Domingo, 09 de Noviembre de 2025

Francisco Iglesias Carreño
Domingo, 09 de Noviembre de 2025
IEZ FLORIÁN D'OCAMPO

La [¿? In ¡!] Transición

[Img #103147]Andamos estos días, mírese si así es ello, incluso en el `si así´ más práctico e incluso óptimamente mediato, y aunque sea y solo por asomo/mención/cita, puede que  lo parezca o se asemeje, como el estar  “de prisa” [-.- y/o como que: de repente, y por extraños y raros vericuetos (¿ hasta de más y mejores memorias?) nos han metido/entrado/imbuido en ella: “la acelerante prisa” -.-], o tal vez  nos vemos (-.- los unos, ¡esos!, los otros, ¡aquellos!, y los demás, ¡el todo zurriburri!, -.-) como más raudos/celéricos/dinámicos que de costumbre.

 

Parece que estamos instando, por fas o por nefas, en ese impreciso del tal y tan amalgamico “todos” [-.- los de la foto ( que no se han movido), los de fuera de ella  (que están en otra onda) y el amplio resto (de los que `están a la que cae´) -.-], al objeto de encuadrar/enmarcar/perimetrar ya lo que algunos, y a su estilo y/o con sus cosechas de  aportaciones, que les puede haber hecho pasar por laboriosos momentos, hacia situaciones puede que, aunque sea tan sólo de soslayo,  presumiblemente hayan dicho.

 

O sea que tenemos, ¡y a la vez!, que ubicar/situar/posicionar, desde lo previo que pueda ser (¿ o el dónde situar el origen?) y hasta de lo presumible (¿indagando/sopesando/mensurando cual es la magnitud medible?) que podamos aventurar, y/o hasta colegir u lo que haga falta ( para estar en la pomada presencial de las intervenciones,interpretaciones y/o hasta de las elucubraciones), de  todo aquello que presumible, intuitiva e incluso imaginariamente (-.- todo se podrá andar en llegado el caso -.-),  con la formalización del sí  (de afirmación categórica) y/o en un tal vez (de interrogación plausible),  en todo lo que enfocamos/atisbamos/brujuleamos  para, y parece ser (¡hoy por hoy!, ya que el machadiano mañana no está, ¡ni con la IA!, aún escrito) al solo objeto/intención/premisa  de  valorar/enjuiciar/dimensionar hasta escenificar/ representar/traslucir lo que va, en/desde y con/por, todo aquello de “la transición”.

 

Tenemos ya, `de siete sobras es sabido´, que, en España como epígono y al uso de su matriarcal originaria plural Hispania, ha  habido muchas transiciones, ¡la tira de ellas!, siendo de todo tipo y pelaje, pero resulta que y, por mor de la propaganda (que causa activa y constatablemente su efecto), como expresión acomodaticia, más o menos de andar por casa y, a más y a mayores, por el hacer facultado por los mass media, resulta que,¡ y  a su vez!, se transforma en  histórica (-.- ya que fue aupada propagandísticamente por los mismos auto-intervinientes originarios -.-), nos ha venido siendo coloquialmente actuante, cual si fuera un regalo de la dolescente pubertad, cuasi infantil/juvenil, que sobrevive hasta la madurez y va camino de continuar, eso que se hace meollo envolvente de “la transición”. 

 

Inicialmente, lo de “la transición”, parece que era tal que supuesta “transición integral” y, desde la aducente recombinación ( o el `para el carro Magdaleno´), despues derivada sólo y escuetamente en “transición política”, que  comienza en un declinar en varios actos, cuasi teatralizado, por estricto término de su ciclo vital y/o fallecimiento del protagonista ulterior, que se enlaza adobadamente con `el acabamiento  y/o extinción´ de su régimen/sistema/dictadura directo (-.- que se adosa: [1º] tanto al de su propia persona y/o también, en su seguimiento,[2º] al del grupo/partido/status de apoyo, ¡de todo tipo!, que lo sostuvo) y el lapsus temporal, necesario y obligado que transcurra, hasta que se faculta un nuevo ambiente.

 

Tenemos pues, que esto de “la transición”, se puede  resolver, en un principio, con un memorándum de citas cronológicas, incluso también, en su obligada ayuda, datadas en formato periodístico, al estilo imitativo y uso discrecional del instructivo, y nunca ponderado con tanta excelencia, descomunal e impactante archivo (de 76.000 recortes) del ciudadano Dr. Linz Storch de Gracia (D. Juan José), o bien ir por otros derroteros, incluso por otros posicionamientos, de variado aparataje, que pudieran, y posiblemente en parte, no estar aún considerados, pues  sino posiblemente acontecería, es una opinión que apuntamos, el que se puede caer en la reiteración de `una verdad´, cuasi  prefabricada, o sea de `una verdad oficializada´, que navega como `ciudadanamente oficiante´, que  se reitera “ad infinitum” y que fuera de tal ambiente, lo cual indica la importancia del mismo, no tiene curso. 

