
UNIVERSIDAD
“Schola Salmantica” (1526-2026)
Francisco Iglesias Carreño
Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián D´ocampo
Ahora tenemos, ya parece, lo que son las cosas, que en varias de las intervenciones de estos momentos, un tanto explicativas y/o científicas y hasta acabadamente técnicas, sobre los más que abundantes fuegos, del solo oeste peninsular español, que llevamos acumulados en este verano, va avanzando, en un abrirse camino, la idea/noticia/diagnostico, que de otroramente habíamos mantenido, de que ellos han sido un casi lógico resultado no solo, ¡ y en exclusividad!, de: [1º] El más evidente progresivo cambio climático, [2º] Unido, en la contingencia de la coyunturalidad, a la circunstancialidad del 30/30/30 [-.- (30 % o menos de humedad relativa)/(30º C o más de temperatura)/30 km/h de velocidad del viento) -.-] y [3º] En la ocasionalidad de la piromancia (¿ocasional? ¿fortuita?...¿otras?) y alguna nueva (ya antigua) y presencial variante,
Tal ha sido el derredor circundante, de los pavorosos fuegos, que ha saltado la antigua evidencia, que la hemos palpado desde nuestra infancia, con el sí, ¡y también!, de la falta, por observable inducida ausencia, de la “otrora instalada gente convivencial”, ubicada inter-estacionalmente en los ambientes rurales, a veces un tanto agrestes y/o naturales, que a la hora de proveer un mañana más digno, haciendo ya igual que cada cual, en lo de buscarse una posibilidad de vida y/o de futuro, han optado, ante la inducción/presión/imposición, por abandonar sus entrañables e históricos lares de asentamiento de las que siempre fueron sus ancestrales sagas familiares.
Por una serie de situaciones que se han ido sucediendo, y puede que hasta provocando (¡háganse las oportunas y pertinentes recapitulaciones), en el medio rural, y a veces en el no tan rural ( y hasta meramente urbano de las regionalidades: extremeña, leonesa, gallega y asturiana), del aún noroeste peninsular español [-.- leamos que estamos en las provinciales tierras: de Badajoz, Cáceres, Salamanca, Zamora, León, Orense, Pontevedra, La Coruña, Lugo y Oviedo -.-], lo que era el natural acomodo de la gente que lo ha estado habitando ha sido trastocado ( por disposiciones emanadas, en lo que presumimos atisbar, de la gobernanza de la centralidad y hasta, en un tal vez, por otras), para, y desde un control oficial a veces lejano y en muchos casos no empático y puede que hasta hostil, sin reconocimiento congraciable con los moradores históricos, ni con la raigambre de sus usos ni con la patrimonialidad sus costumbres.
Los hábitos ancestrales del dominio de la Corona Leonesa fueron interaccionados (¿socialmente? ¿ambientalmente?... lesivamente?),desde las implementaciones subsiguientes a los momentos de las desamortizaciones [-.- Cuasi empezando con las enajenaciones y/o apropiaciones de: los Habsburgos {tal vez por la aparición de las quiebras y/o suspensión de pagos de: Felipe II ( 1557, 1575 y 1597), 1598, Felipe III (1598, 1600*,1601*,1607 y 1627;* parciales), Felipe IV ( 1647, 1652 y 1662), Carlos II ( 1666 y 1680)}; los Borbones {Carlos IV (1799), Fernando VII (1814 y 1820) e Isabel II (1866)} -.-], para ya proseguir, en entrelazamiento de gastos/intervenciones, más en términos de la jerga de las desamortizaciones.
