Nuevo fiasco del Zamora CF: derrota, sin paliativos, en el Toralín (2-0)

Bochornoso partido del Zamora CF en El Toralín. Tras una primera media hora de dominio territorial, pero sin peligro sobre el marco berciano, el cuadro rojiblanco encajó un gol, minuto 36, tras un centro desde la derecha y remate, de cabeza, de Andoni López, libre de marca en el área chica. En la segunda mitad, la impotencia rojiblanca se enfatizó, aunque Sabas intentara con cambios cambiar el sino del encuentro. La Ponferradina, nada del otro mundo, pero muy agresiva y fuerte, sumó tres puntos aprovechando la nada futbolística rojiblanca en ataque y en defensa. No se sabe si el portero de la Ponfe, Jiménez, es bueno, malo regular, porque el Zamora jamás le exigió explicar su profesionalidad.

Hoy, en una primera mitad pasada por agua y con la presencia de unos 200 aficionados rojiblancos, Sabas se inclinó por jugar con un equipo con dos puntas, Carbonell, escorado a la izquierda, y Eslava, muy luchador, pero sin exhibir su peligro en el área rival. Colocó a Rufo como extremo, pero más atento a defender y colaborar con el lateral Sergi López, que a proyectarse por la banda derecha del ataque zamorano. Clavería y Markel Lozano, más cerca de la zaga propia, y Márquez ocuparon la medular.

Pero como he escrito, dominio hasta la primera media hora de juego, para después ceder a ímpetu local, basado en presionar y saques de banda sobre el área zamorana, que metió cierto miedo al Zamora. Pudo adelantar Márquez, en una falta desde 25 metros, que rozó el palo izquierdo. Y Rufo, que lanzó por encima del travesaño un rechace de un córner. Por cierto, los números lanzamientos de faltas laterales y saques de esquina resultaron infructosos.

El partido se equilibró hasta que llegó el tanto berciano, precedido, a mi parecer, de una clara falta a Clavería en la medular. Centro, sin oposición desde la diestra y cabezazo de Andoni López, sin marca en el área pequeña rojiblanca. Y ahí se acabó el cuadro de Sabas.

Quiso el Zamora CF empezar la segunda mitad como inició la primera, dominando y buscando el área rival. Sabas decidió realizar su primer cambio tras el paso por vestuarios. Salió Burón y se fue Sergi, con lo que Rufo ocupó el lateral diestro.

En el minuto 58, el Zamora CF ejecutó una primera acción de cierta calidad, con buena acción de Carbonell, centro y disparo lejos del marco berciano.

En el minuto 61, doble cambio en el cuadro rojiblanco, con entrada de Ramos y Sancho por Clavería y Márquez. El Zamora iba a jugar con dos arietes y dos extremos para buscar el empate. Borja Valle también entró en el cuadro local en sustitución de San Emeterio.

Pero no hubo ni una sola jugada de ataque inteligente, coordinada, ejecutada por los rojiblancos. La Ponferradina, a lo suyo, mantener el resultado y retener la pelota, sin más ambiciones de marcar un segundo tanto.

Algunas semioportunidades de la Ponferradina y nulidad en ataque del Zamora, salvo los quiebros y las ganas de Carbonell y la porfía de Burón, que jugó en la banda izquierda tras la entrada al campo de Sancho.

Sabas decidió sacar a Eslava del césped y conceder la oportunidad a Farrel. Minuto 75. Estévez también hizo lo propio dando salida a Vasco Sousa y Borja Vázquez por Andoni, lesionado, y Cortes. Y, finalmente, Romero entró por Rufo en el 81.

Y, cuando el Zamora exhibía su impotencia ofensiva, una jugada aislada local, con centro al segundo palo, cabezazo y remate, en el área chica de Xemi cerraba el partido con un tanto que cerraba un partido incalificable del cuadro de Sabas.

Corolario: una plantilla construida para jugar por el ascenso, se halla, en esta octava jornada más cerca del descenso que de los puestos de elite. El Zamora Cf carece de estilo, de saber a qué juega. En la temporada anterior, se jugaba bien al fútbol, aunque se perdiese sin merecerlo. Ahora se suman tres derrotas seguidas y merecidas. Exijamos tranquilidad a la propiedad.

E. Navascués de Zubiría