El árbitro descabeza al Zamora CF en el minuto 2 al expulsar a Athuman

No recuerdo un solo partido de fútbol en la historia del Zamora CF en el que el cuadro rojiblanco se viese favorecido. Pero mi memoria tiene recuerdos de arbitrajes dañinos, de esos que buscan marcar las diferencias entre los que son más poderosos y los que son clase media. Esta tarde, en el Heliodoro Rodriguez, un colegiado, de cuyo nombre no quiero acordarme, le impidió al cuadro Sabas hacer su fútbol, demostrarle el cuadro canario su calidad. Porque pasado el primer minuto de juego, el ariete canario, partiendo de fuera de juego, encara el área zamorana, donde Athuman le empuja, una de tantas faltas que no se pitan. Pero había que destrozar al cuadro zamorano. Expulsión del keniano, uno de los hombres esenciales en defensa. Gracias a Fermín, que detuvo la ejecución de la pena máxima, el cuadro del Ruta de la Plata se fue rehaciendo dentro de un orden, porque aguantar 88 minutos, más lo del descuento, hoy nueve, acaba con cualquier conjunto. El robo de esta tarde no deja de ser una ucronía futbolística, lo que pudo haber sido y no fue.

Sabas dejó hoy en el banquillo a fijos como Ramos y Miki Concedió la banda izquierda en la zaga, a Merchán, el autor del gol del empate. Dos jugadores en la faceta de contención, Mario García y Mikel Lozano, se encargaron del trabajo de achique, mientras Márquez buscaba conectar con Eslava, Carbonell. Tras la expulsión, se fue a los vestuarios Loren Burón y entró Luismi.

Mario conecto un tremendo disparo que chocó con el exterior de la red. Minuto 6. Dominaba el Tenerife, pero sin que Fermín se encontrase en apuros. Hasta el minuto 47, cuando un error de Erik ocasionó el tanto local.

Hubo, ya en la segunda parte, una roja sobre Eslava, por una fuerte patada en la garganta. No hubo ni amarilla.

Tenerife no lo tenía claro, ante un Zamora rocoso y rápido. Así, nada más iniciarse la segunda entrega, tres cambios, mientras Sabas solo realizó el primer cambio en el 58. Sacó a Carbonell por Miki Codina, mientras Merchán pasaba al exterior zurdo.

El Zamora jugaba bien, sin delirios, pero el Tenerife no se hallaba a gusto, menos cuando Merchán agarró un gran disparo en el minuto 53 para establecer la igualada.

Empate. Había que aguantar contra 11 jugadores. Y se toleró el dominio local. Hasta el 81, cuando un rechace de Fermín lo empalaba Jesús de Miguel. Misión imposible.  Pero los rojiblancos no inclinaron la cabeza, no se humillaron. Fermín, desde la media rojiblanca lanzó numerosos balones al área canaria a ver si había suerte. Lo peor es que el tercero llegó en el 99, cuando el equipo de Sabas se buscaba la vida en el Heliodoro Rodríguez.

No soy profeta, pero un Zamora con 11 podría haber hecho muchísimo daño al líder intratable. Y admitamos que los árbitros jamás tomaron en consideración al cuadro rojiblanco a lo largo de su historia.

Fotografías: ZAMORA CF