En siguiendo lo anterior,, con el paralelismo financiero preanunciado, de las desamortizaciones, tal que a la ya empezada con Carlos III (Moiño y Redondo, De Olavide y Jáuregui, De Jovellanos y Jove Ramírez,..), sigue la de Carlos IV (de Godoy y Álvarez de Faria Ríos Zarosa, De Soler Ravasa, De Urquijo y Muga,..), con el introducido José I (Cabarrús Lalanne, Ángulo,...), al igual que Junta de Cádiz ( Canga Argüelles, …), por el trienio {1820-1823} (Argüelles Álvarez, Canga Argüelles y Cifuentes, Gil de la Cuadra Rubio, Porcel Ruiz, y Valdés y Flórez,...), para proseguir en la Regencia de María Cristina (Queipo de Llano y Ruiz de Sarabia, Álvarez Méndez =Mendizabal, Fernández-Espartero Álvarez de Toro, Surra Rull, Madoz e Ibáñez, Olózaga Almandoz,...) y en la `instauración oficializada´, en la gobernanza de la centralidad, del `extractivo modelo económico´ que ello supuso.
Da más que la impresión, en nuestra mera apreciación cívica lectora, de que la situación rural experimentó una transformación, a todas luces inducida, sea por una variación y/o sea por una alteración en los sitios aplicados de las regionalidades aludidas, que incidió, de forma incitada, en el impulso de la emigración y lo hizo, a más y a mayores, en la medida/forma/manera en que se aceleraban, cuasi colateralmente, por las vectorizadas apuestas de la industrialización, hacia otros lugares como acaparadores de la recepción de mano de obra asaz económica.
Y todo ello, en lo anteriormente descrito, supuso una incidencia expresiva de actuación que, en expresión del Dr. Tomás y Valiente (D. Francisco), se dibujaba como: “ y en «las características siguientes: apropiación por parte del Estado y por decisión unilateral suya de bienes inmuebles pertenecientes a «manos muertas»; venta de los mismos, y asignación del importe obtenido con las ventas a la amortización de los títulos de la deuda»”. De lo cual, hemos llegado, en estas nuestras latitudes, a estos lloros.
Ha parecido que, respóndanme Vds. también, que el noroeste ( peninsular español) ha pasado a no ser, a no estar, a no tener presencialidad, acaso carecer de tangibilidad emocional e incluso de realidad corpórea, como sí personificara la figuración de cualquier entelequia, en lo que fuera una imagen etérea del ayer que deambula envuelta en el sonido de un susurro, dando una proyección minimal de un pasado que, a lo que parece, dicen algunos `parece que aconteció´ y otros apuestan por un `hasta que fue´.
Es posible que, en esa dejadez, asaz contagiosa, de valorar lo propio o incluso livianizarlo, no hemos visto su gravedad hasta que, lesiva y vorazmente, ha sido iluminado por las llamas, esté ubicado en una gran parte el posible mal que nos atañe y con el cual, en forma mancomunada, debemos litigar, empezando en la esfera propia de cada individualidad de estos que aún estamos al cobijo de los 120.304 km(2) del noroeste español.
De un tiempo a esta parte, en lo que lectoramente podamos cívicamente aportar, y desde la no profesionalidad expresa que dejamos constar, hemos querido avanzar, haciéndolo sin prisas y a la vez, en nuestra temporal medida, sin ostensibles pausas, por el camino de la recuperación ambiental, puede que incluso hasta regenerativa, de nuestros entornos convivenciales, en la forma/modo/manera que entendemos y asumimos, su prevalencia en aras de la apoyatura que, en un tiempo más o menos remoto, sí que tuvo existencialidad, preeminencia y cimeridad en la Nación Española.
En un momento dado del S. XII, un rey, del noroeste peninsular español, que respondía al nombre de Alfonso IX (nacido en Zamora [1171] y enterrado en Santiago de Compostela [1230] ), no solo es que convocara lo que se han considerado las “primeras cortes del mundo” y/o ser el embrión del parlamentarismo, o que estableciera la primera “Carta Magna [Leonesa]” antes que la Carta Magna Inglesa (a la cual se adelantó en 27 años), con la incorporación de “derechos ciudadanos” en sus “Decretas” [-.- véase: Las garantías procesales (decreto III); El respeto por el procedimiento judicial (decretos VI, VIII y X); Y el respeto a la propiedad privada y a la inviolabilidad de los bienes (decreto V y VII) -.-].
