Jueves, 18 de Septiembre de 2025

Eugenio-Jesús de Ávila
Miércoles, 30 de Julio de 2025
COSAS DE DE LA BIEN CERCADA

Ocaso y declive de Zamora

Eugenio-Jesús de Ávila

 

Cada vez somos menos y más mayores. Año tras año, los zamoranos que vivimos en nuestra tierra nos sentimos más solos. No contamos para nadie. Los grandes partidos políticos y las instituciones públicas nos obvian. Cuando hay elecciones nos cuentan cuatro cuentos que ya nos sabemos: qué si van a invertir, qué no nos olvidan, qué nos quieren mucho y qué nos tendrán presentes en sus oraciones, que nuestra Semana Santa es la mejor del mundo mundial… Pero el tiempo pasa y Zamora vive ya en un coma demográfico.

 

Los que dicen representarnos -otra falacia, porque son solo comerciales de sus respectivos partidos- perciben salarios muy superiores a sus categorías profesionales. Sería impropio de estos privilegiados que, por defender el futuro de Zamora en contra de los criterios de los que mandan en sus formaciones y ordenan y mandan en las instituciones, fueran a perder quizá el mayor chollo que cualquier persona pudiera disfrutar: ser diputado o senador, legislatura tras legislatura. Por cierto, debería contemplarse la imposibilidad de repetir más de dos legislaturas a la misma persona. Y ya me parece demasiado.

 

Como somos muy pocos y, además, mayores, y con querencia por votar, que no elegir, en la misma dirección, Zamora se encamina hacia una despoblación que impedirá cualquier avance económico, cualquier proyecto industrial y agropecuario. Los zamoranos lo toleramos todo. Nos creemos las mentiras del poder, porque somos almas cándidas y nuestra mentalidad padece eso que he denominado apatía antropológica. También se le teme al poder, como si por nuestra provincia siguiese en plena dictadura.

 

Mientras seguimos batiendo marcas de despoblación en el continente europeo, nuestro Ayuntamiento intentará que Zamora aparezca más bonita, más linda, más atractiva. Cambiar mentalidad y dinámica económica no se halla entre los poderes municipales. La Diputación va suturando heridas en esa anciana piel de nuestra provincia. Pero tampoco posee potencial para transformar Zamora. Las comarcas de occidente son ya desiertos demográficos, mientras las orientales caminan hacia esa misma decadencia.

 

Y esta dinámica hacia la nada se produce en silencio, sin que rechiste nadie. La prensa va de rueda de prensa en rueda de prensa. No critica, no inquiere, no protesta. Nunca como durante estos años los medios de comunicación fueron tan dependientes de la publicidad pública como en esta tercera década del siglo XXI. Se podrían decir que forman parte de la administración pública.

 

Y no se me exija ser optimista con el futuro de nuestra tierra. Ni se me califique de pesimista. Solo analizo datos que yo no elaboro. Y cierro con una reflexión de Burke: “Para que el mal triunfe solo se necesita que los buenos no hagan nada”. Los zamoranos seguimos cruzados de brazos, mientras nuestra ciudad y provincia viven su ocaso y su declive.

 

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