IGLESIA CATÓLICA
Cáritas Zamora celebra 60 años de entrega y compromiso contra la pobreza
El 60 aniversario reúne a voluntarios, trabajadores, sacerdotes e instituciones en un homenaje a la entrega y la esperanza
Cáritas Diocesana de Zamora celebró ayer su 60 aniversario en un acto conmemorativo en el Teatro Ramos Carrión para agradecer la labor de sacerdotes, trabajadores, voluntarios y amigos de la entidad y representantes
institucionales, quienes han contribuido con la labor de Cáritas de lucha contra la pobreza y para con el desarrollo integral de los más necesitados durante todos estos años.
Juan Carlos López, delegado episcopal para la Delegación Episcopal de Cultura, Patrimonio y Sociedad, fue el encargado de comenzar y conducir la celebración, siguiendo con unas palabras del obispo de la diócesis de Zamora, Mons. Fernando Valera, quien recordó que "Cáritas representa a los preferidos de Jesús, y como dice el
Papa León, los pobres son el corazón de Dios y el lugar donde se nos examina en el amor".
El eje central de la gala fue la entrega de reconocimientos a la colaboración y el compromiso. El primero de todos ellos fue entregado a las instituciones y organismos públicos, en agradecimiento a su contribución con Cáritas. Recogieron las estatuillas en representación de sus respectivas instituciones Fernando Prada, delegado territorial de la Junta de Castilla y León; Javier Faúndez, presidente de la Diputación de Zamora; María Auxiliadora Fernández, concejala de Servicios Sociales, Igualdad y Salud Pública; Beatriz Asensio, alcaldesa de Benavente; y Ángeles Medina, alcaldesa de Toro.
El segundo bloque de agradecimientos estuvo dedicado a los sacerdotes y capellanes que acompañan la acción pastoral y social de Cáritas Diocesana de Zamora. Recogió la distinción en nombre de todos ellos D. Tomás Calero Aparicio, con 62 años de sacerdocio y actualmente párroco de Nuestra Señora del Carmen de Benavente, que contribuyó a la creación de Cáritas Interparroquial de Benavente en 1989.
El acto también reconoció la labor de los trabajadores de la entidad. Mª Dolores Oncalada fue homenajeada en representación de todos ellos por sus más de tres décadas en la organización: comenzó su andadura como monitora en la comunidad terapéutica "Proyecto Hombre", pasó por el equipo de Acción Comunitaria en la
atención y acogida a personas y familias necesitadas en las parroquias de la ciudad, y actualmente dirige la residencia "Virgen de Árboles", en Carbajales de Alba.
El último agradecimiento de la noche fue para los voluntarios, el auténtico corazón de Cáritas Diocesana de Zamora. Recogieron la estatuilla la voluntaria más veterana y la más joven de la organización: Francisca Lorenzo Estévez, "Paca" para todos, que lleva 44 años ofreciendo su tiempo y su corazón a quienes más lo necesitan; y junto a ella, Isabel Pascual García (21 años), que comenzó su camino en Cáritas hace apenas cinco
meses a través de la Escuela de Tiempo Libre "Azemur", colaborando en el Centro de Apoyo al Menor, y que supone el futuro del voluntariado.
Sesenta años de historia y esperanza
El acto conmemorativo culminó con el discurso de Ignacio Enríquez Sobrino, director de Cáritas Diocesana de Zamora, quien hizo un recorrido por las seis décadas de historia de la institución, desde su erección canónica el 5 de abril de 1965 hasta la actualidad.
"Actualmente, Cáritas Diocesana de Zamora cuenta con una plantilla de más de 320 trabajadores, y que según se recoge en la memoria de 2024 ha atendido a más de 10.000 personas distribuidas en los diferentes Centros y Programas que tiene actualmente", destacó. Subrayó además que la entidad "se ha ido reinventando y adaptando, y así seguirá en el futuro, gracias a tantas personas que siguen comprometidas, trabajando y colaborando con nuestra institución".
Enríquez quiso agradecer expresamente “el trabajo incansable de cada miembro de Cáritas, a los sacerdotes, religiosos y religiosas de vida consagrada, colaboradores, socios, donantes, empresas colaboradoras, trabajadores y, muy especialmente, a todos los voluntarios de esta gran familia. Gracias por vuestro trabajo y entrega, por responder a esa llamada de ser testigos del amor de Dios entre los hombres, y, especialmente entre los más pobres". Como dice el Papa Francisco en Encíclica “Fratelli Tutti”, apuntó, “nadie puede luchar solo, todos necesitamos de una comunidad, de alguien que nos ayude a vivir la vida".
Su discurso concluyó con el lema que ha guiado este año: “Mientras haya personas, hay esperanza”.
Cáritas Diocesana de Zamora terminó así el acto conmemorativo por su 60 aniversario, con un repaso agradecido al pasado de la entidad y también con la vista puesta en un futuro esperanzador, donde mantendrá su compromiso de mirar de frente la pobreza, con ojos conmovidos y dispuestos a buscar juntos un mundo más humano y justo.