Hoy día, los “Decretas”, son considerados Patrimonio Mundial por la UNESCO [-.- tras la octava reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, que tuvo lugar en Gyeongju, Corea del Sur, del 2-12-2013 -.-] y ello ya se hizo en la Corona Leonesa en 1188, es que, a más y a mayores, Alfonso IX estableció el llamado “Studii Salmantino” (embrión de la Universidad de Salamanca) en 1218 [-.- que fue refrendado en 1243 con la confirmación de lo efectuado antes por su hijo Fernando; nacido en Bello Fonte, Peleas de Arriba, Zamora y enterrado en Sevilla; con otros refrendos más), Alfonso X el Sabio (1254), Sancho IV (1282) y Fernando IV (1300),en la corroboración (en la “licencia ubique docendi” y el reconocimiento universal de sus grados) del Pontífice Alejandro IV (1255) y los apoyos de Clemente V(1313), Benedicto XIII (1404) y Martin V (1422) -.-].
Ese tal “Studii Salmantino” (`Scholas Salmanticae´), con el paso del tiempo, fue adquiriendo: [1º] Conformación académica, [2º] Solidez universitaria y [3º] Cimera presencia intelectual, pasando de ser un servicio docente interno, uno más del Regnum Imperium Legionensis y/o Corona Leonesa, para los habitantes de tal espacio (-.- “pro utilitate regni mei” en expresión de Alfonso IX -.-), a establecer, desde el hacer instruccional de su claustro, en su excepcional profesionalidad, superior conocimiento y magna cátedra, entre los saberes más avanzados de aquellos momentos, con parangones europeos y hasta mundiales.
El lema de la USAL, indica: “"Omnium scientiarum princeps Salmantica docet”. En varios cotejos lectores efectuados, y hasta en la red, aparece desglosado en: [1°] ”Ómnium scientiarum princeps”: O sea "La primera de todas las ciencias" y [2°] “Salmantica docet”: Tal que "Salamanca enseña". A lo largo de su existencia ha tenido aportaciones muy destacadas y, en algunos momentos, de preeminencia universal. A tal situación se llegó con la llamada “Escuela de Salamanca” (“Schola Salmantica”) que, enmarcándose, en el periodo renacentista, en aproximaciones desde 1526 a 1612, se formalizó como un movimiento intelectual, conformado por teólogos y juristas, surgido en la propia Universidad de Salamanca, entre los siglos XVI y XVII, que renovó/adecuó/promovió la escolástica e informó/sentó/lanzó las bases sobre: [1ª] El Derecho Internacional; [2ª] La Ciencia Económica moderna ( con la Teoría Cuantitativa del Dinero y el concepto de Economía de Mercado); [3ª] Los Derechos Humanos; [4ª] La renovación escolástica; [5ª] El Universalismo.
Tal “Schola Salmantica” estaba formada, en atención a nuestra particular acción lectora y copilativa, en el amen congratulado de las aportaciones varias y de análogos espacios de la red, en tres tandas/grupos/encuadres, por los siguientes miembros: [1ª] Arias Piñel, Antonio de Padilla y Meneses, Bartolomé de Albornoz, Bartolomé de Medina, Diego de Chaves, Diego de Covarrubias, Diego Pérez de Mesa, Domingo Báñez, Domingo de Soto, Fernán Pérez de Oliva, Francisco de Vitoria, Francisco Sarmiento de Mendoza,Francisco Suárez,Gregorio de Valencia, Jerónimo Muñoz, Juan de Horozco y Covarrubias,Juan de la Peña, Juan de Matienzo, Juan de Ribera, Juan Gil de la Nava, Leonardus Lessius, Luis de León, Martín de Azpilcueta, Martín de Ledesma, Melchor Cano, Pedro de Sotomayor y Tomás de Mercado ; [2ª] Alonso de la Vera Cruz, Cristóbal de Villalón, Fernando Vázquez de Menchaca, Francisco Cervantes de Salazar,Juan de Lugo y Quiroga, Juan de Salas (1553-1612), Luis de Molina, Pedro de Aragón y Pedro de Valencia y [3ª] Antonio de Hervías, Bartolomé de Carranza, Bartolomé de las Casas, Cristóbal de Fonseca, Domingo de Salazar,Domingo de Santo Tomás, Gabriel Vásquez, Gómez Pereira, Juan de Mariana, Juan de Medina, Juan Pérez de Menacho, Luis de Alcalá, Luis Saravia de la Calle, Miguel Bartolomé Salón, Pedro de Fonseca, Pedro de Oñate y Rodrigo de Arriaga.
