
IGLESIA
El obispo Fernando Valera impulsa la reflexión sobre el futuro de la Diócesis
La Asamblea Diocesana reúne a sacerdotes, laicos y religiosos en torno a la vocación, el compromiso y los retos sociales
El Obispo de Zamora, Fernando Valera, abrió la IV Asamblea Diocesana en el Seminario de San Atilano destacando la importancia de mirar al presente, pero sobre todo al futuro de la Iglesia en la provincia. “Estamos haciendo todo un proceso que inició con una llamada a la conversión, a una Iglesia que quiere transformarse, que quiere vivir en sinodalidad y corresponsabilidad”, afirmó.
Durante su intervención, el prelado subrayó que cada cristiano —laico, sacerdote, diácono, religioso o religiosa— tiene una vocación propia orientada al servicio y la entrega a la sociedad: “Estamos aquí para servir y para poner lo mejor de la Iglesia de Zamora al servicio de esta provincia y de todos nosotros”.
El sacerdote Florentino Pérez, protagonista de la mañana con su ponencia, centró su mensaje en la importancia de las vocaciones dentro de la Iglesia: “No hablamos solo de sacerdotes y religiosas, también de la vocación al matrimonio. Todas implican compromiso de vida, formación, crecimiento constante y revisión personal y comunitaria”, explicó.
Florentino reconoció la dificultad de lograr que florezcan nuevas vocaciones en la actualidad: “El compromiso cuesta en todos los ámbitos de la sociedad, también en el político, y es un reto que afecta a todos”.
El obispo fue preguntado por la posible llegada de una sede de la Universidad Pontificia de Salamanca a Zamora. Confirmó que se trata de “un proyecto ilusionante” que sigue en proceso: “En Zamora, todo cuesta el triple, pero estamos avanzando. Es posible que, en este mismo curso, se firme el acuerdo y se concrete la especialidad que podría impartirse en la ciudad”.
Varela insistió en que la Diócesis quiere ser una Iglesia “abierta, donde no sobra nadie y donde todos son importantes”. Señaló como ejemplo la integración de laicos en el gobierno diocesano y el nombramiento de responsables laicos en áreas clave como pastoral juvenil, pastoral vocacional y pastoral matrimonial.
Asimismo, destacó el trabajo conjunto en instituciones como Cáritas, la delegación de Patrimonio o el área de Economía, donde equipos formados por sacerdotes, religiosos y laicos colaboran en la toma de decisiones.
Respecto al futuro de las residencias de Cáritas, el obispo aclaró que no existe intención de privatizar: “La prioridad de Cáritas son los pobres, las personas sin hogar, el comedor de transeúntes y los últimos. No se trata de cerrar residencias, sino de garantizar que cada realidad responda a sus objetivos”.
También señaló que la inmigración se ha convertido en uno de los grandes desafíos sociales: “Es un problema cada vez más acuciante y requiere respuestas concretas. Cáritas debe ser ágil y flexible para atender estas necesidades emergentes”.
En cuanto al uso de la iglesia de San Andrés, Valera explicó que se convertirá en el espacio propio para todas las celebraciones de carácter diocesano: “Un lugar para encuentros, retiros, pastoral juvenil y matrimonial”.
El obispo adelantó que uno de los grandes acontecimientos de este curso será la exposición de Las Edades del Hombre, prevista para los primeros días de octubre, a falta de confirmación de la Casa Real. “Va a ser un revulsivo cultural y espiritual para Zamora, con muchas instituciones trabajando con ilusión”, afirmó.
El Obispo de Zamora, Fernando Valera, abrió la IV Asamblea Diocesana en el Seminario de San Atilano destacando la importancia de mirar al presente, pero sobre todo al futuro de la Iglesia en la provincia. “Estamos haciendo todo un proceso que inició con una llamada a la conversión, a una Iglesia que quiere transformarse, que quiere vivir en sinodalidad y corresponsabilidad”, afirmó.
Durante su intervención, el prelado subrayó que cada cristiano —laico, sacerdote, diácono, religioso o religiosa— tiene una vocación propia orientada al servicio y la entrega a la sociedad: “Estamos aquí para servir y para poner lo mejor de la Iglesia de Zamora al servicio de esta provincia y de todos nosotros”.
El sacerdote Florentino Pérez, protagonista de la mañana con su ponencia, centró su mensaje en la importancia de las vocaciones dentro de la Iglesia: “No hablamos solo de sacerdotes y religiosas, también de la vocación al matrimonio. Todas implican compromiso de vida, formación, crecimiento constante y revisión personal y comunitaria”, explicó.
Florentino reconoció la dificultad de lograr que florezcan nuevas vocaciones en la actualidad: “El compromiso cuesta en todos los ámbitos de la sociedad, también en el político, y es un reto que afecta a todos”.
El obispo fue preguntado por la posible llegada de una sede de la Universidad Pontificia de Salamanca a Zamora. Confirmó que se trata de “un proyecto ilusionante” que sigue en proceso: “En Zamora, todo cuesta el triple, pero estamos avanzando. Es posible que, en este mismo curso, se firme el acuerdo y se concrete la especialidad que podría impartirse en la ciudad”.
Varela insistió en que la Diócesis quiere ser una Iglesia “abierta, donde no sobra nadie y donde todos son importantes”. Señaló como ejemplo la integración de laicos en el gobierno diocesano y el nombramiento de responsables laicos en áreas clave como pastoral juvenil, pastoral vocacional y pastoral matrimonial.
Asimismo, destacó el trabajo conjunto en instituciones como Cáritas, la delegación de Patrimonio o el área de Economía, donde equipos formados por sacerdotes, religiosos y laicos colaboran en la toma de decisiones.
Respecto al futuro de las residencias de Cáritas, el obispo aclaró que no existe intención de privatizar: “La prioridad de Cáritas son los pobres, las personas sin hogar, el comedor de transeúntes y los últimos. No se trata de cerrar residencias, sino de garantizar que cada realidad responda a sus objetivos”.
También señaló que la inmigración se ha convertido en uno de los grandes desafíos sociales: “Es un problema cada vez más acuciante y requiere respuestas concretas. Cáritas debe ser ágil y flexible para atender estas necesidades emergentes”.
En cuanto al uso de la iglesia de San Andrés, Valera explicó que se convertirá en el espacio propio para todas las celebraciones de carácter diocesano: “Un lugar para encuentros, retiros, pastoral juvenil y matrimonial”.
El obispo adelantó que uno de los grandes acontecimientos de este curso será la exposición de Las Edades del Hombre, prevista para los primeros días de octubre, a falta de confirmación de la Casa Real. “Va a ser un revulsivo cultural y espiritual para Zamora, con muchas instituciones trabajando con ilusión”, afirmó.
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