 

Así  tenemos, y desde el lejos que podemos albergar aquellos meros ciudadanos [españoles] que solo, y casi escuetamente, estamos a las idas y venidas de nuestra simple acción lectora y/o navegadora por los libros y/o las publicaciones de la red, y otros publicaciones agenciadas, que en “la transición” contamos, y en principio, con: [1ª] Una “situación de cercanía y/o proximidad”, que estaría enmarcada entre dos fechas, pero también, en [2ª] Otra “situación de zoom”, en una visión de `observable físico´ (por ende interactivo) de mayor temporalidad, que obedecería a la propia nomenclatura que, casi de salida,  se le auspició y que posiblemente correspondería, queremos entender, al supuesto interés en llevarlo,  ¡incluso oficialmente!, ¿o no es así?, a término y hacerlo, sobre todo, en forma/manera/aplicación entera y completamente práctica. 

 

Lo precedente nos lleva hacia algunas interrogaciones que esbozamos. ¿De que es de lo que se transita?, ¿que impele a transitar?, ¿que se deja y que se coje en “la transición” ?, ¿que permanece en “la transición”?, ¿ de donde arranca la transición y en donde termina?. ¿Podría haber sido una transición integral?. ¿Tiene que ser solo algo estrictamente político?. ¿Tan solo y únicamente “la transición” esboza la mediatez de lo que acababa de extinguirse?, ¿acaso “la transición” proviene en atención  de otros albures más anteriores?. ¿Cuando se la debe dar, a “la transición”, por terminada? ¿Quienes oficializan y/o instauran el inicio y el final de “la transición”?. ¿Esto de “la transición” se hace con el Pueblo Español para después separarlo? ¿La construcción  de una democracia avanzada debe estar ligada a “la transición”? ... 

 

La situación, en una opinión estrictamente ciudadana que esbozamos, que arrancaría con ser algo sencillo, puede que, por su complejidad, no lo sea y da, en nuestra escueta observación ciudadana no profesional que reiteramos, para toda una serie de pre situaciones que, como hemos indicado anteriormente, pueden venir desde un tanto lejos. A las cuales, sus iniciadores, y con la premura, que se vivía en los entornos circundantes ( casi al borde umbraliano de: ¿que hay de lo mío?), que pudiera que por doquier se les echaba encima, tenían que, ¡ y sobre la marcha!, dar pronta y mediata respuesta, con escasa posibilidad de rectificación.

 

Es oportuno que, ¡y en esta vez!, se explique (en lo posible) y se argumente (en lo deseable) sobre lo que apareció, como la oficial fecha, del inicio de “la transición”, para que aquellas otras opiniones y/o comentarios, sobre la oficiante fecha, que navegaron, ¡ y aún navegan!, por las redes y otros soportes técnicos comunicativos, sobre las muy tempranas horas y momentos, de la madrugada del día 20-11-1975, en que intervinieron profesionalmente los galenos (embalsamadores), tras parece ser en habiendose notificada su aquiescencia a las con la interpretable opción de las 24 horas anteriores, entre ahora dentro de las posibles estimaciones que se podrían barajar. Ahora se dice, a través de la IA, lo siguiente:”Los embalsamadores fueron llamados a las 12 de la noche del 19 de noviembre de 1975 para comenzar el trabajo ….” 

 

O sea, si de las declaraciones públicas de los profesionales que procedieron al embalsamamiento del finado, y anterior Jefe del Estado, que indican: “.. dieron la operación por terminada y miraron el reloj: eran alrededor de las cuatro de la madrugada del 20 de noviembre. "Cuando lo embalsamé, llevaba varias horas muerto" (en declaración pública, aparecida en soporte periodístico, de uno de los cuatro Drs. intervinientes en la embalsamación), lo cual induce a señalar el comienzo de la transición en la data del día 19-11-1975, que, y a lo que parece, se trastoca a la del 20-11-1975, llevándolo a efecto, en lo que se pueda tan solo suponer, por un acuerdo político (¿?) o de otra especie(¿?).