Dado que el “alma mater” de la “Schola Salmanticae” es Francisco de Vitoria, se insta a considerar que la incorporación a su cátedra, en 1526, es el origen de la misma, lo cual situaría a la anualidad de 2026 en la efeméride de su “V Aniversario”. Situación que, y por lo que entendemos: [1º] como su importancia y [2º] hasta dimensionalidad, nos solo es que ello afectaría a la propia USAL, lo cual es más que evidente, y desde ahí al propio entorno de la ciudad leonesa de Salamanca, también a lo que antes fue su distrito universitario y, por supuesto, al que es hoy, pero igualmente, al ámbito de toda la Corona Leonesa [en sus (bi)constitucionales (por 1931 y 1978) cuatro regionalidades extremeña/leonesa/gallega /asturiana), y desde nuestra particular óptica, que puede o no ser compartida, a nuestras Reales Academias Españolas, Gobierno del Reino de España, Cortes Españolas y Corona Española y, sí se nos permite, `tal que “Trento sí que fue Trento” como “Salamanca sí que fue Salamanca”´, a la propia Diócesis de Salamanca {-.- con las homónimas de toda la Corona Leonesa; recuérdese que Salamanca (ciudad) representaba en Cortes [de 1502 a 1656] a toda Extremadura, como Zamora (ciudad) a toda Galicia [de 1425 a 1623; en A Galicia en 1692 le estaba reconocida la capacidad de nombrar un diputado general ] y León (ciudad) a toda Asturias [de 1502 a 1724] -.-}, a la Conferencia Episcopal Española y al propio Vaticano en la actual dirección de SS. El Papa León XIV.
Parece que, y en principio, se narra la existencia, en la propia Universidad de Salamanca, de lo que es considerado como una primera “Escuela de Salamanca”, sobre el Siglo XV , que se data entre 1406 y 1516, de la cual formarían parte: Pedro de Osma, Fernando de Roa y Alfonso Fernández de Madrigal, ligada a los estudios sobre la dignidad del ser humano, desde la perspectiva del humanismo cristiano en el enmarcado de la exposición aristotélica. De ello se estableció, sobre esta temática de la “Primera Escuela de Salamanca”, un congreso el 20-9-2011 en la USAL, con ediciones de sus ponencias, según la reseña de la revista de `Hispanismo Filosófico´ (que aparece publicada en su Núm. 18 - septiembre, 2013), donde se resalta “el humanismo ligado al proyecto educativo sobre un nuevo modelo de hombre, y la incidencia renacentista de la Primera Escuela de Salamanca, como seguidora de los clásicos.
Nos ha parecido que todo aquello que resalte la importancia de la “Schola Salmanticae” y enaltezca sus preciadas y precisas aportaciones, ahora [ en el 1526-2026] y no sólo y únicamente haciéndolo desde los aspectos puramente profesionales, que a buen seguro se efectuarán y que será aportado por con un gran elenco de intervenciones prestigiosas, y si, ¡y también!, desde el acercamiento a la base ciudadana, de lo que son los entornos de convivenciales de la propia institución universitaria y así mismo, de forma directa, de interacción con las más representaciones de la Nación Española, merecen a todas luces, y desde nuestra particular perspectiva meramente cívica, el más nutrido de los apoyos y el entusiasta aplauso de quienes, sin tener ahora una vinculación directa con ella, un día fuimos sus alumnos y algunos también colegiales del San Bartolomé.
