NOTAS DEL PENSAMIENTO
Nos han enseñado a «comernos los sapos»
José Antonio Ávila López
![[Img #101710]](https://eldiadezamora.es/upload/images/09_2025/1348_7370_9394_8226_9948_1018_2907_7198_8176_2402_7201_6632_9597_7602_jose-antonio-avila-lopez.jpg)
Desde hace un tiempo, intento buscar la manera de explicar cómo era la sociedad hace un tiempo, tampoco tanto, y no encuentro la forma de explicarlo para que la gente pueda entenderme sin que alguien (en su mayoría los jóvenes) me mire como un bicho raro o un ser sumamente antiguo. El hecho es que uno ve la naturaleza con la que “nos comemos los sapos” hoy en día y no da crédito. El mundo político que nos está gobernando, y a todos los niveles, ha descubierto que ya pueden hacer lo que quieran y como quieran, porque no se producirá ninguna reacción por parte de la población, y si la hay no llega ni al 17%, que es quien vota a Vox. Se siguen produciendo invasiones a nivel mundial, de las cuales somos meros espectadores, y hasta hay alguien que afirma que también somos cómplices. Los gobiernos y la mayoría de partidos políticos (no todos) sólo piensan en el beneficio económico propio, obtenido en inmensidad de ocasiones de manera ilícita, y del cual ya estamos vacunados y no nos extraña, porque se ha normalizado. Es decir, nos han acostumbrado tanto a este tipo de noticias, que ya es parte de la normalidad. Existe mucha gente que lo está pasando muy mal por diferentes motivos (inmigración ilegal, incendios, políticas de género en contra del hombre, riadas, danas...), y muchos políticos no responden, sólo crean conflictos, y además, nos vamos enterando de las externalizaciones de los servicios básicos, y eso después tiene consecuencias, malas consecuencias. Cuando uno observa todo lo que se nos está haciendo y analiza la inacción de la población, es cuando piensa eso de “qué mal que lo hemos hecho”. Tengo la sensación de ser cómplice de una generación que ha borrado del mapa todo aquello que nos benefició en su día y nos trajo mejoras, así como el tener a los gobernantes en alerta. Aquellas huelgas y manifestaciones, que las vi cuando era pequeño, demandaban servicios y dignidad para los barrios, pueblos y ciudades. Actualmente, nos han enseñado a “comernos los sapos”, nos gusten o no, con políticas de penalizaciones desorbitadas... Sí, la gente se ha vuelto muy cómoda. Repito..., ¿alguien puede explicar a los jóvenes cómo eran las cosas antes de que nos cargáramos los saltos generacionales de luchas de una sociedad respetable? Por mi edad, puedo llegar a sentirme cómplice, no tengo duda. El reto a día de hoy es muy potente para poder concienciar a nuestros jóvenes.
Desde hace un tiempo, intento buscar la manera de explicar cómo era la sociedad hace un tiempo, tampoco tanto, y no encuentro la forma de explicarlo para que la gente pueda entenderme sin que alguien (en su mayoría los jóvenes) me mire como un bicho raro o un ser sumamente antiguo. El hecho es que uno ve la naturaleza con la que “nos comemos los sapos” hoy en día y no da crédito. El mundo político que nos está gobernando, y a todos los niveles, ha descubierto que ya pueden hacer lo que quieran y como quieran, porque no se producirá ninguna reacción por parte de la población, y si la hay no llega ni al 17%, que es quien vota a Vox. Se siguen produciendo invasiones a nivel mundial, de las cuales somos meros espectadores, y hasta hay alguien que afirma que también somos cómplices. Los gobiernos y la mayoría de partidos políticos (no todos) sólo piensan en el beneficio económico propio, obtenido en inmensidad de ocasiones de manera ilícita, y del cual ya estamos vacunados y no nos extraña, porque se ha normalizado. Es decir, nos han acostumbrado tanto a este tipo de noticias, que ya es parte de la normalidad. Existe mucha gente que lo está pasando muy mal por diferentes motivos (inmigración ilegal, incendios, políticas de género en contra del hombre, riadas, danas...), y muchos políticos no responden, sólo crean conflictos, y además, nos vamos enterando de las externalizaciones de los servicios básicos, y eso después tiene consecuencias, malas consecuencias. Cuando uno observa todo lo que se nos está haciendo y analiza la inacción de la población, es cuando piensa eso de “qué mal que lo hemos hecho”. Tengo la sensación de ser cómplice de una generación que ha borrado del mapa todo aquello que nos benefició en su día y nos trajo mejoras, así como el tener a los gobernantes en alerta. Aquellas huelgas y manifestaciones, que las vi cuando era pequeño, demandaban servicios y dignidad para los barrios, pueblos y ciudades. Actualmente, nos han enseñado a “comernos los sapos”, nos gusten o no, con políticas de penalizaciones desorbitadas... Sí, la gente se ha vuelto muy cómoda. Repito..., ¿alguien puede explicar a los jóvenes cómo eran las cosas antes de que nos cargáramos los saltos generacionales de luchas de una sociedad respetable? Por mi edad, puedo llegar a sentirme cómplice, no tengo duda. El reto a día de hoy es muy potente para poder concienciar a nuestros jóvenes.
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