya acometido una mejora mínima en estos espacios. Pero también es legítimo preguntarse, ¿debemos aplaudir una intervención tan tardía como insuficiente, o denunciar que algo tan elemental y de bajo coste haya sido ignorado durante lustros? Para muchos ciudadanos, lo que pesa es la desidia acumulada.
Porque mientras se embellece un rincón ornamental,que, sin duda, lo necesitaba, la realidad es que el Ayuntamiento ha empezado la casa por el tejado. El mismo tramo de calle por el que cada día transitan decenas de vehículos hacia el hospital presenta un pavimento en estado deplorable, adoquines sueltos, sin fijación, baches que provocan sacudidas y molestias a conductores y pasajeros. Un escenario impropio del entorno de un centro sanitario de referencia.
Y el panorama empeora al alejarse unos metros. Tras la intersección con la avenida de Requejo y Príncipe de Asturias, la calle Reyes Católicos muestra su cara más descuidada, zonas ajardinadas convertidas en eriales, con hierba seca predominante, y aceras agrietadas o deterioradas que dificultan el paso a peatones, especialmente a personas mayores o con movilidad reducida.
En definitiva, el estado del pavimento,tanto en calzada como en aceras, es crítico y se agrava progresivamente hasta la misma entrada del hospital. Que se coloquen flores en una jardinera es, por supuesto, mejor que nada. Pero resulta inaceptable que lo esencial, aquello que afecta directamente a la seguridad y dignidad de quienes acuden a un centro sanitario, siga sin ser abordado. La prioridad municipal debe ser clara, primero la infraestructura básica, luego el ornamento. Porque de baches y baldosas rotas también se resiente la salud de una ciudad.
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Flores para la foto, baches para el paciente
Mientras el Ayuntamiento presume de una "renovación" estética en los accesos al Clínico, el deterioro del pavimento y la dejadez en las zonas verdes evidencian la persistente desatención en la principal arteria hospitalaria de Zamora.
Hace unos días, en un ejercicio que bien podría calificarse de propaganda institucional ,tan habitual que casi justificaría una concejalía específica, el equipo de gobierno municipal anunciaba a bombo y platillo la "renovación" de las jardineras en la calle Reyes Católicos, justo en los accesos al Hospital Virgen de la Concha, más conocido como el Clínico. Quienes acuden con frecuencia a este centro sanitario, procedentes de toda la provincia, conocen de primera mano el lamentable estado que presentaban estos parterres, en el mejor de los casos, vacíos y secos, en el peor, invadidos por maleza de más de un metro de altura.
Es justo reconocer que, tras años de abandono, se haya acometido una mejora mínima en estos espacios. Pero también es legítimo preguntarse, ¿debemos aplaudir una intervención tan tardía como insuficiente, o denunciar que algo tan elemental y de bajo coste haya sido ignorado durante lustros? Para muchos ciudadanos, lo que pesa es la desidia acumulada.
Porque mientras se embellece un rincón ornamental,que, sin duda, lo necesitaba, la realidad es que el Ayuntamiento ha empezado la casa por el tejado. El mismo tramo de calle por el que cada día transitan decenas de vehículos hacia el hospital presenta un pavimento en estado deplorable, adoquines sueltos, sin fijación, baches que provocan sacudidas y molestias a conductores y pasajeros. Un escenario impropio del entorno de un centro sanitario de referencia.
Y el panorama empeora al alejarse unos metros. Tras la intersección con la avenida de Requejo y Príncipe de Asturias, la calle Reyes Católicos muestra su cara más descuidada, zonas ajardinadas convertidas en eriales, con hierba seca predominante, y aceras agrietadas o deterioradas que dificultan el paso a peatones, especialmente a personas mayores o con movilidad reducida.
En definitiva, el estado del pavimento,tanto en calzada como en aceras, es crítico y se agrava progresivamente hasta la misma entrada del hospital. Que se coloquen flores en una jardinera es, por supuesto, mejor que nada. Pero resulta inaceptable que lo esencial, aquello que afecta directamente a la seguridad y dignidad de quienes acuden a un centro sanitario, siga sin ser abordado. La prioridad municipal debe ser clara, primero la infraestructura básica, luego el ornamento. Porque de baches y baldosas rotas también se resiente la salud de una ciudad.
Hace unos días, en un ejercicio que bien podría calificarse de propaganda institucional ,tan habitual que casi justificaría una concejalía específica, el equipo de gobierno municipal anunciaba a bombo y platillo la "renovación" de las jardineras en la calle Reyes Católicos, justo en los accesos al Hospital Virgen de la Concha, más conocido como el Clínico. Quienes acuden con frecuencia a este centro sanitario, procedentes de toda la provincia, conocen de primera mano el lamentable estado que presentaban estos parterres, en el mejor de los casos, vacíos y secos, en el peor, invadidos por maleza de más de un metro de altura.