 

Para el marco final de “la transición”, en lo respectivo a las cotas temporales, y en nuestra perspectiva ciudadana, que transcurre, entre las en la `expresión oficializada´, que parece que empezó como algo `un tanto oficiadamente´ (y/o a modo/forma/manera de autopropaganda), se han inclinado por la fecha del Referéndum Nacional del 6-12-1978, en desuso de la del 30-10-1978 (cuando la Constitución Española es aprobada por las Cortes Españolas), pero acontece que, desde nuestra observante opinión estricta y meramente ciudadana, al optar por tal y tan importante fecha, de lo cual no se pone en duda su alta trascendencia, se queda un margen de 23 días.

 

Son esos 23 días, del diciembre del año 1978, en que los ciudadanos [españoles], de todas y cada una de las [15] regionalidades [españolas], están aún oficialmente, ¡y  al mismo tiempo a-constitucionalmente!, viviendo cada uno de ellos, pero no oficialmente haciéndolo (-.- algunos mantenemos que ya, ¡y formalmente!, contaría con sus derechos cívicos/políticos /sociales e incluso haciéndolo desde el mismo dia 30-10-1978 -.-), y que son, en lo que se podría encuadrada y correctamente argumentar, como “no constitucionales” (en todo caso pre-constitucionales) y, por ende, pertenecientes “de facto”, y en propiedad completa, a “la transición”, lo cual impele, ¡y hasta obliga!, a situar la fecha del final de la misma en la data del 29-12-1978.

 

De lo anterior, nos parece deducir, y dentro solo de la consideración ciudadana y no profesional, que “la transición” se podría ajustar entre las cotas del 19-11-1975 y el 29-12-1978. Lo cual nos sitúa en una dimensionalidad temporal de 1136 días. En ese periodo, queremos apuntar como propuesta, tendríamos que ser observantes,  todos los ciudadanos [españoles], sobre lo que acontece, al paso de todos y cada uno de los días, a nivel ciudadano, desde la referenciación dual, o sea; [1º] Tanto en lo singular (como solo individuo) y [2º] Como en lo plural (en cuanto conformador de sociedades y/o grupos).

 

De la anterior observación, no podemos, en modo alguno alejar el resto de las circunstancias y situaciones concomitantes, así como ‘del vaivén’, más o menos institucional, y entre lo oficial y oficiante, en que “las Entidades” ( de las de “el antes” y reconvertidas,co “la Transición”, en las de “el después”, y los conciudadanos que estaban como actuantes operativos en ellas) se van (re)ubicando, al igual que en todo aquello que concierne a la propia Nación Española [-.- y su explícita cualidad dual con: {1ª}  Ser (de unicidad) y { 2ª} Estar (de soberanía) -.-] y el cómo de la forma/modo/manera en que adquiere situación, tanto en expresión como en  infraestructura de apoyatura, el nuevo  “Estado Español” (ya demcrático) y lohace desde el anterior e igualmente “Estado Español” (no democratico), y todo ello desde el englobamiento del acercamiento, cuasi de sopetón, al “Estado de Derecho Democrático” desde un previo “Estado de Derecho No Democrático”.

 

Se hace evidente, o así parece,  que “la transición” pasa, en el tiempo hacia atrás, más allá de los doce Gobiernos de Franco Bahamonde Salgado-Araujo y Pardo de Andrade (D. Francisco Paulino Hermenegildo Teodulo), presididos por él, además de los tres que, y en su mando de Jefe del Estado, fueron presididos por  Carrero Blanco Gutierrez Abascal (D. Luis), Fernandez-Miranda  y Hevia Gutierrez Álvarez (D. Torcuato) y Arias Navarro Mascaraque Colunga (D. Carlos). También de aquello otro del tiempo de  la Junta de Defensa Nacional [JDN], presidida por Cabanellas Ferrer Tapia Rittwagen (D. Miguel Manuel Virgilio Joaquín).

 

Como igualmente se podría suponer que también acontece con los veintiséis Gobiernos de las Presidencia de la II República de Alcalá-Zamora y Castillo y Torres de Bidaburu  (D. Niceto Salustiano Manuel) y Azaña Diaz-Gallo Catarinéu Muguruza (D. Manuel María Nicanor Federico), que estaban dirigidos por:  Lerroux García Rodriguez González (D. Alejandro) [6], el propio Azaña Díaz (D. Manuel) [5],  Martínez Barrio Galardo Gutierrez (D. Diego)[2], Chapaprieta y Torregrosa Fortepiani (D. Joaquín)[2], Portela Valladares Dios García (D.Manuel) [2], Largo Caballero Torija (D. Francisco)[2], Negrín López Cabrera Marrero(D. Juan) [2], Alcalá-Zamora y Torres (D. Niceto) [1], Samper Ibáñez  (D. Ricardo) [1],  Barcia Trelles Arango Graña (D. Augusto)[1] , Casares Quiroga Paz Moredo (D. Santiago)  y  Giral Pereira Cambronero González (D. José)[1]. A los que, y en alguna forma o modo, habría que añadir los diez Gobiernos de la II República (entre 1939 y 1977) en el exilio, presididos Negrín López (D. Juan), Giral Pereira (D. José), Llopis Ferrándiz Sala Barceló (D. Rodolfo),  de Albornoz y Liminiana (D. Alvaro),  Félix Gordón Ordás (D. Felix), Herrera Linares Ojeda Salanava (D. Emilio), Sánchez Albornoz y Menduiña Hurtado Jové (D. Claudio) y Valera Aparicio Alvarezde Sotomayor (D. Fernando).

