
DIPUTACION
Espejo del Alma: Un Homenaje al Maestro Imaginero Ramón Álvarez
La Diputación de Zamora inaugura una exposición en el bicentenario del nacimiento del artista
Zamora rinde homenaje a uno de sus hijos más ilustres, el imaginero Ramón Álvarez Prieto, en el bicentenario de su nacimiento. En un emotivo acto celebrado en el Palacio de la Encarnación, sede de la Diputación de Zamora, se inauguró la exposición “Espejo del alma”, una muestra que explora la profunda humanidad y el genio artístico del maestro. La exposición estará abierta al público hasta el 6 de noviembre de 2025 y reúne 33 obras que reflejan el talento, la devoción y la sensibilidad de un creador fundamental para el patrimonio cultural de la provincia.
El presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes, disculpándose por la masiva afluencia que superó todas las previsiones. En su discurso, Faúndez destacó que la exposición no solo nace del interés institucional, sino del “sentir general de los zamoranos” por honrar a una figura esencial del arte sacro. Subrayó que, doscientos años después, la obra de Ramón Álvarez no ha perdido vigencia, sino que se ha engrandecido. “Sus imágenes no solo se contemplan, se sienten,” afirmó, invitando a los visitantes a sumergirse en la exposición con la misma devoción con la que el artista concibió sus tallas. El presidente también agradeció la colaboración de instituciones, entidades religiosas y particulares, y de manera especial, el trabajo del comisario y del equipo organizador.
A continuación, tomó la palabra el vicepresidente de la Diputación y diputado de Educación, Cultura, Turismo, Emigración y Patrimonio Artístico, Víctor López de la Parte. Él hizo hincapié en la oportunidad única que representa la exposición para acercarse al talento de un artista cuya obra es fundamental para la Semana Santa zamorana y la cultura de la provincia. López de la Parte reiteró su agradecimiento a parroquias, diócesis y cofradías por la cesión de las piezas, y reconoció la labor “incansable y generosa” del equipo organizador, que trabajó durante nueve meses para que la muestra estuviera lista a tiempo para la fecha exacta del bicentenario. También anunció futuros proyectos de la Diputación, como la creación de una sala de exposiciones permanentes para artistas zamoranos y una retrospectiva del artista Antonio Pedrero en Madrid para el otoño de 2026.
El broche de oro de las intervenciones lo puso el comisario de la muestra, José Ángel Rivera de las Heras. De las Heras explicó que la exposición se presenta con un enfoque novedoso, basado en la máxima de que “el rostro es el espejo del alma”. A través de las 28 imágenes expuestas (se ha de corregir el número mencionado en el audio), se desvelan diversas expresiones y estados de ánimo, desde la ternura y la humildad hasta la desesperación y la amargura. El comisario destacó los logros de Ramón Álvarez, un hombre que, a pesar de su origen humilde y su formación autodidacta, se convirtió en un maestro de la imaginería, capaz de dar “verosimilitud y vida a sus figuras” y de reflejar la sensibilidad de su época. La exposición, además, muestra la influencia del artista en otros escultores locales y su capacidad para dotar a la Semana Santa de Zamora de una “cierta unidad de estilo”.
Zamora rinde homenaje a uno de sus hijos más ilustres, el imaginero Ramón Álvarez Prieto, en el bicentenario de su nacimiento. En un emotivo acto celebrado en el Palacio de la Encarnación, sede de la Diputación de Zamora, se inauguró la exposición “Espejo del alma”, una muestra que explora la profunda humanidad y el genio artístico del maestro. La exposición estará abierta al público hasta el 6 de noviembre de 2025 y reúne 33 obras que reflejan el talento, la devoción y la sensibilidad de un creador fundamental para el patrimonio cultural de la provincia.
El presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes, disculpándose por la masiva afluencia que superó todas las previsiones. En su discurso, Faúndez destacó que la exposición no solo nace del interés institucional, sino del “sentir general de los zamoranos” por honrar a una figura esencial del arte sacro. Subrayó que, doscientos años después, la obra de Ramón Álvarez no ha perdido vigencia, sino que se ha engrandecido. “Sus imágenes no solo se contemplan, se sienten,” afirmó, invitando a los visitantes a sumergirse en la exposición con la misma devoción con la que el artista concibió sus tallas. El presidente también agradeció la colaboración de instituciones, entidades religiosas y particulares, y de manera especial, el trabajo del comisario y del equipo organizador.
A continuación, tomó la palabra el vicepresidente de la Diputación y diputado de Educación, Cultura, Turismo, Emigración y Patrimonio Artístico, Víctor López de la Parte. Él hizo hincapié en la oportunidad única que representa la exposición para acercarse al talento de un artista cuya obra es fundamental para la Semana Santa zamorana y la cultura de la provincia. López de la Parte reiteró su agradecimiento a parroquias, diócesis y cofradías por la cesión de las piezas, y reconoció la labor “incansable y generosa” del equipo organizador, que trabajó durante nueve meses para que la muestra estuviera lista a tiempo para la fecha exacta del bicentenario. También anunció futuros proyectos de la Diputación, como la creación de una sala de exposiciones permanentes para artistas zamoranos y una retrospectiva del artista Antonio Pedrero en Madrid para el otoño de 2026.
El broche de oro de las intervenciones lo puso el comisario de la muestra, José Ángel Rivera de las Heras. De las Heras explicó que la exposición se presenta con un enfoque novedoso, basado en la máxima de que “el rostro es el espejo del alma”. A través de las 28 imágenes expuestas (se ha de corregir el número mencionado en el audio), se desvelan diversas expresiones y estados de ánimo, desde la ternura y la humildad hasta la desesperación y la amargura. El comisario destacó los logros de Ramón Álvarez, un hombre que, a pesar de su origen humilde y su formación autodidacta, se convirtió en un maestro de la imaginería, capaz de dar “verosimilitud y vida a sus figuras” y de reflejar la sensibilidad de su época. La exposición, además, muestra la influencia del artista en otros escultores locales y su capacidad para dotar a la Semana Santa de Zamora de una “cierta unidad de estilo”.
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