Cáritas Diocesana de Zamora celebró ayer su 60 aniversario en un acto conmemorativo en el Teatro Ramos Carrión para agradecer la labor de sacerdotes, trabajadores, voluntarios y amigos de la entidad y representantes
institucionales, quienes han contribuido con la labor de Cáritas de lucha contra la pobreza y para con el desarrollo integral de los más necesitados durante todos estos años.
Juan Carlos López, delegado episcopal para la Delegación Episcopal de Cultura, Patrimonio y Sociedad, fue el encargado de comenzar y conducir la celebración, siguiendo con unas palabras del obispo de la diócesis de Zamora, Mons. Fernando Valera, quien recordó que "Cáritas representa a los preferidos de Jesús, y como dice el
Papa León, los pobres son el corazón de Dios y el lugar donde se nos examina en el amor".
El eje central de la gala fue la entrega de reconocimientos a la colaboración y el compromiso. El primero de todos ellos fue entregado a las instituciones y organismos públicos, en agradecimiento a su contribución con Cáritas. Recogieron las estatuillas en representación de sus respectivas instituciones Fernando Prada, delegado territorial de la Junta de Castilla y León; Javier Faúndez, presidente de la Diputación de Zamora; María Auxiliadora Fernández, concejala de Servicios Sociales, Igualdad y Salud Pública; Beatriz Asensio, alcaldesa de Benavente; y Ángeles Medina, alcaldesa de Toro.
El segundo bloque de agradecimientos estuvo dedicado a los sacerdotes y capellanes que acompañan la acción pastoral y social de Cáritas Diocesana de Zamora. Recogió la distinción en nombre de todos ellos D. Tomás Calero Aparicio, con 62 años de sacerdocio y actualmente párroco de Nuestra Señora del Carmen de Benavente, que contribuyó a la creación de Cáritas Interparroquial de Benavente en 1989.
El acto también reconoció la labor de los trabajadores de la entidad. Mª Dolores Oncalada fue homenajeada en representación de todos ellos por sus más de tres décadas en la organización: comenzó su andadura como monitora en la comunidad terapéutica "Proyecto Hombre", pasó por el equipo de Acción Comunitaria en la
atención y acogida a personas y familias necesitadas en las parroquias de la ciudad, y actualmente dirige la residencia "Virgen de Árboles", en Carbajales de Alba.
El último agradecimiento de la noche fue para los voluntarios, el auténtico corazón de Cáritas Diocesana de Zamora. Recogieron la estatuilla la voluntaria más veterana y la más joven de la organización: Francisca Lorenzo Estévez, "Paca" para todos, que lleva 44 años ofreciendo su tiempo y su corazón a quienes más lo necesitan; y junto a ella, Isabel Pascual García (21 años), que comenzó su camino en Cáritas hace apenas cinco
meses a través de la Escuela de Tiempo Libre "Azemur", colaborando en el Centro de Apoyo al Menor, y que supone el futuro del voluntariado.
Sesenta años de historia y esperanza
El acto conmemorativo culminó con el discurso de Ignacio Enríquez Sobrino, director de Cáritas Diocesana de Zamora, quien hizo un recorrido por las seis décadas de historia de la institución, desde su erección canónica el 5 de abril de 1965 hasta la actualidad.
"Actualmente, Cáritas Diocesana de Zamora cuenta con una plantilla de más de 320 trabajadores, y que según se recoge en la memoria de 2024 ha atendido a más de 10.000 personas distribuidas en los diferentes Centros y Programas que tiene actualmente", destacó. Subrayó además que la entidad "se ha ido reinventando y adaptando, y así seguirá en el futuro, gracias a tantas personas que siguen comprometidas, trabajando y colaborando con nuestra institución".
Enríquez quiso agradecer expresamente “el trabajo incansable de cada miembro de Cáritas, a los sacerdotes, religiosos y religiosas de vida consagrada, colaboradores, socios, donantes, empresas colaboradoras, trabajadores y, muy especialmente, a todos los voluntarios de esta gran familia. Gracias por vuestro trabajo y entrega, por responder a esa llamada de ser testigos del amor de Dios entre los hombres, y, especialmente entre los más pobres". Como dice el Papa Francisco en Encíclica “Fratelli Tutti”, apuntó, “nadie puede luchar solo, todos necesitamos de una comunidad, de alguien que nos ayude a vivir la vida".
Su discurso concluyó con el lema que ha guiado este año: “Mientras haya personas, hay esperanza”.
Cáritas Diocesana de Zamora terminó así el acto conmemorativo por su 60 aniversario, con un repaso agradecido al pasado de la entidad y también con la vista puesta en un futuro esperanzador, donde mantendrá su compromiso de mirar de frente la pobreza, con ojos conmovidos y dispuestos a buscar juntos un mundo más humano y justo.



















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