COMERCIO
Europa y China, ruta ártica, luces chinescas
El pasado 23 de septiembre zarpaba un buque portacontenedores, de nombre ‘El Puente de Estambul’, del puerto chino de Ningbo-Zhoushan, en la provincia oriental de Zhejiang. Su destino, nada excepcional, es el puerto de Felixstowe, en el Reino Unido. Lo realmente sorprendente es que inaugura la ruta ártica entre China y Europa.
El portacontenedores recorrerá la nueva ruta ártica, lo que le permitirá completar el trayecto en tan solo 18 días, casi la mitad del tiempo que se necesita para efectuar el recorrido por la conocida ruta del Canal de Suez. Este viaje no solo demuestra la viabilidad comercial del transporte marítimo por el Ártico, sino que también ilumina otro camino más, ‘la Ruta Polar de la Seda’, para la cooperación y el desarrollo económicos entre Europa y China.
Actualmente, las rutas marítimas clave que atraviesan canales como el Canal de Panamá, el Mar Rojo y el Canal de Suez sufren presiones crecientes. Y hace apenas unos días, Polonia cerró sus cruces fronterizos con Bielorrusia, dejando más de 130 trenes de mercancías China-Europa varados en el lado bielorruso en el cruce de Brest. En estos tiempos turbulentos el Expreso Ártico China-Europa es una alternativa para el comercio entre China y Europa.
La ruta no solo conecta puertos chinos como Ningbo, Shanghái y Qingdao con europeos como Felixstowe, Róterdam (Países Bajos) y Hamburgo (Alemania), sino que también facilita la consolidación y el transporte de mercancías del Sudeste Asiático y Corea del Sur, impulsando el comercio exterior de Asia. Además, en comparación con la ruta del Canal de Suez, reduce las emisiones de carbono en un 30 %, lo que permite a los países y empresas a lo largo de la ruta compartir una cadena de suministro ecológica, rápida y segura.
No hay mal que por bien no venga
Debido al calentamiento global, la ruta del Mar del Norte ya es transitable parte del año y en el futuro lo será durante todo el año. Y es el camino más corto entre China, Japón y otras grandes economías asiáticas, y Europa. El segundo trayecto marítimo del Ártico es el del norte de Canadá que podría remplazar a la ruta del Canal de Panamá. Esta es una de las razones de Trump para querer apropiarse de Canadá (nuevo estado estadounidense) y arrebatar Groenlandia a Dinamarca.
El Ártico se extiende a lo largo y lo ancho de 30 millones de kilómetros cuadrados, incluye 24 zonas horarias y tiene una población aproximada de 4 millones de personas, con más de 30 pueblos nativos y unos 10 idiomas distintos, ubicada en el norte del globo terráqueo, colinda con cinco países (Rusia, EEUU, Canadá, Noruega y Dinamarca).
Hace unos seis años y seis meses publicamos un artículo titulado ‘Cuando el hielo también es geoestratégico’. El Ártico está siendo más vulnerable al cambio climático de lo que se esperaba. El Ártico ha registrado la segunda cobertura total de hielo marino más baja medida hasta ahora. Que hasta el momento el Ártico se haya mantenido al margen de las convulsiones geopolíticas en el mundo puede dar una imagen engañosa. En realidad, Rusia actualmente ocupa instalaciones militares soviéticas que quedaron abandonadas con el colapso de la URSS. Y, por supuesto, EEUU está impulsando una estrategia de dominio y ocupación. Y no debemos olvidar que, para la superpotencia yanqui, cualquier avance económico siempre va acompañado de expansión militar, cual condición sine qua non.
Europa y China, la vía terrestre
Hasta el pasado 1 de septiembre, el puerto terrestre chino de Alashankou, también conocido como Paso de Alataw, un importante puerto en la región autónoma uigur de Xinjiang, en el noroeste de China, ha gestionado más de 5.000 viajes de trenes de carga China-Europa (vía Asia Central) en lo que va de este año 2025.
El puerto terrestre de Alashankou opera actualmente 125 rutas ferroviarias de carga entre China y Europa (Asia Central), las cuales cubren 21 países, incluidos Alemania y Polonia, y transportan más de 200 tipos de mercancías, desde vehículos hasta componentes de maquinaria.
Europa y China, relaciones de igualdad
Estados Unidos y Rusia han considerado el Ártico como su propio “patio trasero”, compitiendo por los recursos energéticos y reforzando sus despliegues militares en este espacio común internacional. Sin embargo, la “Ruta Polar de la Seda” rompe con disputas territoriales, enfrentamientos estratégicos y competencia por la explotación del petróleo y gas, y busca la cooperación y el desarrollo compartido.
