
COSAS DE DE LA BIEN CERCADA
Zamora, entre la belleza estética y el progreso económico
Eugenio-Jesús de Ávila
Víctor Erice, el mejor director vivo -85 años-, con diferencia, del cine español, autor de obras maestras como “El espíritu de la colmena”, “El sur”, “El sol del membrillo” y “Cerrar los ojos”, eligió Zamora para algunas de sus fotografías más sublimes de la película protagonizada por Omero Antonutti. El cineasta navarro siempre ha tenido querencia por la estética, por la belleza, sin olvidarse de la ética, de las cuitas de todo ser humano, hombre o mujer.
La naturaleza pinta al óleo nuestros paisajes durante cada estación del año, cada día, cada amanecer y postura del sol. Siempre capta el alma de nuestro legado monumental e histórico. El Duero, la columna vertebral de nuestra Zamora, razón de su existencia, comparte protagonismo en ese cuadro del medio ambiente. Solo las almas sensibles metabolizan cada verso, cada estrofa, cada poema que nos ofrece la ciudad del Romancero mientras existimos. Hay muchos zamoranos que desprecian su patria chica, que ni tan si quiera le dedican atención, que no se preocupan de su progreso, de su desarrollo, de embellecerla. Su decadencia la ha provocado esa apatía antropológica que anida en los adentros de una sociedad pacata, pusilánime e indolente. Incapaz de rebelarse contra los políticos que tanto daño le han hecho a lo largo de su historia, más desde la transición, los que guardaron silencio cuando los distintos gobiernos desmantelaros las inversiones públicas, desde el traslado del Regimiento Toledo a Salamanca, hasta el cierre de las líneas férreas, así como el finiquito a la Universidad Laboral, la Prisión Provincial y la silente, pero profunda, reconversión agroganadera.
Ahora, durante los mandatos de Guarido, sin olvidar la enorme labor en la restauración del románico realizada por Rosa Valdeón -¡Qué gran regidora si hubiera tenido un buen partido!-, Zamora ha iniciado una renovación de su patrimonio monumental, como el Puente de Piedra, que todavía necesitaría restaurar sus dos torres, su seña de identidad arquitectónica; la muralla de la avenida de la Feria, como dañada por la erosión y la desidia, por la insensibilidad de politicastros de la Restauración canovista. Solo le resta al actual alcalde un segundo Plan del Casco Antiguo, crear fuentes en el jardín de Baltasar Lobo, construir una escalinata de granito que facilite el acceso y salida a la Puerta de la Lealtad, y adquirir los terrenos de Adif, abandonados, en la Estación del Ferrocarril, con el objetivo de industrializar Zamora. Por supuesto, no me olvido del nuevo Pabellón Polideportivo, multiusos, en el barrio de Vista Alegre, y de renovar el estadio Ruta de la Plata, que ya nota el paso de los años, y crear allí una Ciudad del Fútbol.
También hay plazas en el centro de la ciudad que claman por un nuevo diseño que las embellezcan. Verbigracia. La Plaza Mayor, la plaza de la Constitución, San Gil y La Marina. Antes de cortarse la coleta, don Francisco Guarido Viñuela deberá rubricar su carrera política con estas acciones públicas esenciales. Gracias.
Fotografía: Indalecio Álvarez
Eugenio-Jesús de Ávila
Víctor Erice, el mejor director vivo -85 años-, con diferencia, del cine español, autor de obras maestras como “El espíritu de la colmena”, “El sur”, “El sol del membrillo” y “Cerrar los ojos”, eligió Zamora para algunas de sus fotografías más sublimes de la película protagonizada por Omero Antonutti. El cineasta navarro siempre ha tenido querencia por la estética, por la belleza, sin olvidarse de la ética, de las cuitas de todo ser humano, hombre o mujer.
La naturaleza pinta al óleo nuestros paisajes durante cada estación del año, cada día, cada amanecer y postura del sol. Siempre capta el alma de nuestro legado monumental e histórico. El Duero, la columna vertebral de nuestra Zamora, razón de su existencia, comparte protagonismo en ese cuadro del medio ambiente. Solo las almas sensibles metabolizan cada verso, cada estrofa, cada poema que nos ofrece la ciudad del Romancero mientras existimos. Hay muchos zamoranos que desprecian su patria chica, que ni tan si quiera le dedican atención, que no se preocupan de su progreso, de su desarrollo, de embellecerla. Su decadencia la ha provocado esa apatía antropológica que anida en los adentros de una sociedad pacata, pusilánime e indolente. Incapaz de rebelarse contra los políticos que tanto daño le han hecho a lo largo de su historia, más desde la transición, los que guardaron silencio cuando los distintos gobiernos desmantelaros las inversiones públicas, desde el traslado del Regimiento Toledo a Salamanca, hasta el cierre de las líneas férreas, así como el finiquito a la Universidad Laboral, la Prisión Provincial y la silente, pero profunda, reconversión agroganadera.
Ahora, durante los mandatos de Guarido, sin olvidar la enorme labor en la restauración del románico realizada por Rosa Valdeón -¡Qué gran regidora si hubiera tenido un buen partido!-, Zamora ha iniciado una renovación de su patrimonio monumental, como el Puente de Piedra, que todavía necesitaría restaurar sus dos torres, su seña de identidad arquitectónica; la muralla de la avenida de la Feria, como dañada por la erosión y la desidia, por la insensibilidad de politicastros de la Restauración canovista. Solo le resta al actual alcalde un segundo Plan del Casco Antiguo, crear fuentes en el jardín de Baltasar Lobo, construir una escalinata de granito que facilite el acceso y salida a la Puerta de la Lealtad, y adquirir los terrenos de Adif, abandonados, en la Estación del Ferrocarril, con el objetivo de industrializar Zamora. Por supuesto, no me olvido del nuevo Pabellón Polideportivo, multiusos, en el barrio de Vista Alegre, y de renovar el estadio Ruta de la Plata, que ya nota el paso de los años, y crear allí una Ciudad del Fútbol.
También hay plazas en el centro de la ciudad que claman por un nuevo diseño que las embellezcan. Verbigracia. La Plaza Mayor, la plaza de la Constitución, San Gil y La Marina. Antes de cortarse la coleta, don Francisco Guarido Viñuela deberá rubricar su carrera política con estas acciones públicas esenciales. Gracias.
Fotografía: Indalecio Álvarez
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.17