
INCENDIOS FORESTALES
"Los parques eólicos no se ven beneficiados por los incendios forestales"
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) niega que los incendios de este verano estén relacionados con proyectos de energías renovables
"Solo es posible construir un parque eólico en una zona que haya sufrido un incendio forestal si ya había obtenido la Declaración de Impacto Ambiental positiva con anterioridad a este", además, las zonas quemadas tienen fuertes restricciones y usualmente acaban deteniendo proyectos en curso.
La oleada de incendios forestales que ha devastado más de 412.000 hectáreas en España en lo que va de año, según el Sistema Europeo de Información de Incendios Forestales, ha vuelto a situar en el debate público la necesidad de reforzar la prevención y protección de los montes. En medio de esta crisis ambiental, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) ha querido salir al paso de los bulos y desinformaciones que circulan en redes sociales y algunos medios, en los que se intenta vincular la instalación de aerogeneradores con el origen o la expansión de los incendios.
La patronal eólica asegura que esas afirmaciones son “falsas y sin fundamento” y recuerda que, lejos de suponer un problema, los parques eólicos refuerzan la gestión forestal, facilitan la extinción de incendios y apoyan a las comunidades rurales.
La Ley de Montes: 30 años sin recalificación
Uno de los bulos más repetidos es que los incendios facilitan la construcción de parques eólicos gracias a la recalificación del suelo. Sin embargo, la AEE lo desmiente categóricamente:
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La Ley de Montes (43/2003) establece que el terreno quemado debe mantener su uso forestal al menos durante 30 años.
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La modificación de 2015 solo permite excepciones en casos de “interés público imperioso”, que deben aprobarse mediante una ley específica en el Parlamento.
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La construcción de un parque eólico no requiere recalificación urbanística, porque el suelo mantiene su carácter agrícola, forestal o ganadero.
“Es inconcebible que se plantee recalificar zonas de alto valor ecológico quemadas para instalar aerogeneradores”, subraya la asociación.
Los incendios también perjudican a la eólica
"Lejos de beneficiarse de los incendios, los parques eólicos son también víctimas de sus efectos". La AEE advierte de que el fuego provoca graves daños en instalaciones ya operativas, dificulta el desarrollo de nuevos proyectos y eleva considerablemente los costes de construcción.
"A los gastos habituales de un parque eólico se suman, tras un incendio, los derivados de la limpieza del área quemada y la obligación de reforestación de superficies equivalentes, lo que encarece y ralentiza cualquier iniciativa.
La patronal recalca además que no existe relación entre la proliferación de proyectos y el número de incendios en un territorio. Así lo demuestra la comparación realizada en provincias especialmente castigadas por las llamas como Zamora y Orense, donde los mapas de fuegos y de parques eólicos en tramitación no presentan ninguna correlación".
“Pensar que los incendios facilitan la construcción de parques eólicos no solo es un error, sino un sinsentido”, sostiene la asociación, que recuerda que el fuego afecta negativamente tanto a los promotores como a las comunidades locales que conviven con estas infraestructuras.

Convivencia con el territorio
Otro mito que la AEE responde es que "la llegada de aerogeneradores cambia el uso del suelo". La realidad es que menos del 5 % del terreno se utiliza para cimentaciones, caminos y plataformas, mientras que el resto conserva sus usos tradicionales: pastos, cultivos, aprovechamiento forestal o actividades turísticas. Los parques eólicos, explica la patronal, "conviven en formato mosaico con la agricultura, la ganadería y el ocio rural, integrándose en la vida económica y social de los municipios donde se instalan".
No hay atajos tras un incendio
El sector también rechaza que un incendio pueda abrir la puerta a proyectos que antes fueron descartados. Si una iniciativa no supera la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), queda inhabilitada para siempre. "Tampoco es cierto que el concepto europeo de interés público superior de las energías renovables permita saltarse estas evaluaciones o tener prioridad sobre la recuperación forestal". Según la AEE, "la restauración de un monte tras un incendio es siempre la máxima prioridad".