VALORIO 20-9-2025
Francisco Iglesias Carreño
Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián D´ocampo
Ahora tenemos, ya parece, lo que son las cosas, que en varias de las intervenciones de estos momentos, un tanto explicativas y/o científicas y hasta acabadamente técnicas, sobre los más que abundantes fuegos, del solo oeste peninsular español, que llevamos acumulados en este verano, va avanzando, en un abrirse camino, la idea/noticia/diagnostico, que de otroramente habíamos mantenido, de que ellos han sido un casi lógico resultado no solo, ¡ y en exclusividad!, de: [1º] El más evidente progresivo cambio climático, [2º] Unido, en la contingencia de la coyunturalidad, a la circunstancialidad del 30/30/30 [-.- (30 % o menos de humedad relativa)/(30º C o más de temperatura)/30 km/h de velocidad del viento) -.-] y [3º] En la ocasionalidad de la piromancia (¿ocasional? ¿fortuita?...¿otras?) y alguna nueva (ya antigua) y presencial variante,
Tal ha sido el derredor circundante, de los pavorosos fuegos, que ha saltado la antigua evidencia, que la hemos palpado desde nuestra infancia, con el sí, ¡y también!, de la falta, por observable inducida ausencia, de la “otrora instalada gente convivencial”, ubicada inter-estacionalmente en los ambientes rurales, a veces un tanto agrestes y/o naturales, que a la hora de proveer un mañana más digno, haciendo ya igual que cada cual, en lo de buscarse una posibilidad de vida y/o de futuro, han optado, ante la inducción/presión/imposición, por abandonar sus entrañables e históricos lares de asentamiento de las que siempre fueron sus ancestrales sagas familiares.
Por una serie de situaciones que se han ido sucediendo, y puede que hasta provocando (¡háganse las oportunas y pertinentes recapitulaciones), en el medio rural, y a veces en el no tan rural ( y hasta meramente urbano de las regionalidades: extremeña, leonesa, gallega y asturiana), del aún noroeste peninsular español [-.- leamos que estamos en las provinciales tierras: de Badajoz, Cáceres, Salamanca, Zamora, León, Orense, Pontevedra, La Coruña, Lugo y Oviedo -.-], lo que era el natural acomodo de la gente que lo ha estado habitando ha sido trastocado ( por disposiciones emanadas, en lo que presumimos atisbar, de la gobernanza de la centralidad y hasta, en un tal vez, por otras), para, y desde un control oficial a veces lejano y en muchos casos no empático y puede que hasta hostil, sin reconocimiento congraciable con los moradores históricos, ni con la raigambre de sus usos ni con la patrimonialidad sus costumbres.
Los hábitos ancestrales del dominio de la Corona Leonesa fueron interaccionados (¿socialmente? ¿ambientalmente?... lesivamente?),desde las implementaciones subsiguientes a los momentos de las desamortizaciones [-.- Cuasi empezando con las enajenaciones y/o apropiaciones de: los Habsburgos {tal vez por la aparición de las quiebras y/o suspensión de pagos de: Felipe II ( 1557, 1575 y 1597), 1598, Felipe III (1598, 1600*,1601*,1607 y 1627;* parciales), Felipe IV ( 1647, 1652 y 1662), Carlos II ( 1666 y 1680)}; los Borbones {Carlos IV (1799), Fernando VII (1814 y 1820) e Isabel II (1866)} -.-], para ya proseguir, en entrelazamiento de gastos/intervenciones, más en términos de la jerga de las desamortizaciones.