Eduardo Madroñal Pedraza
El pasado 23 de septiembre zarpaba un buque portacontenedores, de nombre ‘El Puente de Estambul’, del puerto chino de Ningbo-Zhoushan, en la provincia oriental de Zhejiang. Su destino, nada excepcional, es el puerto de Felixstowe, en el Reino Unido. Lo realmente sorprendente es que inaugura la ruta ártica entre China y Europa.
El portacontenedores recorrerá la nueva ruta ártica, lo que le permitirá completar el trayecto en tan solo 18 días, casi la mitad del tiempo que se necesita para efectuar el recorrido por la conocida ruta del Canal de Suez. Este viaje no solo demuestra la viabilidad comercial del transporte marítimo por el Ártico, sino que también ilumina otro camino más, ‘la Ruta Polar de la Seda’, para la cooperación y el desarrollo económicos entre Europa y China.
Actualmente, las rutas marítimas clave que atraviesan canales como el Canal de Panamá, el Mar Rojo y el Canal de Suez sufren presiones crecientes. Y hace apenas unos días, Polonia cerró sus cruces fronterizos con Bielorrusia, dejando más de 130 trenes de mercancías China-Europa varados en el lado bielorruso en el cruce de Brest. En estos tiempos turbulentos el Expreso Ártico China-Europa es una alternativa para el comercio entre China y Europa.
La ruta no solo conecta puertos chinos como Ningbo, Shanghái y Qingdao con europeos como Felixstowe, Róterdam (Países Bajos) y Hamburgo (Alemania), sino que también facilita la consolidación y el transporte de mercancías del Sudeste Asiático y Corea del Sur, impulsando el comercio exterior de Asia. Además, en comparación con la ruta del Canal de Suez, reduce las emisiones de carbono en un 30 %, lo que permite a los países y empresas a lo largo de la ruta compartir una cadena de suministro ecológica, rápida y segura.
No hay mal que por bien no venga
Debido al calentamiento global, la ruta del Mar del Norte ya es transitable parte del año y en el futuro lo será durante todo el año. Y es el camino más corto entre China, Japón y otras grandes economías asiáticas, y Europa. El segundo trayecto marítimo del Ártico es el del norte de Canadá que podría remplazar a la ruta del Canal de Panamá. Esta es una de las razones de Trump para querer apropiarse de Canadá (nuevo estado estadounidense) y arrebatar Groenlandia a Dinamarca.
El Ártico se extiende a lo largo y lo ancho de 30 millones de kilómetros cuadrados, incluye 24 zonas horarias y tiene una población aproximada de 4 millones de personas, con más de 30 pueblos nativos y unos 10 idiomas distintos, ubicada en el norte del globo terráqueo, colinda con cinco países (Rusia, EEUU, Canadá, Noruega y Dinamarca).
Hace unos seis años y seis meses publicamos un artículo titulado ‘Cuando el hielo también es geoestratégico’. El Ártico está siendo más vulnerable al cambio climático de lo que se esperaba. El Ártico ha registrado la segunda cobertura total de hielo marino más baja medida hasta ahora. Que hasta el momento el Ártico se haya mantenido al margen de las convulsiones geopolíticas en el mundo puede dar una imagen engañosa. En realidad, Rusia actualmente ocupa instalaciones militares soviéticas que quedaron abandonadas con el colapso de la URSS. Y, por supuesto, EEUU está impulsando una estrategia de dominio y ocupación. Y no debemos olvidar que, para la superpotencia yanqui, cualquier avance económico siempre va acompañado de expansión militar, cual condición sine qua non.
Europa y China, la vía terrestre
Hasta el pasado 1 de septiembre, el puerto terrestre chino de Alashankou, también conocido como Paso de Alataw, un importante puerto en la región autónoma uigur de Xinjiang, en el noroeste de China, ha gestionado más de 5.000 viajes de trenes de carga China-Europa (vía Asia Central) en lo que va de este año 2025.
El puerto terrestre de Alashankou opera actualmente 125 rutas ferroviarias de carga entre China y Europa (Asia Central), las cuales cubren 21 países, incluidos Alemania y Polonia, y transportan más de 200 tipos de mercancías, desde vehículos hasta componentes de maquinaria.
Europa y China, relaciones de igualdad
Estados Unidos y Rusia han considerado el Ártico como su propio “patio trasero”, compitiendo por los recursos energéticos y reforzando sus despliegues militares en este espacio común internacional. Sin embargo, la “Ruta Polar de la Seda” rompe con disputas territoriales, enfrentamientos estratégicos y competencia por la explotación del petróleo y gas, y busca la cooperación y el desarrollo compartido.
Eduardo Madroñal Pedraza
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