ZAMORANA
Hay que rendir homenaje a los nuestros
En uno de mis gratos paseos por la ciudad descubrí hace unos días junto a la coqueta iglesia de San Cipriano, un monolito en bronce con un poema de nuestro paisano tabarés León Felipe titulado “Romero solo…” que remataba con una breve historia del escritor. Me pareció una idea de buen gusto, económica, sencilla, que debería proliferar diseminada en diferentes calles de capital para que el turista o el autóctono se deleite cada vez que transite por ellas.
Afortunadamente no faltan nombres de escritores zamoranos a quienes homenajear, que han sido figuras clave en el ámbito intelectual reconocidos por sus contribuciones a la lingüística, la filosofía y la literatura. Aquí van unos cuantos:
- María Margarita Ferreras Lorenzo (nacido en Alcañies)
- Justo Alejo Arenal (nacido en Formariz)
- Agustín García Calvo (nacido en Granja de Moreruela)
- Luis de Ulloa Pereira (nacido en Toro)
- Waldo Santos García (nacido en Castronuevo de los Arcos)
Tampoco me olvido de reclamar estatuas como las que ya existen, al estilo de la de “Herminio Ramos Pérez”, en la plaza de San Ildefonso, “el Barandales” de Ricardo Flecha, o “Adán después del pecado”, de Eduardo Barrón, que sirvan como reconocimiento a diferentes artistas zamoranos que, con sus obras, han mejorado la ciudad. Ahora toca que la ciudad les reconozca a ellos mediante una escultura sencilla pero imperecedera. Sirvan como ejemplo:
- Sebastián Ducete (nacido en Toro)
- Ramón Abrantes (nacido en Corrales del Vino)
No podemos olvidar otras disciplinas, como la música donde también han destacado figuras como:
- Amparo Barayón Miguel (nacida en Zamora)
- Eugenio Gómez Carrión (nacido en Alcañices)
- Jesús López Cobos (nacido en Toro)
- Miguel Manzano Alonso (nacido en Villamor de Cadozos)
- Inocencio Haedo Ganza, más conocido como Maestro Haedo que no nació en Zamora, pero sí falleció aquí y dedicó gran parte de su vida a la música, destacando por su labor en la investigación y difusión de la música tradicional zamorana.
Felizmente el listado de personajes ilustres continúa en casi todas las disciplinas; por eso Zamora debería rendir homenaje a tantos artistas como llevaron su nombre, trabajaron por ella y ahora es el momento de que les devolvamos parte de su prestigio para que no se pierdan en la memoria.
En ocasiones no es necesario hacer grandes dispendios; basta con erigir monumentos sencillos como el dedicado a León Felipe que antes mencioné, y distribuirlos preferentemente por el casco histórico que es la zona más visitada por los turistas, para sacar a la palestra a un puñado de artistas (los mencionados son solo un ejemplo), y que la gente se enorgullezca de tantos zamoranos como lograron la fama sin que tengan que silenciarlos con el anonimato.

En uno de mis gratos paseos por la ciudad descubrí hace unos días junto a la coqueta iglesia de San Cipriano, un monolito en bronce con un poema de nuestro paisano tabarés León Felipe titulado “Romero solo…” que remataba con una breve historia del escritor. Me pareció una idea de buen gusto, económica, sencilla, que debería proliferar diseminada en diferentes calles de capital para que el turista o el autóctono se deleite cada vez que transite por ellas.
Afortunadamente no faltan nombres de escritores zamoranos a quienes homenajear, que han sido figuras clave en el ámbito intelectual reconocidos por sus contribuciones a la lingüística, la filosofía y la literatura. Aquí van unos cuantos:
- María Margarita Ferreras Lorenzo (nacido en Alcañies)
- Justo Alejo Arenal (nacido en Formariz)
- Agustín García Calvo (nacido en Granja de Moreruela)
- Luis de Ulloa Pereira (nacido en Toro)
- Waldo Santos García (nacido en Castronuevo de los Arcos)
Tampoco me olvido de reclamar estatuas como las que ya existen, al estilo de la de “Herminio Ramos Pérez”, en la plaza de San Ildefonso, “el Barandales” de Ricardo Flecha, o “Adán después del pecado”, de Eduardo Barrón, que sirvan como reconocimiento a diferentes artistas zamoranos que, con sus obras, han mejorado la ciudad. Ahora toca que la ciudad les reconozca a ellos mediante una escultura sencilla pero imperecedera. Sirvan como ejemplo:
- Sebastián Ducete (nacido en Toro)
- Ramón Abrantes (nacido en Corrales del Vino)
No podemos olvidar otras disciplinas, como la música donde también han destacado figuras como:
- Amparo Barayón Miguel (nacida en Zamora)
- Eugenio Gómez Carrión (nacido en Alcañices)
- Jesús López Cobos (nacido en Toro)
- Miguel Manzano Alonso (nacido en Villamor de Cadozos)
- Inocencio Haedo Ganza, más conocido como Maestro Haedo que no nació en Zamora, pero sí falleció aquí y dedicó gran parte de su vida a la música, destacando por su labor en la investigación y difusión de la música tradicional zamorana.
Felizmente el listado de personajes ilustres continúa en casi todas las disciplinas; por eso Zamora debería rendir homenaje a tantos artistas como llevaron su nombre, trabajaron por ella y ahora es el momento de que les devolvamos parte de su prestigio para que no se pierdan en la memoria.
En ocasiones no es necesario hacer grandes dispendios; basta con erigir monumentos sencillos como el dedicado a León Felipe que antes mencioné, y distribuirlos preferentemente por el casco histórico que es la zona más visitada por los turistas, para sacar a la palestra a un puñado de artistas (los mencionados son solo un ejemplo), y que la gente se enorgullezca de tantos zamoranos como lograron la fama sin que tengan que silenciarlos con el anonimato.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.149