Eugenio-Jesús de Ávila
Martes, 30 de Septiembre de 2025
COSAS MÍAS

Las críticas constructivas

[Img #102126]Eugenio-Jesús de Ávila

 

Los zamoranos, desde tiempo remotos, hemos perdido el tiempo con críticas sin ningún objetivo de convertirse en constructivas. Censuramos siempre para burlarnos del prójimo, ya sea político, periodista o gentes de la calle y, de vez en cuando, a un amigo o ex amante. Nunca nuestros juicios buscaron levantar un edificio que albergara el progreso, el desarrollo, la prosperidad colectiva de nuestra tierra. Jamás propusimos ideas con objetivos que contribuyeran a mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad.

 

Mis críticas periodísticas se dirigieron siempre a los políticos que causaron daño a Zamora, la inmensa mayoría, cuando, con inmenso poder, pudieron transformarla en geografía de gente buena, satisfecha y feliz. No los critiqué por ser de derechas o de izquierdas, todos felones de ideologías, quizá porque carecieron de una filosofía superior de la vida, sino por olvidarse de su tierra, su patria chica, de sus vecinos, de sus amigos, de los que nos quedamos aquí para morir. Nos traicionaron para no perder el chollo de ocupar escaño de diputado o senador, lo que les reportó salarios varias veces superiores a sus currículos profesionales. Sirvieron al amo, al que los engordaba en detrimento del pueblo que los apoyó en las urnas.

 

En mi vida social, tampoco utilizo la crítica por norma. Cuando pienso, aporto ideas, las doy, las regalo, no les ponga precio, porque quiero una Zamora más hermosa y atractiva. Alabo los proyectos que considero óptimos para mi ciudad y para mi provincia. Pero señalaré aquellas directrices que perjudiquen su estética y el desarrollo, causen daño al común y beneficien al individuo.

 

Y muestro mi admiración por los empresarios zamoranos que, saliendo de la nada, convirtieron sus deseos en realidad, crearon cientos de puestos de trabajo, vendieron el nombre de Zamora lejos de nuestra geografía, merced a la calidad de sus productos.

 

 

De mí no se esperen críticas que anhelen destruir, sino crear una Zamora mejor para todos, digna, más hermosa, fiel a la grandeza de su historia, envidiada por su patrimonio, loada por su acogida a los que vienen a disfrutarla y a trabajar en sus empresas. Destruir y odiar son los dos verbos que mejor conjugan los políticos. No entran en mi diccionario ideológico.  

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