ZAMORANO
¡A Claudio Antonio Moyano!
Francisco Iglesias Carreño
Ex-Presidente Colegio Oficial de Físicos de España
Es posible que haya sido uno de los ciudadanos [españoles] que, aunque de forma indirecta, pueda ser el que más influido, salvo otras aportaciones en contrario, en la plasmada conformación de la figura y arquetipo del español e incluso de “lo español”, como asimismo de lo que ahora, en estos momentos, tenemos todos (los unos, los otros y los demás, que por la comparecencia de hoy [30-10-2025] en el Senado, sí que parece que puedan existir “los demás” ) sobre/en/para/por/tras el “concepto de España” incluso también, y en superando por gradación aquello otro de lo discutido y/o lo discutible, el de “Nación Española”.
Fue Claudio Antonio en su momento, un niño que vino al mundo naciendo mientras su familia se desplazaba en viaje y/o posible traslado en busca de mayor seguridad y/o comodidad ambiental, a camino entre dos poblaciones ( distantes entre sí 11 km.), situación que, en lo improvisado del alumbramiento, aconteció por mor de las circunstancias circundantes completa y totalmente bélicas del momento, haciéndolo un día tal que el 30-10-1809, en unas condiciones campestres, que tuvieron que ser difíciles y complicadas, de lo que se presumen como coetáneas de amplia convivencialidad ruralidad de la época y en extremas ambientaciones de inseguridad sanitaria.
Ese mismo año, del 1809, a unos casi 50 km de donde había tenido lugar el alumbramiento de Claudio Antonio, en la fecha del 6-1-1809 (o sea el Día de Reyes), había tenido lugar la Batalla de Villagodio [-.- donde 800 voluntarios dirigidos por el Comandante Manso (D. Agustín), se enfrentaron a una brigada de caballería francesa-.- comanda por el General Pierre Maupetti -.-], pereciendo en la conflagración 130 y no pudiendo retornar a su ciudad de origen [Zamora] otros 370 por las lesiones producidas por el encuentro bélico y en la salvaguarda del cierre de las puertas de la ciudad (algunos heridos fueron izados con maromas por encima de las murallas). Cuando cuatro días después, el 10-1-1809, con la concurrencia de la artillería aportada por el General Pierre Belon Lapise, se produjo el bombardeo de la entrada en la ciudad (por la Puerta de San Pablo), entonces entraron los franceses superando, tras varias horas, las escaramuzas urbanas en los suburbios.
Ese mismo año del 1809 [entre el 24-11-1809 y 28-11-1809] , cuando Claudio Antonio tiene apenas unos días de existencia ( 25 días), a 70 km de su pueblo, en Alba de Tormes tiene lugar una confrontación entre el ejército francés (y/o de José I) dirigido por el General Kellermann con la fuerzas españolas comandados por el General Mendizabal e Iraeta (D. Gabriel), cuyas disposiciones tácticas han sido, ya posteriormente, valoradas en extremo, dando una presencialidad oficializada a la “Primera Batalla de Alba de Tormes”.
Tenía Claudio Antonio tres años de edad, en 1812, cuando en Cádiz, en la Isla de León, tiene lugar, a fecha del 19-3-1812, la aprobación de “La Pepa”, que después, con el paso del tiempo, tanto influiría en el futuro mundo de este niño.
En el mes de julio del año 1812, cuando apenas Claudio Antonio tiene apenas unos pocos meses más de edad, tiene lugar en las proximidades de su pueblo ( a una distancia entre 15 a 20 km) , el inicio de lo que es históricamente conocido como “La Marcha Paralela”. O sea el avance de dos ejércitos, en ambas riberas de río Guareña, donde el general, de origen irlandés, Arthur Wellesley (posterior Duque de Wellington) marcha con sus fuerza, establecidas en tres columnas paralelas, por la ribera derecha del río y el Mariscal Auguste Fréderic Louis Viesse Marmot por la ribera izquierda en dos columnas.