En siguiendo lo anterior,, con el paralelismo financiero preanunciado, de las desamortizaciones, tal que a la ya empezada con Carlos III (Moiño y Redondo, De Olavide y Jáuregui, De Jovellanos y Jove Ramírez,..), sigue la de Carlos IV (de Godoy y Álvarez de Faria Ríos Zarosa, De Soler Ravasa, De Urquijo y Muga,..), con el introducido José I (Cabarrús Lalanne, Ángulo,...), al igual que Junta de Cádiz ( Canga Argüelles, …), por el trienio {1820-1823} (Argüelles Álvarez, Canga Argüelles y Cifuentes, Gil de la Cuadra Rubio, Porcel Ruiz, y Valdés y Flórez,...), para proseguir en la Regencia de María Cristina (Queipo de Llano y Ruiz de Sarabia, Álvarez Méndez =Mendizabal, Fernández-Espartero Álvarez de Toro, Surra Rull, Madoz e Ibáñez, Olózaga Almandoz,...) y en la `instauración oficializada´, en la gobernanza de la centralidad, del `extractivo modelo económico´ que ello supuso.
Da más que la impresión, en nuestra mera apreciación cívica lectora, de que la situación rural experimentó una transformación, a todas luces inducida, sea por una variación y/o sea por una alteración en los sitios aplicados de las regionalidades aludidas, que incidió, de forma incitada, en el impulso de la emigración y lo hizo, a más y a mayores, en la medida/forma/manera en que se aceleraban, cuasi colateralmente, por las vectorizadas apuestas de la industrialización, hacia otros lugares como acaparadores de la recepción de mano de obra asaz económica.
Y todo ello, en lo anteriormente descrito, supuso una incidencia expresiva de actuación que, en expresión del Dr. Tomás y Valiente (D. Francisco), se dibujaba como: “ y en «las características siguientes: apropiación por parte del Estado y por decisión unilateral suya de bienes inmuebles pertenecientes a «manos muertas»; venta de los mismos, y asignación del importe obtenido con las ventas a la amortización de los títulos de la deuda»”. De lo cual, hemos llegado, en estas nuestras latitudes, a estos lloros.
Ha parecido que, respóndanme Vds. también, que el noroeste ( peninsular español) ha pasado a no ser, a no estar, a no tener presencialidad, acaso carecer de tangibilidad emocional e incluso de realidad corpórea, como sí personificara la figuración de cualquier entelequia, en lo que fuera una imagen etérea del ayer que deambula envuelta en el sonido de un susurro, dando una proyección minimal de un pasado que, a lo que parece, dicen algunos `parece que aconteció´ y otros apuestan por un `hasta que fue´.
Es posible que, en esa dejadez, asaz contagiosa, de valorar lo propio o incluso livianizarlo, no hemos visto su gravedad hasta que, lesiva y vorazmente, ha sido iluminado por las llamas, esté ubicado en una gran parte el posible mal que nos atañe y con el cual, en forma mancomunada, debemos litigar, empezando en la esfera propia de cada individualidad de estos que aún estamos al cobijo de los 120.304 km(2) del noroeste español.
De un tiempo a esta parte, en lo que lectoramente podamos cívicamente aportar, y desde la no profesionalidad expresa que dejamos constar, hemos querido avanzar, haciéndolo sin prisas y a la vez, en nuestra temporal medida, sin ostensibles pausas, por el camino de la recuperación ambiental, puede que incluso hasta regenerativa, de nuestros entornos convivenciales, en la forma/modo/manera que entendemos y asumimos, su prevalencia en aras de la apoyatura que, en un tiempo más o menos remoto, sí que tuvo existencialidad, preeminencia y cimeridad en la Nación Española.
En un momento dado del S. XII, un rey, del noroeste peninsular español, que respondía al nombre de Alfonso IX (nacido en Zamora [1171] y enterrado en Santiago de Compostela [1230] ), no solo es que convocara lo que se han considerado las “primeras cortes del mundo” y/o ser el embrión del parlamentarismo, o que estableciera la primera “Carta Magna [Leonesa]” antes que la Carta Magna Inglesa (a la cual se adelantó en 27 años), con la incorporación de “derechos ciudadanos” en sus “Decretas” [-.- véase: Las garantías procesales (decreto III); El respeto por el procedimiento judicial (decretos VI, VIII y X); Y el respeto a la propiedad privada y a la inviolabilidad de los bienes (decreto V y VII) -.-].
