
ZAMORANA
Robert Redford (In memoriam)
Ha muerto un héroe, mi héroe, mi actor preferido desde siempre; ese galán con quien soñaba en mi adolescencia, el seductor de la sonrisa perfecta que conquista la soledad de un ama de casa de vida monótona y resignada cambiándola para siempre (“Los puentes de Madison”); el millonario famoso por las interminables fiestas en su gran mansión que soñaba con un amor que había perdido, en medio de un extravagante ambiente de decadencia y lujo (“El gran Gatsby”); la historia de amor en el entorno de Kenia, donde encarna a un hombre aventurero, romántico e independiente (“Memorias de África”); la discrepancia de una pareja que se debate entre los ideales de ella y el pragmatismo de él en medio de las tensiones sociales y políticas de EEU (“Tal como éramos”); la pareja compuesta por un atractivo y sensato abogado y su joven esposa, alocada e inconsciente y las vicisitudes que sufren dando lugar a situaciones un tanto extravagantes (“Descalzos por el parque”)…
Y luego están aquellas películas memorables, ya no de índole romántica, sino de acción, con su compañero Paul Newman: “El golpe”, “Dos hombres y un destino”; otras con temática política: “El candidato·, “Todos los hombres del presidente”; de espionaje: “Spy game”, “Los tres días del Cóndor” … y una larga serie de filmes de diferentes temáticas donde vemos a Redford en la piel de un preso que se mimetiza con los demás en la prisión para conocer su funcionamiento desde dentro, y luego descubre su identidad como el alcaide para destapar los abusos y asesinatos que se produjeron (“Brubaker”); un jugador de béisbol (“El mejor”); un hombre que se aleja de la civilización y busca vivir en la naturaleza (“Las aventuras de Jeremiah Johnson”); de intriga (“Los fisgones”); un prófugo de la justicia condenado injustamente que desata el caos en su ciudad (“La jauría humana”); e incluso se atrevió con una cinta de superhéroes (“Capitán América”)…
Aunque he descrito un tanto pormenorizadamente su filmografía, quedan en el tintero más títulos de una obra cinematográfica amplia y plagada de éxito; en la que incluso tuvo un papel como director, con obras como: “Un lugar llamado Milagro”, “El río de la vida”, “El dilema”, “El hombre que susurraba a los caballos”; y "Gente corriente" que obtuvo un Óscar en 1981.
Redford quedará en la mente de los que amamos el cine, porque consiguió que, desde la comodidad del sofá o en una sala de cine, nos abstrajéramos de la realidad para vivir con intensidad cada papel que protagonizó. Su físico tractivo: pelo rubio ondulado, su mirada azul y una sonrisa cautivadora, además de un gran talento, fueron sus armas para conquistar el mundo del cine.
Se nos ha ido, pero siempre permanecerá su trabajo y la grandeza de su obra.
Mª Soledad Martín Turiño
Ha muerto un héroe, mi héroe, mi actor preferido desde siempre; ese galán con quien soñaba en mi adolescencia, el seductor de la sonrisa perfecta que conquista la soledad de un ama de casa de vida monótona y resignada cambiándola para siempre (“Los puentes de Madison”); el millonario famoso por las interminables fiestas en su gran mansión que soñaba con un amor que había perdido, en medio de un extravagante ambiente de decadencia y lujo (“El gran Gatsby”); la historia de amor en el entorno de Kenia, donde encarna a un hombre aventurero, romántico e independiente (“Memorias de África”); la discrepancia de una pareja que se debate entre los ideales de ella y el pragmatismo de él en medio de las tensiones sociales y políticas de EEU (“Tal como éramos”); la pareja compuesta por un atractivo y sensato abogado y su joven esposa, alocada e inconsciente y las vicisitudes que sufren dando lugar a situaciones un tanto extravagantes (“Descalzos por el parque”)…
Y luego están aquellas películas memorables, ya no de índole romántica, sino de acción, con su compañero Paul Newman: “El golpe”, “Dos hombres y un destino”; otras con temática política: “El candidato·, “Todos los hombres del presidente”; de espionaje: “Spy game”, “Los tres días del Cóndor” … y una larga serie de filmes de diferentes temáticas donde vemos a Redford en la piel de un preso que se mimetiza con los demás en la prisión para conocer su funcionamiento desde dentro, y luego descubre su identidad como el alcaide para destapar los abusos y asesinatos que se produjeron (“Brubaker”); un jugador de béisbol (“El mejor”); un hombre que se aleja de la civilización y busca vivir en la naturaleza (“Las aventuras de Jeremiah Johnson”); de intriga (“Los fisgones”); un prófugo de la justicia condenado injustamente que desata el caos en su ciudad (“La jauría humana”); e incluso se atrevió con una cinta de superhéroes (“Capitán América”)…
Aunque he descrito un tanto pormenorizadamente su filmografía, quedan en el tintero más títulos de una obra cinematográfica amplia y plagada de éxito; en la que incluso tuvo un papel como director, con obras como: “Un lugar llamado Milagro”, “El río de la vida”, “El dilema”, “El hombre que susurraba a los caballos”; y "Gente corriente" que obtuvo un Óscar en 1981.
Redford quedará en la mente de los que amamos el cine, porque consiguió que, desde la comodidad del sofá o en una sala de cine, nos abstrajéramos de la realidad para vivir con intensidad cada papel que protagonizó. Su físico tractivo: pelo rubio ondulado, su mirada azul y una sonrisa cautivadora, además de un gran talento, fueron sus armas para conquistar el mundo del cine.
Se nos ha ido, pero siempre permanecerá su trabajo y la grandeza de su obra.
Mª Soledad Martín Turiño
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