Tales ejércitos, que sumativamente suponían más de cien mil soldados, avanzan en “La Marcha Paralela”, observándose mutuamente, desde el inicio de las cercanía de Vallesa de La Guareña y Olmo de la Guareña, hacia la población de Cantalpino y enfilando a las proximidades de Los Arapiles, en lo que supondría un espectacular desfile intimidatorio de unos contendientes sobre otros y, en la forma/modo/manera, en que ya eran actuantes sobre y en el previo escenario de lo que sería después una descomunal batalla posterior (del estruendo de tal batalla está la anécdota acústica, cuando se descubre indicando: “cuyos cañonazos retumbaban dentro de la Plaza Mayor de Salamanca”, construida ya en 1729).
Otro si para la batalla de Morales de Toro (2-6-1813), a 40 km del pueblo de Claudio Antonio.
Claudio Antonio cuenta con 5 años de edad cuando, el día 22-3-1814, regresa a la península Ibérica “el Deseado” Fernando VII y 29 años cuando, el 29-9-1833, falleció este, dejando a su mujer, Dª María Cristina de las Dos Sicilias, como Regente de la futura Reina Isabel II, pudiéndose inferir, en un tal vez aproximativo, que ingresó en la universidad sobre el año 1830, o sea que estando en sus estudios universitarios se produce la promulgación del RDL de 30-11-1833 (donde se establecen las quince regionalidades españolas y sus, de entonces, cuarenta y nueve provincias asignadas ) y ya, a los 23 años, según algunos investigadores/relatores/eruditos, obtuvo el doctorado, para pasar, después de dos años del ejercicio de la abogacía, a trabajar como profesor de Universidad en el año 1835.
Claudio Antonio estuvo, entre otras serie de cargos y situaciones, como diputado a Cortes por Zamora (1843-1844; 1845) y por Toro (1847-1852) y después, ya en 1853, entró en el Gobierno, presidido por De Lersundi Hormaechea (D. Francisco) [ de 14-4-1853 a19-9-1853], como Ministro de Fomento (1º:1853); presidido por Narváez y Campos (D. Ramón) (2º: 1856-1857) y presidido por Arrazola García (D. Lorenzo) (3º: 1864). En todo momento gubernativo parece que llevo la cartera de Fomento, ello incidió en que, en el año 1857, posibilitara su conocida Ley de Educación, que es conocida como la adelantada de todas las leyes educativas españolas.
Claudio Antonio, era hijo de Moyano Tejada (D. Silverio) y de Samaniego Sánchez ( Dª. María Antonia), tal que podríamos decir, en atención a su saga familiar, que el niño que nació en medio del campo, entre las poblaciones de La Bóveda de Toro y de Fuentelapeña, responde a la nominación de Moyano Samaniego Tejada Sánchez (D. Claudio Antonio), el cual, y por su expreso deseo, fue enterrado “en su pueblo”, o sea, y en lo que asomó como su expresa voluntad, en Fuentelapeña. Ahora estamos en la 216 ocasión de la efemérides de su nacimiento.
Hablar de la Ley Moyano (de Educación), es retrotraernos a la enseñanza oficial establecida en España durante 123 años, en la que han sido miles y miles de ciudadanos españoles formados, con diferentes regímenes políticos que, aún así, mantuvieron la estructura general de la misma, dando por sí, y en gran medida, una idea formativa de continuidad, que fue sustituida por la Ley General de Educación o Ley Villar Palasí. Curiosamente, tanto una como la otra (que se desarrolló durante toda la Transición Política Española), mantuvieron en sus respectivos currículum el concepto de Nación Española, escenificando a las [15] regionalidades españolas y sus ya (después de 1927) 50 provincias, dando en los centros educativos de todo el territorio español, los gentilicios regionales atribuidos, incluso por la RAE, a todas y cada una de ellas.
Con tal y tan concreto aparataje, de la Ley Moyano (de un niño originario de la comarca zamorana de La Guareña, en la regionalidad leonesa de la Nación Española), los electores españoles, de la fecha del 6-12-978, votamos el texto de nuestra Constitución Española.