Una red de cortafuegos y vigilancia
Frente a quienes ven a los parques eólicos como un riesgo, la patronal defiende su papel en "la prevención y detección temprana de incendios".
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Las pistas de acceso necesarias para el mantenimiento actúan como cortafuegos y permiten la entrada rápida de los bomberos.
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Los sistemas de monitorización y las cámaras instaladas en aerogeneradores se han convertido en una red de alerta temprana.
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El personal de mantenimiento en los parques constituye una primera línea de detección y aviso de conatos.
"Incluso existen aerogeneradores con extintores incorporados, lo que añade una capa extra de protección".
Recursos para la gestión forestal
Más allá del terreno, "los parques eólicos generan un importante flujo económico". Sus aportaciones a ayuntamientos y comunidades autónomas permiten invertir en:
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Limpieza de montes y creación de perímetros de seguridad alrededor de los núcleos rurales.
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Formación ciudadana en prevención y extinción.
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Refuerzo de la infraestructura forestal en zonas con mayor riesgo.
"Algunos municipios ya destinan parte de estos ingresos a mejorar la protección contra incendios", según recoge la AEE.
Energía limpia contra la crisis climática
El sector recuerda que "la mayor amenaza para los bosques no está en los aerogeneradores, sino en la crisis climática, que multiplica la frecuencia e intensidad de los incendios, las sequías y las inundaciones". La energía eólica, que ya cubre el 23 % de la demanda eléctrica en España y representa el 24 % de la potencia instalada, se presenta como "una de las herramientas más eficaces para reducir las emisiones y avanzar hacia un modelo energético sostenible y seguro".
Un sector estratégico
Con más de 350 empresas asociadas, 276 centros industriales y 35.700 empleos directos en España, la AEE recuerda que "la eólica es hoy la primera tecnología del sistema eléctrico nacional. Su aportación no solo se mide en megavatios, sino también en su capacidad para cuidar el territorio y proteger a las comunidades rurales frente a la amenaza de los incendios".
“Los parques eólicos no son un enemigo del monte, sino un aliado imprescindible en su conservación y en la lucha contra el fuego”, concluye la asociación.
La oleada de incendios forestales que ha devastado más de 412.000 hectáreas en España en lo que va de año, según el Sistema Europeo de Información de Incendios Forestales, ha vuelto a situar en el debate público la necesidad de reforzar la prevención y protección de los montes. En medio de esta crisis ambiental, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) ha querido salir al paso de los bulos y desinformaciones que circulan en redes sociales y algunos medios, en los que se intenta vincular la instalación de aerogeneradores con el origen o la expansión de los incendios.
La patronal eólica asegura que esas afirmaciones son “falsas y sin fundamento” y recuerda que, lejos de suponer un problema, los parques eólicos refuerzan la gestión forestal, facilitan la extinción de incendios y apoyan a las comunidades rurales.
La Ley de Montes: 30 años sin recalificación
Uno de los bulos más repetidos es que los incendios facilitan la construcción de parques eólicos gracias a la recalificación del suelo. Sin embargo, la AEE lo desmiente categóricamente:
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La Ley de Montes (43/2003) establece que el terreno quemado debe mantener su uso forestal al menos durante 30 años.
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La modificación de 2015 solo permite excepciones en casos de “interés público imperioso”, que deben aprobarse mediante una ley específica en el Parlamento.
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La construcción de un parque eólico no requiere recalificación urbanística, porque el suelo mantiene su carácter agrícola, forestal o ganadero.
“Es inconcebible que se plantee recalificar zonas de alto valor ecológico quemadas para instalar aerogeneradores”, subraya la asociación.
Los incendios también perjudican a la eólica
"Lejos de beneficiarse de los incendios, los parques eólicos son también víctimas de sus efectos". La AEE advierte de que el fuego provoca graves daños en instalaciones ya operativas, dificulta el desarrollo de nuevos proyectos y eleva considerablemente los costes de construcción.
