OBRAS DE HUMANIZACIÓN
Cruzar parando coches a la vez
Los coches que salen de la rotonda que une Cardenal Cisneros con la carretera de la Estación, en dirección a las Tres Cruces, no cuentan con una correcta visibilidad del semáforo del paso de peatones
Parece que las largas obras que afectan a las principales travesías de la ciudad están llegando a su fin. Sin embargo, la “humanización” que va unida a su nombre no llega del todo. Un claro ejemplo lo vivimos en varios semáforos de los pasos de peatones para cruzar las nuevas vías.
Uno de los perjudicados en este sentido es el situado debajo de la avenida Cardenal Cisneros, pegado a la rotonda que lo une con la carretera de la Estación, aunque a lo largo de esta principal vía hay más semáforos en la misma situación o similar.
Este paso contaba hasta hace apenas unos días con un tiempo para cruzar (en verde para el peatón) irrisorio. Un error que llevaba poniendo en peligro a los peatones bastante tiempo, y que por fin parece que ha sido corregido, añadiendo a los 20 segundos que duraba unos pocos más.
Ahora, cuenta ya con semáforos nuevos en los que indica el tiempo, y podemos ver como se cuenta con 33 segundos para cruzar cuatro carriles, más dos de las vías de servicio. En definitiva, seis carriles que ahora ya si da tiempo a cruzar, eso sí, sin dormirse en los laureles, y con un ojo puesto en la carretera, porque el nuevo y grave error es que los coches que salen de la rotonda se encuentran con el paso de peatones prácticamente al lado, y mal señalizado.
Y este es otro “melón”, los coches que salen de las rotondas. Es evidente que tienen que ir con cuidado, despacio y respetando a los viandantes. Pero la realidad es que salen de la rotonda y se encuentran “de morros” con un paso de peatones pegado, en el que los conductores no saben si está el semáforo abierto para los peatones o no, ya que sumando chapuzas a todo lo anterior, el semáforo de los peatones se encuentra situado al final de todo el paso, y entre la vía de servicio y la vía principal no hay ninguno, lo cual resta mucha visibilidad para que los coches puedan ver si está abierto para el paso o no.
Una señalización importantísima que no está, y que pone en peligro una vez más a los peatones, y resulta de muy poca ayuda a los conductores, que se pueden encontrar sin querer con alguien cruzando y no tener prácticamente capacidad de reacción.
Algo que se corregiría sencillamente añadiendo otros dos semáforos de peatones justo entre los carriles principales, donde ahora mismo se encuentra una señal avisando del paso de peatón, eso sí, pero es el conductor el que tiene que “adivinar” si el peatón tiene su semáforo abierto o no.
Por lo que mientras tanto seguimos con los peatones cruzando temerosos y con un ojo puesto a la carretera, velando ellos mismos por su seguridad, a pesar de haber “humanizado” las calles.
Unas obras largas y tediosas que parece que no llegan a su fin, y que en el empeño de humanizar la ciudad aún les quedan mucho por hacer, o corregir.

Parece que las largas obras que afectan a las principales travesías de la ciudad están llegando a su fin. Sin embargo, la “humanización” que va unida a su nombre no llega del todo. Un claro ejemplo lo vivimos en varios semáforos de los pasos de peatones para cruzar las nuevas vías.
Uno de los perjudicados en este sentido es el situado debajo de la avenida Cardenal Cisneros, pegado a la rotonda que lo une con la carretera de la Estación, aunque a lo largo de esta principal vía hay más semáforos en la misma situación o similar.
Este paso contaba hasta hace apenas unos días con un tiempo para cruzar (en verde para el peatón) irrisorio. Un error que llevaba poniendo en peligro a los peatones bastante tiempo, y que por fin parece que ha sido corregido, añadiendo a los 20 segundos que duraba unos pocos más.
Ahora, cuenta ya con semáforos nuevos en los que indica el tiempo, y podemos ver como se cuenta con 33 segundos para cruzar cuatro carriles, más dos de las vías de servicio. En definitiva, seis carriles que ahora ya si da tiempo a cruzar, eso sí, sin dormirse en los laureles, y con un ojo puesto en la carretera, porque el nuevo y grave error es que los coches que salen de la rotonda se encuentran con el paso de peatones prácticamente al lado, y mal señalizado.
Y este es otro “melón”, los coches que salen de las rotondas. Es evidente que tienen que ir con cuidado, despacio y respetando a los viandantes. Pero la realidad es que salen de la rotonda y se encuentran “de morros” con un paso de peatones pegado, en el que los conductores no saben si está el semáforo abierto para los peatones o no, ya que sumando chapuzas a todo lo anterior, el semáforo de los peatones se encuentra situado al final de todo el paso, y entre la vía de servicio y la vía principal no hay ninguno, lo cual resta mucha visibilidad para que los coches puedan ver si está abierto para el paso o no.
Una señalización importantísima que no está, y que pone en peligro una vez más a los peatones, y resulta de muy poca ayuda a los conductores, que se pueden encontrar sin querer con alguien cruzando y no tener prácticamente capacidad de reacción.
Algo que se corregiría sencillamente añadiendo otros dos semáforos de peatones justo entre los carriles principales, donde ahora mismo se encuentra una señal avisando del paso de peatón, eso sí, pero es el conductor el que tiene que “adivinar” si el peatón tiene su semáforo abierto o no.
Por lo que mientras tanto seguimos con los peatones cruzando temerosos y con un ojo puesto a la carretera, velando ellos mismos por su seguridad, a pesar de haber “humanizado” las calles.
Unas obras largas y tediosas que parece que no llegan a su fin, y que en el empeño de humanizar la ciudad aún les quedan mucho por hacer, o corregir.
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