VALORIO 30-10-2025
Francisco Iglesias Carreño
Ex-Presidente Colegio Oficial de Físicos de España
Es posible que haya sido uno de los ciudadanos [españoles] que, aunque de forma indirecta, pueda ser el que más influido, salvo otras aportaciones en contrario, en la plasmada conformación de la figura y arquetipo del español e incluso de “lo español”, como asimismo de lo que ahora, en estos momentos, tenemos todos (los unos, los otros y los demás, que por la comparecencia de hoy [30-10-2025] en el Senado, sí que parece que puedan existir “los demás” ) sobre/en/para/por/tras el “concepto de España” incluso también, y en superando por gradación aquello otro de lo discutido y/o lo discutible, el de “Nación Española”.
Fue Claudio Antonio en su momento, un niño que vino al mundo naciendo mientras su familia se desplazaba en viaje y/o posible traslado en busca de mayor seguridad y/o comodidad ambiental, a camino entre dos poblaciones ( distantes entre sí 11 km.), situación que, en lo improvisado del alumbramiento, aconteció por mor de las circunstancias circundantes completa y totalmente bélicas del momento, haciéndolo un día tal que el 30-10-1809, en unas condiciones campestres, que tuvieron que ser difíciles y complicadas, de lo que se presumen como coetáneas de amplia convivencialidad ruralidad de la época y en extremas ambientaciones de inseguridad sanitaria.
Ese mismo año, del 1809, a unos casi 50 km de donde había tenido lugar el alumbramiento de Claudio Antonio, en la fecha del 6-1-1809 (o sea el Día de Reyes), había tenido lugar la Batalla de Villagodio [-.- donde 800 voluntarios dirigidos por el Comandante Manso (D. Agustín), se enfrentaron a una brigada de caballería francesa-.- comanda por el General Pierre Maupetti -.-], pereciendo en la conflagración 130 y no pudiendo retornar a su ciudad de origen [Zamora] otros 370 por las lesiones producidas por el encuentro bélico y en la salvaguarda del cierre de las puertas de la ciudad (algunos heridos fueron izados con maromas por encima de las murallas). Cuando cuatro días después, el 10-1-1809, con la concurrencia de la artillería aportada por el General Pierre Belon Lapise, se produjo el bombardeo de la entrada en la ciudad (por la Puerta de San Pablo), entonces entraron los franceses superando, tras varias horas, las escaramuzas urbanas en los suburbios.
Ese mismo año del 1809 [entre el 24-11-1809 y 28-11-1809] , cuando Claudio Antonio tiene apenas unos días de existencia ( 25 días), a 70 km de su pueblo, en Alba de Tormes tiene lugar una confrontación entre el ejército francés (y/o de José I) dirigido por el General Kellermann con la fuerzas españolas comandados por el General Mendizabal e Iraeta (D. Gabriel), cuyas disposiciones tácticas han sido, ya posteriormente, valoradas en extremo, dando una presencialidad oficializada a la “Primera Batalla de Alba de Tormes”.
Tenía Claudio Antonio tres años de edad, en 1812, cuando en Cádiz, en la Isla de León, tiene lugar, a fecha del 19-3-1812, la aprobación de “La Pepa”, que después, con el paso del tiempo, tanto influiría en el futuro mundo de este niño.
En el mes de julio del año 1812, cuando apenas Claudio Antonio tiene apenas unos pocos meses más de edad, tiene lugar en las proximidades de su pueblo ( a una distancia entre 15 a 20 km) , el inicio de lo que es históricamente conocido como “La Marcha Paralela”. O sea el avance de dos ejércitos, en ambas riberas de río Guareña, donde el general, de origen irlandés, Arthur Wellesley (posterior Duque de Wellington) marcha con sus fuerza, establecidas en tres columnas paralelas, por la ribera derecha del río y el Mariscal Auguste Fréderic Louis Viesse Marmot por la ribera izquierda en dos columnas.
