José Antonio Ávila López
Lunes, 17 de Noviembre de 2025
NOTAS DEL PENSAMIENTO

Responder con el cobarde «algo habrá hecho»

José Antonio Ávila López

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Vivimos sin duda tiempos épicos de cambio donde la frase de Thomas Jefferson “el árbol de la libertad debe regarse de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos” se materializa en episodios tan crueles y bárbaros como el ocurrido el pasado 10 de septiembre en los Estados Unidos, donde un radical y extremista de izquierdas asesinó a Charlie Kirk, un joven padre de familia de 31 años que ha dejado viuda y dos huérfanos, y simplemente por ser un patriota amante de la familia, defensor de principios y valores, y de firmes creencias cristianas, que opinaba y ejercía el derecho de la libertad de pensamiento y de expresión. Y si el asesinato en sí es terrible, más terrible es la reacción de muchos que parecen justificar este hecho criminal... Esto nos retrae a aquella época cercana, porque aún existen más de 300 asesinatos sin resolver y condenar en la que la banda de asesinos y terroristas de ETA, la izquierda separatista que se decía, mataba a guardias civiles, militares, policías, políticos y españoles de bien en general, y la reacción de parte de la sociedad vasca testigo de esos crímenes, era responder con aquel cobarde y cómplice “algo habrá hecho”. Aunque no son de extrañar estas reacciones, porque si vemos el eco mediático mundial ante muertes y conflictos en el mundo, el Este de Europa y Oriente Medio se llevan toda la atención. Pero los cientos de continuos asesinatos y masacres de cristianos en Nigeria y Congo por parte de yihadistas islámicos, apenas tienen repercusión. La verdad es que la deriva política de los Estados Unidos en los últimos años lleva a caminos un poco funestos, porque desde el fin de la Guerra Fría entre la soberbia y autocomplacencia de los llamados neoconservadores, y la sorpresa transformada en rabia de la izquierda que perdió su referente del paraíso socialista de la URSS, ha ido de mal en peor. Lo que sorprende, entre otras muchas cuestiones, es como la izquierda intelectual norteamericana ha denominado a parte de esos seguidores de Trump, de clase baja y socioeconómicamente marginada, y en su mayoría con rasgos étnicos blancos, como la llamada “white trash” o basura blanca, evidenciando un supremacismo intelectual de los zurdos (como gusta de llamar al Presidente argentino Javier Milei), que es extrapolable a otros países del mundo, y que se evidencia también en la frustración y rabia cuando pierden unas elecciones, tomando las calles y manifestándose... Esto, acuérdense, queridos lectores, ocurrió hace unos años en Andalucía con la victoria de lo que llamó la izquierda “trifachito” (PP, Ciudadanos y Vox).

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