 

Lo precedente presupone, guste o no guste y en sostenimiento de cualesquier otra opinión igualmente respetable, que se nos hace mediata, cuasi presente, la Constitución Española de 9-12-1931 y con ello, ¡y por ello!, la enmarcación inherente de la transicionalidad efectuada, desde tal y tan concreto documento constitucional, hacia el otro documento cercano del 6-12-1978, en atemperando lo indicado en el antecedente con lo mantenido en el subsiguiente, y en atención siempre, no sólo y únicamente a los escuetos propios ciudadanos [Españoles], también a su entorno y su ancestralidad ( de las sagas familiares y sus interacciones a lo largo del proceso histórico y, por ende, con las adscripciones territoriales de las [15] b-constitucionales regionalidades [españolas]. Léase a renglón seguido, a título de ejemplo, con los derechos de los ciudadanos y con los proclamados de los [15] Pueblos de España adquiridos y/o sobrevenidos al 9-12-1931 y, tras el 10-12-1948 (en la Declaración Universal de los Derechos Humanos),consolidados y sin olvido de que ya, muy anteriormente [ al 15-5-1891], estaba publicada la “De Condicionen Opificum”. Ello nos hace, como indicativo posible, que también el tiempo, si constitucional, de la II República incide en la ahora situación, de lo que parece ser, cual novedad, “la transición” en el formato actuante de “la constitucional Monarquía” [al 29-12-1978]. 

 

Llegado a este punto, es necesario, desde la base ciudadana [española], el situar, en el debate público, que también tenemos, con la idea/propuesta/embate de  “la transición”, la temática de la restauración monárquica, lo cual implica, entendemos que por ende, que al igual que se ha establecido una comparación con la II República y hacia su amplio ambiente, y se ha llevado a efecto en los contornos humanos y políticos en que la misma se ha ejercido/plasmado/efectuado, también parece seguirse, y con idéntica oportunidad, el que se haga con la  gobernanza de la centralidad en los momentos la Monarquía, y en el encabezamiento de la misma por el Rey Alfonso XIII [en todo su mandato].

 

Lo anterior precedente, efectuado procedimentalmente a semejanza, da  con ello, e igualmente, sobre y con los noventa y seis gobiernos que tuvieron lugar y ocasión en tal espacio de la gobernanza monárquica (de 1902 a 1931-.- en ampliación,con la minoría de edad entre 1886 y 1931-.-), incluyendo entre los mismos, los ocho presididos por  Primo de Rivera y Orbaneja y Sobremonte de Grandalla  (D. Miguel), los cinco de Berenguer Fuste Benimeli Ballesteros (D. Damaso) y el de Aznar y Cabanas y Segovia y Benavides  (D. Juan Bautista). Y en la salvedad de “los apósitos  referenciales”  de la Constitución [Española] de 30-6-1876, suspendida el 19-9-1923 y no restaurada después del 28-1-1930.

 

El posible recreacionismo sobre algunos de los eventos pasados, entre ello pudiera estar el de la última guerra civil, de los cuales no indicamos nada en contra de su explayación (total, completa y absoluta), puede que, en el fondo y a veces en la forma, esté acaso ocultando otras posibilidades o, y en un tal vez, puede que impidiendo, la comprensión general de toda la edad contemporánea española y sus dos asuntos claves, que asoman entre 1789 y 1808, o sea: [1º] La Nación Española (con su plenitud soberana de ciudadanía compartida y la integración en ella de sus [15] partes alícuotas) y [2º] El Estado Español ( con su adecuación plural), situaciones que en la que se puede, ¡y hasta obligadamente se debe!,  incidir con “la transición”.  

 

Estamos a que “la transición” sea, además de una expresión coloquial,una situación participada de todos los conciudadanos [españoles] miembros demuestra Nación Española,donde están integradas las[15] regionalidades [españolas], donde se ejerzan los principios,valores, postulaciones, mandatos, derechos y deberes constitucionles.

 

VALORIO 8-11-2025

 

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