Es justo reconocer que, tras años de abandono, se haya acometido una mejora mínima en estos espacios. Pero también es legítimo preguntarse, ¿debemos aplaudir una intervención tan tardía como insuficiente, o denunciar que algo tan elemental y de bajo coste haya sido ignorado durante lustros? Para muchos ciudadanos, lo que pesa es la desidia acumulada.
Porque mientras se embellece un rincón ornamental,que, sin duda, lo necesitaba, la realidad es que el Ayuntamiento ha empezado la casa por el tejado. El mismo tramo de calle por el que cada día transitan decenas de vehículos hacia el hospital presenta un pavimento en estado deplorable, adoquines sueltos, sin fijación, baches que provocan sacudidas y molestias a conductores y pasajeros. Un escenario impropio del entorno de un centro sanitario de referencia.
Y el panorama empeora al alejarse unos metros. Tras la intersección con la avenida de Requejo y Príncipe de Asturias, la calle Reyes Católicos muestra su cara más descuidada, zonas ajardinadas convertidas en eriales, con hierba seca predominante, y aceras agrietadas o deterioradas que dificultan el paso a peatones, especialmente a personas mayores o con movilidad reducida.
En definitiva, el estado del pavimento,tanto en calzada como en aceras, es crítico y se agrava progresivamente hasta la misma entrada del hospital. Que se coloquen flores en una jardinera es, por supuesto, mejor que nada. Pero resulta inaceptable que lo esencial, aquello que afecta directamente a la seguridad y dignidad de quienes acuden a un centro sanitario, siga sin ser abordado. La prioridad municipal debe ser clara, primero la infraestructura básica, luego el ornamento. Porque de baches y baldosas rotas también se resiente la salud de una ciudad.
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Flores para la foto, baches para el paciente
Mientras el Ayuntamiento presume de una "renovación" estética en los accesos al Clínico, el deterioro del pavimento y la dejadez en las zonas verdes evidencian la persistente desatención en la principal arteria hospitalaria de Zamora.
Hace unos días, en un ejercicio que bien podría calificarse de propaganda institucional ,tan habitual que casi justificaría una concejalía específica, el equipo de gobierno municipal anunciaba a bombo y platillo la "renovación" de las jardineras en la calle Reyes Católicos, justo en los accesos al Hospital Virgen de la Concha, más conocido como el Clínico. Quienes acuden con frecuencia a este centro sanitario, procedentes de toda la provincia, conocen de primera mano el lamentable estado que presentaban estos parterres, en el mejor de los casos, vacíos y secos, en el peor, invadidos por maleza de más de un metro de altura.
Es justo reconocer que, tras años de abandono, se haya acometido una mejora mínima en estos espacios. Pero también es legítimo preguntarse, ¿debemos aplaudir una intervención tan tardía como insuficiente, o denunciar que algo tan elemental y de bajo coste haya sido ignorado durante lustros? Para muchos ciudadanos, lo que pesa es la desidia acumulada.
Porque mientras se embellece un rincón ornamental,que, sin duda, lo necesitaba, la realidad es que el Ayuntamiento ha empezado la casa por el tejado. El mismo tramo de calle por el que cada día transitan decenas de vehículos hacia el hospital presenta un pavimento en estado deplorable, adoquines sueltos, sin fijación, baches que provocan sacudidas y molestias a conductores y pasajeros. Un escenario impropio del entorno de un centro sanitario de referencia.
Y el panorama empeora al alejarse unos metros. Tras la intersección con la avenida de Requejo y Príncipe de Asturias, la calle Reyes Católicos muestra su cara más descuidada, zonas ajardinadas convertidas en eriales, con hierba seca predominante, y aceras agrietadas o deterioradas que dificultan el paso a peatones, especialmente a personas mayores o con movilidad reducida.
En definitiva, el estado del pavimento,tanto en calzada como en aceras, es crítico y se agrava progresivamente hasta la misma entrada del hospital. Que se coloquen flores en una jardinera es, por supuesto, mejor que nada. Pero resulta inaceptable que lo esencial, aquello que afecta directamente a la seguridad y dignidad de quienes acuden a un centro sanitario, siga sin ser abordado. La prioridad municipal debe ser clara, primero la infraestructura básica, luego el ornamento. Porque de baches y baldosas rotas también se resiente la salud de una ciudad.
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