Deciden lo que es progre y lo que es facha

Esta izquierda sectaria que nos gobierna ha impuesto todo tipo de normas para mantenernos atemorizados y bajo su control. Ellos deciden lo que está bien y lo que está mal, lo que es progre y lo que es facha, lo que es correcto y lo que es incorrecto... Se trata de una forma de censura que mina nuestros derechos y que, poco a poco y casi sin darnos cuenta, nos somete a la dictadura del pensamiento único : el de ellos. Y no hay que olvidar que así empezó el desastre de Venezuela... Ellos, en un grotesco ejercicio de ingeniería lingüística e ideológica, adaptan a sus particulares intereses, las definiciones de democracia, de feminismo, de justicia social, de igualdad... Y si no aceptas su doctrina, eres de extrema derecha. Por ejemplo : manifestarse frente a la casa de algún ministro de izquierdas es de fachas o de gente que no acepta el juego democrático, y en cambio, perseguir e insultar a cargos públicos de derechas, se llama según ellos “jarabe democrático”. Está claro que hay distintas varas de medir... Y no digamos ya lo mal visto que está criticar o quejarse de la nefasta gestión social y económica de Pedro Sánchez al frente de España,  porque eso es, según ellos, una falta de patriotismo inadmisible. Y por eso ahora la izquierda recomienda “naturalizar” el insulto a los periodistas que no le son afines, para de esa manera mantenerlos a raya y que sepan quiénes mandan en este país. Por todo ello no dan explicaciones de nada, porque todavía no sabemos cómo obtuvo el Doctorado nuestro Presidente Pedro Sánchez, ni quién escribió su libro. Tampoco abrieron la boca sobre los famosos ERE en Andalucía, ni han explicado qué llevaba la bolivariana vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en aquellas cuarenta maletas que entraron en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas sin pasar por el control de aduanas y de la mano de José Luis Ábalos cuando era ministro... Espero que salga cuanto antes a la luz pública toda la verdad de este corrupto Gobierno socialcomunista, y será cuando los españoles volveremos a poder llamar a las cosas por su nombre.