ZAMORANA
Qué hacer en Zamora
Mª Soledad Martín Turiño
![[Img #101337]](https://eldiadezamora.es/upload/images/08_2025/8429_4146_9083_8335_sol1.jpg)
Amanece un hermoso día en esta ciudad de múltiples denominaciones: Bien Cercada, Perla del Duero, Joya del Románico… La casa me empuja hacia la calle para pasear y recibir una luz que no ciega y un fresco que agradecen los sentidos. En mi ruta urbana de todos los días, recorro los recovecos de cada iglesia, disfruto con la vista que se prolonga más allá del rio, camino despacio por las dos arterias principales: Santa Clara y San Torcuato, descanso en una terraza de la Plaza Mayor mientras veo como transitan zamoranos y foráneos; gozo de otra corta caminata hasta llegar a la plaza de Zorrilla: pequeña, coqueta, agradable y la más completa de Zamora: tiene un pequeño jardín con una fuente que sustenta una maternidad de Baltasar Lobo, bancos alrededor y la vista privilegiada del palacio de los Momos, y contemplo cada edificio que jalonan estas calles, cada uno con su propia historia.
Siempre digo que Zamora es para degustarla despacio, lejos de las prisas que enturbiarían la paz silente de esta urbe tranquila, para gozar de cada espacio, de sus productos, de su gente… Repican las campanas llamando a misa y es todo un placer entrar en cualquier templo románico, desde Santiago el Burgo, tal vez el más sobrio, hasta la pequeña capilla de San Ildefonso, con una magnífica cúpula que distrae de la homilía mirando hacia lo alto para percibir la filigrana de los dibujos que la adornan. Muchas son las iglesias para recorrer, y muchas las rutas para perderse en esta ciudad que parece sacada del medievo.
Amanece un hermoso día en esta ciudad de múltiples denominaciones: Bien Cercada, Perla del Duero, Joya del Románico… La casa me empuja hacia la calle para pasear y recibir una luz que no ciega y un fresco que agradecen los sentidos. En mi ruta urbana de todos los días, recorro los recovecos de cada iglesia, disfruto con la vista que se prolonga más allá del rio, camino despacio por las dos arterias principales: Santa Clara y San Torcuato, descanso en una terraza de la Plaza Mayor mientras veo como transitan zamoranos y foráneos; gozo de otra corta caminata hasta llegar a la plaza de Zorrilla: pequeña, coqueta, agradable y la más completa de Zamora: tiene un pequeño jardín con una fuente que sustenta una maternidad de Baltasar Lobo, bancos alrededor y la vista privilegiada del palacio de los Momos, y contemplo cada edificio que jalonan estas calles, cada uno con su propia historia.
Siempre digo que Zamora es para degustarla despacio, lejos de las prisas que enturbiarían la paz silente de esta urbe tranquila, para gozar de cada espacio, de sus productos, de su gente… Repican las campanas llamando a misa y es todo un placer entrar en cualquier templo románico, desde Santiago el Burgo, tal vez el más sobrio, hasta la pequeña capilla de San Ildefonso, con una magnífica cúpula que distrae de la homilía mirando hacia lo alto para percibir la filigrana de los dibujos que la adornan. Muchas son las iglesias para recorrer, y muchas las rutas para perderse en esta ciudad que parece sacada del medievo.
Anase | Viernes, 26 de Septiembre de 2025 a las 13:14:30 horas
Este texto abre el apetito por ir a esa ciudad y perderse por calles y plazas. Propósito cercano: conocer Zamora.
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