Viernes, 14 de Noviembre de 2025

Ilia Galán Díez
Viernes, 14 de Noviembre de 2025
ECONOMÍA

Distribuir más pobreza

[Img #103347]Me sorprendió José María, el portero, con su máquina de café a un lado, cuando iba al garaje hacia mi bólido, cada vez más penalizado por impuestos, años y neoartefactos obligados, que el usuario ha de comprar, según se les ocurre a los directores circulatorios -todo carga sobre nuestros hombros, ya no va sobre ruedas-. Mi portero prefería tomar café por 18 céntimos, dejando de visitar la cafetería, pues desde que empezó la guerra entre Rusia y Ucrania ha subido al doble, dos euros, y así con buena parte nuestros productos de uso cotidiano, quietos los salarios. ¿Qué tendrá que ver con oriente el vino o el aceite? ¿Y la electricidad? Nos mienten, "incesante-mente". Acuerdos comerciales y políticos van generando general empobrecimiento y el desmoronamiento de la clase media. Ahora amenazan con impuestos nuevos contra los empobrecidos autónomos, y todo para que un gobierno inflado de puestos para mafiosos amigotes e infinidad de inútiles/as/is se lo gaste en estupideces o aberraciones. La pérdida de confianza de los aliados lo lleva al bloqueo, entre falsas promesas y asombrosa ineficiencia. Pero lo peor no ha llegado.

 

            Es un tópico destacar la necesidad de distribuir la riqueza de un modo más justo, para evitar los típicos abusos que propician tanto leyes como mercados; tal querían fomentar los antiguos socialistas. Los actuales lo que distribuyen es pobreza, triste miseria, como bien se ve en el último y aterrador informe de Cáritas.

 

            Y no se habla apenas del proyecto de liquidación del banco malo, que costaría 16.500 millones al contribuyente, el que se creó con la crisis para evitar el derrumbe bancario absorbiendo activos tóxicos de cajas de ahorros cuando reventó la burbuja inmobiliaria, con 6.000 millones de activos inmobiliarios y créditos a vender. Lo que realmente percibe el ciudadano es que las casas están por las nubes, aunque los techos han de cubrir a los habitantes y no ser inalcanzables: es un derecho fundamental poder tener hogar y los gobiernos, de nuevo, incumplen. Mientras, seguimos oyendo las brillantes cuentas de beneficios de los bancos actuales y la gentes ya no logran casa en las ciudades, conformadas con una simple habitación donde cobijarse, y nos quejamos porque la natalidad decrece... Salvaron las cuentas, los beneficios continuaron; la mayoría, empobrecida, pagará ajenos riesgos. Cuando el ministro ("popular") absorbió el ladrillo tóxico no pensaba en costes para los ciudadanos, sino hasta una rentabilidad del 15%, pero los números rojos no cesaron de crecer como hongos venenosos. El gobierno socialista quiso utilizar el banco malo con la pretensión de construir 55.000 pisos adicionales, pero no hay casas y los precios en las ciudades siguen subiendo mientras en las aldeas se desmoronan con trágico abandono.

 

            En Japón hay comercios que piden perdón por subir los precios, aquí sucede al contrario. Triste ejemplo es el de nuestro gobierno.

Ilia Galán Díez

Catedrático de Estética y Teoría de las Artes
Humanidades: Geografía, Historia y Arte
Universidad Carlos III de Madrid /Full Professor in Aesthetics and Theory of Art
Humanities Department: History, Geography and Art
Universidad Carlos III de Madrid

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