Jueves, 18 de Septiembre de 2025

Eugenio-Jesús de Ávila
Martes, 29 de Julio de 2025
ME QUEDA LA PALABRA

Zamora: una sociedad amorfa

Eugenio-Jesús de Ávila

 

Escribo todos los días, incluso domingos y fiestas de guardar, que diría la Iglesia, sobre Zamora y sus cuitas. Critico a quien considero menester. No insulto. No saco defectos psíquicos ni físicos. Alabo poco, porque el periodismo de la coba se lo dejo al resto de digitales, emisoras y papel zamoranos, que viven, en un tanto por ciento elevadísimo, de la ayuda pública. El mundo de la prensa ahora es así, pero yo no me autocensuro.

 

Me altera, a veces casi hasta blasfemar en privado, que los políticos y los caciques maltraten a nuestra tierra. Podría haberme callado, como hace la grey periodística, pero me traicionaría a mí mismo. Confieso que me habría ido mucho mejor en esta puta profesión. Me echaron de un periódico, "La Voz de Zamora", siendo director, porque me negué a convertirme en una marioneta del capitalista. Creé "El Día de Zamora" para escribir lo que me diera la real gana. Me jugué el dinero del que carecía. Durante cuatro años esta empresa no recibió un euro de Diputación ni Junta de Castilla y León. No me humillé. No toleré que se me “amenazase” con que, si quería recibir publicidad institucional, debería seguir una determinada línea editorial. ¡Lo que me faltaba cuando ya había vivido medio siglo! Ya tengo callo en el alma. ¡Allá penas! Duermo como un bebé después del biberón.

 

Y ese primer párrafo lo he redactado porque hay que fijar posiciones. Zamora clama por un cambio económico y demográfico. Este periódico viene denunciando la deriva social de nuestra ciudad y su provincia desde que tuve a bien crearlo. Porque no concibo que, en el estado actual de la cuestión en el que vive nuestra sociedad, se evite escribir un solo día sobre un problema esencial para nuestro futuro. ¡Qué me he quedado solo en este menester! No pasa nada. Mejor. ¡Me jubilé y me quedé en puerto para que este barquito de papel, también digital, en buenas manos! Así es. No lo niego. Pero sigo escribiendo todos los días, artículos que publico y otros que los guardo, bajo llave cerebral, para mí. Incluso hay un badulaque que afirma que me paga “La Opinión”. Criaturita pusilánime y grotesca.

 

Nunca me voy a olvidar de mi tierra, máxime si padece, sufre y pena. Si mi ciudad y su provincia contasen entre las más desarrolladas de la nación española, me dedicaría a otros asuntos cercanos al hedonismo, a los placeres aparejados a la carne, al gusto y al resto de sentidos.

 

Insisto hoy, de nuevo, en que la prensa, atenazada por el sistema, carece de libertad para contribuir a la transformación de esta sociedad. Zamora hallase al borde del abismo por la felonía de sus políticos, siempre al servicio de los partidos, nunca de los zamoranos; la mentalidad de nuestra gente, vetusta, anquilosada, retrógrada, con ciertas dosis de pesimismo, características que daría lugar a un estudio antropológico, y una prensa, más ahora que nunca, al servicio del que manda, sea un hombre de izquierdas o una mujer de derechas. Hay que ordeñar siempre la vaca que da leche. Con observar las informaciones y artículos de unos y de otros, colegirá que lo que escribo se acerca a la realidad.

 

Zamora se ha transformado en una sociedad amorfa, moribunda, sin genio, abotargada, sin brío y pusilánime. Solo existen focos de resistencia en esos organismos, ya reconocidos, y algunos otros que aparecen de cuando en cuando, en circunstancias especiales. He escrito.

 

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