Hoy día, los “Decretas”, son considerados Patrimonio Mundial por la UNESCO [-.- tras la octava reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, que tuvo lugar en Gyeongju, Corea del Sur, del 2-12-2013 -.-] y ello ya se hizo en la Corona Leonesa en 1188, es que, a más y a mayores, Alfonso IX estableció el llamado “Studii Salmantino” (embrión de la Universidad de Salamanca) en 1218 [-.- que fue refrendado en 1243 con la confirmación de lo efectuado antes por su hijo Fernando; nacido en Bello Fonte, Peleas de Arriba, Zamora y enterrado en Sevilla; con otros refrendos más), Alfonso X el Sabio (1254), Sancho IV (1282) y Fernando IV (1300),en la corroboración (en la “licencia ubique docendi” y el reconocimiento universal de sus grados) del Pontífice Alejandro IV (1255) y los apoyos de Clemente V(1313), Benedicto XIII (1404) y Martin V (1422) -.-].
Ese tal “Studii Salmantino” (`Scholas Salmanticae´), con el paso del tiempo, fue adquiriendo: [1º] Conformación académica, [2º] Solidez universitaria y [3º] Cimera presencia intelectual, pasando de ser un servicio docente interno, uno más del Regnum Imperium Legionensis y/o Corona Leonesa, para los habitantes de tal espacio (-.- “pro utilitate regni mei” en expresión de Alfonso IX -.-), a establecer, desde el hacer instruccional de su claustro, en su excepcional profesionalidad, superior conocimiento y magna cátedra, entre los saberes más avanzados de aquellos momentos, con parangones europeos y hasta mundiales.
El lema de la USAL, indica: “"Omnium scientiarum princeps Salmantica docet”. En varios cotejos lectores efectuados, y hasta en la red, aparece desglosado en: [1°] ”Ómnium scientiarum princeps”: O sea "La primera de todas las ciencias" y [2°] “Salmantica docet”: Tal que "Salamanca enseña". A lo largo de su existencia ha tenido aportaciones muy destacadas y, en algunos momentos, de preeminencia universal. A tal situación se llegó con la llamada “Escuela de Salamanca” (“Schola Salmantica”) que, enmarcándose, en el periodo renacentista, en aproximaciones desde 1526 a 1612, se formalizó como un movimiento intelectual, conformado por teólogos y juristas, surgido en la propia Universidad de Salamanca, entre los siglos XVI y XVII, que renovó/adecuó/promovió la escolástica e informó/sentó/lanzó las bases sobre: [1ª] El Derecho Internacional; [2ª] La Ciencia Económica moderna ( con la Teoría Cuantitativa del Dinero y el concepto de Economía de Mercado); [3ª] Los Derechos Humanos; [4ª] La renovación escolástica; [5ª] El Universalismo.
Tal “Schola Salmantica” estaba formada, en atención a nuestra particular acción lectora y copilativa, en el amen congratulado de las aportaciones varias y de análogos espacios de la red, en tres tandas/grupos/encuadres, por los siguientes miembros: [1ª] Arias Piñel, Antonio de Padilla y Meneses, Bartolomé de Albornoz, Bartolomé de Medina, Diego de Chaves, Diego de Covarrubias, Diego Pérez de Mesa, Domingo Báñez, Domingo de Soto, Fernán Pérez de Oliva, Francisco de Vitoria, Francisco Sarmiento de Mendoza,Francisco Suárez,Gregorio de Valencia, Jerónimo Muñoz, Juan de Horozco y Covarrubias,Juan de la Peña, Juan de Matienzo, Juan de Ribera, Juan Gil de la Nava, Leonardus Lessius, Luis de León, Martín de Azpilcueta, Martín de Ledesma, Melchor Cano, Pedro de Sotomayor y Tomás de Mercado ; [2ª] Alonso de la Vera Cruz, Cristóbal de Villalón, Fernando Vázquez de Menchaca, Francisco Cervantes de Salazar,Juan de Lugo y Quiroga, Juan de Salas (1553-1612), Luis de Molina, Pedro de Aragón y Pedro de Valencia y [3ª] Antonio de Hervías, Bartolomé de Carranza, Bartolomé de las Casas, Cristóbal de Fonseca, Domingo de Salazar,Domingo de Santo Tomás, Gabriel Vásquez, Gómez Pereira, Juan de Mariana, Juan de Medina, Juan Pérez de Menacho, Luis de Alcalá, Luis Saravia de la Calle, Miguel Bartolomé Salón, Pedro de Fonseca, Pedro de Oñate y Rodrigo de Arriaga.
