
TAUROMAQUIA
Qué buen vasallo, si hubiese un buen señor
Fernando Primo
En la tarde del sábado, en la dehesa El Encinar de los Hermanos Boyano de Paz, se celebró un tentadero en la coqueta plaza, con cuatro vacas de juego muy interesante y exigente para los matadores de toros Jesús de Almería y Alberto Durán, ante la atenta mirada, por supueso de los ganaderos Antonio y Manolo, de su hija Elena Boyano Gago y unos cuantos espectadores de postín como Rafael perea El Boni y Gimeno Mora.
Tanto Jesús de Akmería que tiene un próximo compromiso por su tierra andaluz como el torero zamoranp demostraron sus cualidades ante unas vacas con mucha calidad pero a las que había que hacerles las cosas bien, más teniendo en cuenta el viento que se levantó y que sabe,os que es el enemigo número uno de los toreros.
Al terminar el tentadero, fuimos agasajados por el ganadero y allí stodos sin excepción, ganaderos y profesionales, destacaron la actuación de Durán, no sólo por su técnica, sino por su temple y calidad. La variedad de su toreo tanto de capa como de muleta fue motivo de alabanza en la tertulia, comentando lo difícil de esta profesión que tiene en el dique seco a un gran torero y que no tuviera oportunidades ni tan siquiera en su casa.
A mí se me vino a la mente las palabras del juglar que glosaba la figura de El Cid Campeador “Dios, que buen vasallo si hubiese buen señor”,.
Fernando Primo
En la tarde del sábado, en la dehesa El Encinar de los Hermanos Boyano de Paz, se celebró un tentadero en la coqueta plaza, con cuatro vacas de juego muy interesante y exigente para los matadores de toros Jesús de Almería y Alberto Durán, ante la atenta mirada, por supueso de los ganaderos Antonio y Manolo, de su hija Elena Boyano Gago y unos cuantos espectadores de postín como Rafael perea El Boni y Gimeno Mora.
Tanto Jesús de Akmería que tiene un próximo compromiso por su tierra andaluz como el torero zamoranp demostraron sus cualidades ante unas vacas con mucha calidad pero a las que había que hacerles las cosas bien, más teniendo en cuenta el viento que se levantó y que sabe,os que es el enemigo número uno de los toreros.
Al terminar el tentadero, fuimos agasajados por el ganadero y allí stodos sin excepción, ganaderos y profesionales, destacaron la actuación de Durán, no sólo por su técnica, sino por su temple y calidad. La variedad de su toreo tanto de capa como de muleta fue motivo de alabanza en la tertulia, comentando lo difícil de esta profesión que tiene en el dique seco a un gran torero y que no tuviera oportunidades ni tan siquiera en su casa.
A mí se me vino a la mente las palabras del juglar que glosaba la figura de El Cid Campeador “Dios, que buen vasallo si hubiese buen señor”,.
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