Un café y después el mundo

Personalizar nuestra vida es “convertir lo que nos apasiona en nuestro estilo de vida”, de forma que decidimos cómo queremos estar en este mundo. Podemos estar de una manera auténtica y al mismo tiempo conseguir estar bien con uno mismo (eso es esencial). Para empezar esta columna voy a partir de este pensamiento : “un día brillante depende más de tu actitud que del sol”. En todos los campos buscamos algo que nos motive, ese empuje que muchas veces cuesta conseguir, pero “la inquietud como tal creo que siempre espera un enfoque positivo” de cada situación que se nos presenta. Por ejemplo : si estamos abrumados, es cuestión de exprimir la creatividad y cambiar la perspectiva. Está claro que “todo está cambiando, pero pienso que no siempre debemos ir de la mano de los cambios” : lo que hay que dejar es que florezcan nuestras ideas y buscar “eso” que nos haga vibrar positivamente. Hubo quien afirmó en su día que su lema al levantarse era “un café y después el mundo”... ¿Qué quiero decir con todo esto? Pues que lo primero es motivarnos para encontrar lo mismo del mundo, y que la actitud que se proyecta es el beneficio del resultado final. No es lo mismo ir a trabajar con ganas y positividad, que ir pesimistas y en un estado derrotado, porque la energía se siente siempre en el ambiente. Un trabajador motivado rendirá siempre mejor, sentirá que es parte de la empresa y facilitará todo a su equipo, por eso tanto en una empresa como en nuestra vida personal es importante la motivación. Si conocemos nuestros límites “sabremos qué hay que hacer” para cambiarlos y obtener lo que deseamos, pero a veces no encontramos por nosotros mismos ese aliciente, y la razón es que no tenemos entrenada nuestra creatividad, aunque siempre tenemos la opción y la oportunidad de consultar. Siempre hay algo o alguien que posee eso que buscas y que potencia de manera estratégica tu vida y tu actividad laboral.