El fuego, la mentira, la corrupción y la falta de responsabilidad política

Eugenio-Jesús de Ávila

Cuando la mentira y la corrupción políticas se asumen, sin grandes problemas de digestión moral por los estómagos del pueblo, el Estado ha entrado en quiebra ética, que siempre precede a la económica. Los incendios -por qué el fuego no quemará la mentira- casi todos provocados, como si se tratase de una conspiración, en nuestra Zamora, León y Orense, evidencian que aquí ni un solo político respeta su responsabilidad en el cargo. Gobernar de tal manera, sin corsés, sin un mandato moral, sin querencia por la dimisión o el cese, provoca náuseas en las personas decentes, con conceptos políticos basados en la libertad individual y el derecho. Aquí, en la res pública, el que la hace no la paga. Aquí, la mentira es el peto de algunos políticos y la corrupción, su espaldar. No hay Quijotes en la política española. No hay gobernantes como Sancho en su Ínsula Barataria. Reina la hipocresía, la felonía, la ineptocracia y el nepotismo, monstruos que las gentes asumen con normalidad.

Sobran autonomías, sobra Senado, sobran coches oficiales, sobran diputados en el Congreso, y senadores en la Cámara Alta; sobran pensiones gigantescas para diputados y senadores, sobran potentes cantidades de dinero públicos para los partidos políticos, los sindicatos y las patronales. Sobran cretinos escribiendo, sin conocimientos, en Facebook. Que cada cual se pague su militancia. Que vascos y catalanes, privilegiados, se paguen sus pensiones, que España ya no es un reino medieval. Hartos de cupos, hartos de prebendas, hartos de jetas separatistas, golpistas y chantajistas del cualquier gobierno de la nación en minoría que acepte el envite de estos villanos.

Faltan hombres y mujeres de Estado, hombres y mujeres que asuman que la política en un tránsito en su vida, una época sacra dedicada al pueblo llano. Falta una Ley Electoral que devuelva al ciudadano su capacidad real de elegir a sus diputados. Faltan políticos que dimitan, que cesen, que se vayan a su profesión, si es que la poseen. Faltan personas con mentalidad empresarial. Faltan ciudadanos que castiguen la mentira y la corrupción. Faltan intelectuales como Sabater, Félix Azua, Elorza,  Martín Seco, García-Trevijano o Escohotado (ya fallecidos) para analizar la vileza política que vive la nación más antigua de Europa.

La izquierda española abjuró de su origen jacobino durante el periodo de la transición, porque admitió que los independentistas vascos y catalanes, minorías, fueron luchadores contra el franquismo, merced a su desconocimiento histórico. Del génesis de nuestra democracia proceden nuestros males, irresolubles, en este verano de 2025. España, al borde del abismo, como sociedad, como Estado, como nación. 

“Nada hay más pequeño que un grande dominado por el orgullo”. “La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre nada sobre la mentira como el aceite sobre el agua”. Don Quijote de la Mancha (Miguel de Cervantes Saavedra).