Dado que el “alma mater” de la “Schola Salmanticae” es Francisco de Vitoria, se insta a considerar que la incorporación a su cátedra, en 1526, es el origen de la misma, lo cual situaría a la anualidad de 2026 en la efeméride de su “V Aniversario”. Situación que, y por lo que entendemos: [1º] como su importancia y [2º] hasta dimensionalidad, nos solo es que ello afectaría a la propia USAL, lo cual es más que evidente, y desde ahí al propio entorno de la ciudad leonesa de Salamanca, también a lo que antes fue su distrito universitario y, por supuesto, al que es hoy, pero igualmente, al ámbito de toda la Corona Leonesa [en sus (bi)constitucionales (por 1931 y 1978) cuatro regionalidades extremeña/leonesa/gallega /asturiana), y desde nuestra particular óptica, que puede o no ser compartida, a nuestras Reales Academias Españolas, Gobierno del Reino de España, Cortes Españolas y Corona Española y, sí se nos permite, `tal que “Trento sí que fue Trento” como “Salamanca sí que fue Salamanca”´, a la propia Diócesis de Salamanca {-.- con las homónimas de toda la Corona Leonesa; recuérdese que Salamanca (ciudad) representaba en Cortes [de 1502 a 1656] a toda Extremadura, como Zamora (ciudad) a toda Galicia [de 1425 a 1623; en A Galicia en 1692 le estaba reconocida la capacidad de nombrar un diputado general ] y León (ciudad) a toda Asturias [de 1502 a 1724] -.-}, a la Conferencia Episcopal Española y al propio Vaticano en la actual dirección de SS. El Papa León XIV.
Parece que, y en principio, se narra la existencia, en la propia Universidad de Salamanca, de lo que es considerado como una primera “Escuela de Salamanca”, sobre el Siglo XV , que se data entre 1406 y 1516, de la cual formarían parte: Pedro de Osma, Fernando de Roa y Alfonso Fernández de Madrigal, ligada a los estudios sobre la dignidad del ser humano, desde la perspectiva del humanismo cristiano en el enmarcado de la exposición aristotélica. De ello se estableció, sobre esta temática de la “Primera Escuela de Salamanca”, un congreso el 20-9-2011 en la USAL, con ediciones de sus ponencias, según la reseña de la revista de `Hispanismo Filosófico´ (que aparece publicada en su Núm. 18 - septiembre, 2013), donde se resalta “el humanismo ligado al proyecto educativo sobre un nuevo modelo de hombre, y la incidencia renacentista de la Primera Escuela de Salamanca, como seguidora de los clásicos.
Nos ha parecido que todo aquello que resalte la importancia de la “Schola Salmanticae” y enaltezca sus preciadas y precisas aportaciones, ahora [ en el 1526-2026] y no sólo y únicamente haciéndolo desde los aspectos puramente profesionales, que a buen seguro se efectuarán y que será aportado por con un gran elenco de intervenciones prestigiosas, y si, ¡y también!, desde el acercamiento a la base ciudadana, de lo que son los entornos de convivenciales de la propia institución universitaria y así mismo, de forma directa, de interacción con las más representaciones de la Nación Española, merecen a todas luces, y desde nuestra particular perspectiva meramente cívica, el más nutrido de los apoyos y el entusiasta aplauso de quienes, sin tener ahora una vinculación directa con ella, un día fuimos sus alumnos y algunos también colegiales del San Bartolomé.
VALORIO 20-9-2025
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