Jueves, 18 de Septiembre de 2025

Alba P. M.
Viernes, 01 de Agosto de 2025
TOROS

Recuerdo, respeto y admiración para el maestro de Villalpando, Andrés Vazquez

En un gesto de grandeza que el toreo atesora, cercana la fecha en la que hubiera cumplido 89 años, toreros admiradores del maestro oraron ante su sepultura

Encabezados por el Maestro Carlos Escolar “Frascuelo”, el decano de los matadores de toros en activo, el torero Rafael Cerro, el banderillero David Adalid y alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Navas del Rey, junto al diplomático William Cárdenas, presidente de la Asociación Internacional de Tauromaquia, a quienes se sumó la sobrina del propio Andrés Vázquez, unidos en el recuerdo, respeto y admiración al Maestro, se ofició una oración en su memoria por parte del sacerdote extremeño y también torero, padre Víctor Carrasco.
Una idea que partió de los ganaderos José Fernández y Jesús Alaiz, propietarios de las reses que viven plácidamente en la dehesa “El Encinar”, en el término de Villapando, localidad que da nombre al hierro de su ganadería.


También, el grupo de asistentes tuvo a bien detenerse ante el panteón de la familia Toranzo, donde descansan los restos de Miguel Ángel Toranzo, el que fuera presidente del Foro Taurino de Zamora, al que tanto se echa en falta por su implicación en la defensa de La Fiesta en nuestra provincia.


Tras el sencillo, pero sentido momento, los ganaderos invitaron a los toreros a participar en un tentadero a campo abierto, una faena campera genuina que tuvo un resultado apasionante.


Con el trato amable y generoso de los anfitriones, llegó el momento de disfrutar del maravilloso escenario que se despliega en esa Tierra de Campos, donde tratan con esmero los vientres de la ganadería, hermosos ejemplares de vacas madres, la mayoría cercanas a los veinte años, con encornaduras que impresionan y resecan las bocas de quienes se aproximan a sus terrenos.


Resultó inevitable reconocer el mérito de los actuantes, que hicieron un esfuerzo de valor, técnica y conocimientos para conducir las nobles, pero encastadas embestidas de las vacas, cuya seriedad obligaba a no cometer errores a quienes sueñan con algún día poder resolver sus faenas con la misma maestría que logró cuajar el Maestro Andrés Vázquez, figura destacada e irrepetible de la tauromaquia reciente.


Una joya genética la que manejan estos ganaderos zamoranos de un encaste en vías de extinción: Jijona-Villamarta que destacaron además de por sus impresionantes hechuras, por la fijeza en su comportamiento al ser toreadas en la libertad del campo en un espacio de no más de diez metros cuadrados, sin distraerse lo más mínimo para embestir a otro estímulo que no fuera el capote o la muleta en un rasgo de la bravura más auténtica. 
Seguro que el Maestro Andrés Vázquez, desde el cielo, disfrutó de las maravillosas embestidas de los animales y de la valentía de los toreros, todos ellos admiradores y seguidores de las enseñanzas del torero que nació en Villalpando y que, desde el diecisiete de junio de dos mil veintidós, con el título de figura y la consideración de Maestro, descansa allí para siempre. 

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