Tales ejércitos, que sumativamente suponían más de cien mil soldados, avanzan en “La Marcha Paralela”, observándose mutuamente, desde el inicio de las cercanía de Vallesa de La Guareña y Olmo de la Guareña, hacia la población de Cantalpino y enfilando a las proximidades de Los Arapiles, en lo que supondría un espectacular desfile intimidatorio de unos contendientes sobre otros y, en la forma/modo/manera, en que ya eran actuantes sobre y en el previo escenario de lo que sería después una descomunal batalla posterior (del estruendo de tal batalla está la anécdota acústica, cuando se descubre indicando: “cuyos cañonazos retumbaban dentro de la Plaza Mayor de Salamanca”, construida ya en 1729).
Otro si para la batalla de Morales de Toro (2-6-1813), a 40 km del pueblo de Claudio Antonio.
Claudio Antonio cuenta con 5 años de edad cuando, el día 22-3-1814, regresa a la península Ibérica “el Deseado” Fernando VII y 29 años cuando, el 29-9-1833, falleció este, dejando a su mujer, Dª María Cristina de las Dos Sicilias, como Regente de la futura Reina Isabel II, pudiéndose inferir, en un tal vez aproximativo, que ingresó en la universidad sobre el año 1830, o sea que estando en sus estudios universitarios se produce la promulgación del RDL de 30-11-1833 (donde se establecen las quince regionalidades españolas y sus, de entonces, cuarenta y nueve provincias asignadas ) y ya, a los 23 años, según algunos investigadores/relatores/eruditos, obtuvo el doctorado, para pasar, después de dos años del ejercicio de la abogacía, a trabajar como profesor de Universidad en el año 1835.
Claudio Antonio estuvo, entre otras serie de cargos y situaciones, como diputado a Cortes por Zamora (1843-1844; 1845) y por Toro (1847-1852) y después, ya en 1853, entró en el Gobierno, presidido por De Lersundi Hormaechea (D. Francisco) [ de 14-4-1853 a19-9-1853], como Ministro de Fomento (1º:1853); presidido por Narváez y Campos (D. Ramón) (2º: 1856-1857) y presidido por Arrazola García (D. Lorenzo) (3º: 1864). En todo momento gubernativo parece que llevo la cartera de Fomento, ello incidió en que, en el año 1857, posibilitara su conocida Ley de Educación, que es conocida como la adelantada de todas las leyes educativas españolas.
Claudio Antonio, era hijo de Moyano Tejada (D. Silverio) y de Samaniego Sánchez ( Dª. María Antonia), tal que podríamos decir, en atención a su saga familiar, que el niño que nació en medio del campo, entre las poblaciones de La Bóveda de Toro y de Fuentelapeña, responde a la nominación de Moyano Samaniego Tejada Sánchez (D. Claudio Antonio), el cual, y por su expreso deseo, fue enterrado “en su pueblo”, o sea, y en lo que asomó como su expresa voluntad, en Fuentelapeña. Ahora estamos en la 216 ocasión de la efemérides de su nacimiento.
Hablar de la Ley Moyano (de Educación), es retrotraernos a la enseñanza oficial establecida en España durante 123 años, en la que han sido miles y miles de ciudadanos españoles formados, con diferentes regímenes políticos que, aún así, mantuvieron la estructura general de la misma, dando por sí, y en gran medida, una idea formativa de continuidad, que fue sustituida por la Ley General de Educación o Ley Villar Palasí. Curiosamente, tanto una como la otra (que se desarrolló durante toda la Transición Política Española), mantuvieron en sus respectivos currículum el concepto de Nación Española, escenificando a las [15] regionalidades españolas y sus ya (después de 1927) 50 provincias, dando en los centros educativos de todo el territorio español, los gentilicios regionales atribuidos, incluso por la RAE, a todas y cada una de ellas.
Con tal y tan concreto aparataje, de la Ley Moyano (de un niño originario de la comarca zamorana de La Guareña, en la regionalidad leonesa de la Nación Española), los electores españoles, de la fecha del 6-12-978, votamos el texto de nuestra Constitución Española.
VALORIO 30-10-2025



















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