Miércoles, 22 de Octubre de 2025

Redacción
Martes, 21 de Octubre de 2025
ATENEO

El Ateneo es “mi p… casa”

Alfonso J. Vázquez Vaamonde

A todos los niños se nos dice que no se pueden decir palabrotas; menos aún blasfemias como algunas personas mayores, por ser ello propio de patanes violentos y por ser un pecado. En algunos tebeos aparecía la palabra” cáspita”, ridiculez que no decía nadie. Sólo se la oí decir a uno que además cambió el acento de sílaba y dijo “cáspita” produciendo general hilaridad. Se decía “caramba” ·y hasta “caray”, pero decir “me c… en diez” implicaba un reproche inmediato: “! que no te vuelva a oír decir eso!”. “Diez”, que era un eufemismo de “dios” se aproximaba a la blasfemia y mucho más si se decía “me c… en diola” separando las silabas.

 

Tendría seis o siete años más o menos y un chico mayor me dijo: “repite tapu muchas veces”. Lo hice y todos se rieron; “¡ay lo que dice!”. Es repetición sonaba como si la palabra tuviera las sílabas invertidas, pero yo desconocía esa palabra. Supuse que si preguntaba qué significaba habría más risas. Al llegar a casa el diccionario siguió confundiéndome: “mujer que se dedica al comercio de su propia carne”. ¿Qué pasaba por ser “?

 

Le conté lo ocurrido a mi padre. Me miró unos segundos y dijo “a ti te gusta que te acariciemos y también te gusta acariciarnos”. “Claro”, respondí; “le gusta a todo el mundo, pero hay personas que no tienen parientes a quien acariciar o que les acaricien y entonces le pagan dinero a una mujer para que les haga alguna caricia o para poder acariciarla ellos, pero eso no está bien”. Quedo claro lo del “comercio de la propia carne” y me dieron pena esas personas que no tenían a nadie que les acariciara. Claro que a mí a veces me acariciaban personas que eran amigos de mis padres cuando iba con ellos y nos encontrábamos y hasta tenía que darle un beso a alguna de sus amigas.

 

Hoy el límite entre grosería y no grosería ha bajado al tercer sótano. La primera grosería es hablar a gritos; la segunda lo que dicen o sus grafitis. Un día iba al colegio con mi hija que tendrías siete u ocho años; me dijo: “el que ha escrito eso además de mal educado no sabe ortografía”. Miré lo escrito en el muro: “cobrón”; no tenía acento en la a.

 

Ser patán o grosero revela tener un alma zafia y tosca. La discreción obliga al silencio ante ciertas groserías que eructan personas sin que les valga la disculpa de que “les guste la fruta”. Nadie decente las sentaría a su mesa y rechazaría su invitación. Y si coincidieran por razones sociales procuraría alejarse de ella para no verse forzado a darle la mano. Si alguien se la presentara.

 

Soy socio del Ateneo y me resulta insufrible la zafiedad mensual del actual ilegal presidente Luis Arroyo Luique en las Juntas Generales grita, impide el debate y llama sinvergüenza a los socios, pero se queja si le llamen violador porque viola la Ley de Asociaciones (LODA). A los maltratadores de mujeres también les molesta que les llamen maltratadores. El castellano es así de descriptivo. Al que fuma se le llama fumador. No sé si, al igual que Trump que esperaba el premio Nobel de la Paz él espera que algún Colegio de Abogados le dé la Cruz de S. Raimundo de Peñafort por violar la LODA. Sin duda sus padres le enseñaron de pequeño lo que se llamaba “urbanidad y buenas costumbres”. Si así fue, y no lo dudo, se confirmaría el refrán “se puede llevar a la mula al abrevadero, pero no conseguir que beba”.

 

Un reciente socio (52 años) dijo que se hizo socio tras ver en un programa de televisión al actual ilegal presidente Luis Arroyo comportarse como un “hooligan” frente a una persona cuyas ideas no compartía. ¿Ignora el inglés o el castellano? “Hooligan” se dice del futbolero alienado, violento y agresivo. Pero alegrémonos, ser socio del Ateneo le permitirá tratar con otros socios cultos, educados y que respetan la ley porque respetan a las personas; y ya se sabe que “todo se pega”.

 

En las redes sociales consta el intento del actual ilegal presidente de agresión física a un trabajador al que increpa: “quiero encender la p… luz de mi p… casa que está aquí arriba y me vas a dejar pasar y si no me vas a partir la cara antes de que venga la policía. Quiero abrir la p… luz de mi p… casa que está aquí arriba”, para terminar con una directa agresión verbal: “… pedazo de hijo de p…”.

 

En su haber hay otro delito de allanamiento de persona jurídica premeditado y, dice él, con unanimidad de la Junta de Gobierno, pero mentir no es la menor de sus habilidades. Al menos, dudo que una persona votara cometer ese delito de violación. De las demás me extrañaría menos.

 

Abogado. - Doctor en Química Industrial. - Secretario General “Centro de Estudios Ateneos”

 

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