"A los gastos habituales de un parque eólico se suman, tras un incendio, los derivados de la limpieza del área quemada y la obligación de reforestación de superficies equivalentes, lo que encarece y ralentiza cualquier iniciativa.
La patronal recalca además que no existe relación entre la proliferación de proyectos y el número de incendios en un territorio. Así lo demuestra la comparación realizada en provincias especialmente castigadas por las llamas como Zamora y Orense, donde los mapas de fuegos y de parques eólicos en tramitación no presentan ninguna correlación".
“Pensar que los incendios facilitan la construcción de parques eólicos no solo es un error, sino un sinsentido”, sostiene la asociación, que recuerda que el fuego afecta negativamente tanto a los promotores como a las comunidades locales que conviven con estas infraestructuras.
Convivencia con el territorio
Otro mito que la AEE responde es que "la llegada de aerogeneradores cambia el uso del suelo". La realidad es que menos del 5 % del terreno se utiliza para cimentaciones, caminos y plataformas, mientras que el resto conserva sus usos tradicionales: pastos, cultivos, aprovechamiento forestal o actividades turísticas. Los parques eólicos, explica la patronal, "conviven en formato mosaico con la agricultura, la ganadería y el ocio rural, integrándose en la vida económica y social de los municipios donde se instalan".
No hay atajos tras un incendio
El sector también rechaza que un incendio pueda abrir la puerta a proyectos que antes fueron descartados. Si una iniciativa no supera la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), queda inhabilitada para siempre. "Tampoco es cierto que el concepto europeo de interés público superior de las energías renovables permita saltarse estas evaluaciones o tener prioridad sobre la recuperación forestal". Según la AEE, "la restauración de un monte tras un incendio es siempre la máxima prioridad".
Una red de cortafuegos y vigilancia
Frente a quienes ven a los parques eólicos como un riesgo, la patronal defiende su papel en "la prevención y detección temprana de incendios".
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Las pistas de acceso necesarias para el mantenimiento actúan como cortafuegos y permiten la entrada rápida de los bomberos.
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Los sistemas de monitorización y las cámaras instaladas en aerogeneradores se han convertido en una red de alerta temprana.
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El personal de mantenimiento en los parques constituye una primera línea de detección y aviso de conatos.
"Incluso existen aerogeneradores con extintores incorporados, lo que añade una capa extra de protección".
Recursos para la gestión forestal
Más allá del terreno, "los parques eólicos generan un importante flujo económico". Sus aportaciones a ayuntamientos y comunidades autónomas permiten invertir en:
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Limpieza de montes y creación de perímetros de seguridad alrededor de los núcleos rurales.
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Formación ciudadana en prevención y extinción.
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Refuerzo de la infraestructura forestal en zonas con mayor riesgo.
"Algunos municipios ya destinan parte de estos ingresos a mejorar la protección contra incendios", según recoge la AEE.
Energía limpia contra la crisis climática
El sector recuerda que "la mayor amenaza para los bosques no está en los aerogeneradores, sino en la crisis climática, que multiplica la frecuencia e intensidad de los incendios, las sequías y las inundaciones". La energía eólica, que ya cubre el 23 % de la demanda eléctrica en España y representa el 24 % de la potencia instalada, se presenta como "una de las herramientas más eficaces para reducir las emisiones y avanzar hacia un modelo energético sostenible y seguro".
Un sector estratégico
Con más de 350 empresas asociadas, 276 centros industriales y 35.700 empleos directos en España, la AEE recuerda que "la eólica es hoy la primera tecnología del sistema eléctrico nacional. Su aportación no solo se mide en megavatios, sino también en su capacidad para cuidar el territorio y proteger a las comunidades rurales frente a la amenaza de los incendios".
“Los parques eólicos no son un enemigo del monte, sino un aliado imprescindible en su conservación y en la lucha contra el fuego”, concluye la asociación.
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