1ª RFEF
El Zamora CF no juega esta sobremesa un partido más
Necesita sumar tres puntos como catarsis que limpie de malos rollos psicológicos la mente colectiva de la plantilla
E. Navascués de Zubiría
No es el partido de la sobremesa de este domingo uno más, sino decisivo para curar las heridas mentales que los últimos resultados y juego exhibido han abierto en la plantilla rojiblanca, muy toca psíquicamente. Los rojiblancos saben jugar al fútbol, porque lo han demostrado en otros equipos y también al inicio de esta Liga. Después una comida de coco colectiva, iniciada en la derrota, in extremis, ante el Real Avilés, después potenciada en Ponferrada y Pontevedra, llevaron a la ansiedad y a la depresión a todos los que piensan en el Zamora, desde la propiedad, a la afición, futbolistas y cuerpo técnico. Por estas razones, ganar hoy al Talavera sería como ingerir una pastilla de optimismo, de esas que curan el alma más que el cuerpo.
En Ferrol, se demostró que el Zamora no es inferior a ningún otro equipo, pero los imponderables, cierto gafismo, condujeron a la derrota. Aquel juego, aquel orden y la disciplina, más el sacrificio colectivo e individual deberán proyectarse esta tarde sobre el césped del Ruta de la Plata. Si los rojiblancos juegan como saben, sin acordarse de los malos momentos, de los errores cometidos, sumarán tres puntos, tan necesarios para alejarse de la quema y mirar hacia arriba en la tabla.
La afición también tiene un papel que jugar: olvidarse de pitar, de frases gruesas y animar, más si no salen las cosa como se desea. Los jugadores son los primeros que quieren ganar. Y no se me cuenten tonterías de que los rojiblancos no corren ni se esfuerzan. Yo no he visto a un solo jugador que se relaje, que pase de todo, que corra al trote cochinero como decía el gran José María García.
Ya sabemos que Carbonell no podrá jugar, por su doble amarilla y roja en Ferrol, ni tampoco el extremo con más experiencia entre los rojiblancos, Loren. Por lo tanto, Óscar Cano podrá jugar con un solo punta y dos extremos, los que hay disponibles: Sancho y Monerris, con Eslava de ariete, o formar también con Farrell arriba.
Supongo que volverá a jugar Ramos y Markel Lozano en la medular, con Márquez, que debería laborar por detrás de las puntas y no escorado a las bandas, porque en esa zona sus pases serían determinantes. Y el resto del equipo lo que considere menester el técnico granadino.
Hoy, hay que hacer la digestión en las gradas del Ruta de la Plata y tomarse tres puntos de merienda.
Fotografía: Esteban Pedrosa
E. Navascués de Zubiría
No es el partido de la sobremesa de este domingo uno más, sino decisivo para curar las heridas mentales que los últimos resultados y juego exhibido han abierto en la plantilla rojiblanca, muy toca psíquicamente. Los rojiblancos saben jugar al fútbol, porque lo han demostrado en otros equipos y también al inicio de esta Liga. Después una comida de coco colectiva, iniciada en la derrota, in extremis, ante el Real Avilés, después potenciada en Ponferrada y Pontevedra, llevaron a la ansiedad y a la depresión a todos los que piensan en el Zamora, desde la propiedad, a la afición, futbolistas y cuerpo técnico. Por estas razones, ganar hoy al Talavera sería como ingerir una pastilla de optimismo, de esas que curan el alma más que el cuerpo.
En Ferrol, se demostró que el Zamora no es inferior a ningún otro equipo, pero los imponderables, cierto gafismo, condujeron a la derrota. Aquel juego, aquel orden y la disciplina, más el sacrificio colectivo e individual deberán proyectarse esta tarde sobre el césped del Ruta de la Plata. Si los rojiblancos juegan como saben, sin acordarse de los malos momentos, de los errores cometidos, sumarán tres puntos, tan necesarios para alejarse de la quema y mirar hacia arriba en la tabla.
La afición también tiene un papel que jugar: olvidarse de pitar, de frases gruesas y animar, más si no salen las cosa como se desea. Los jugadores son los primeros que quieren ganar. Y no se me cuenten tonterías de que los rojiblancos no corren ni se esfuerzan. Yo no he visto a un solo jugador que se relaje, que pase de todo, que corra al trote cochinero como decía el gran José María García.
Ya sabemos que Carbonell no podrá jugar, por su doble amarilla y roja en Ferrol, ni tampoco el extremo con más experiencia entre los rojiblancos, Loren. Por lo tanto, Óscar Cano podrá jugar con un solo punta y dos extremos, los que hay disponibles: Sancho y Monerris, con Eslava de ariete, o formar también con Farrell arriba.
Supongo que volverá a jugar Ramos y Markel Lozano en la medular, con Márquez, que debería laborar por detrás de las puntas y no escorado a las bandas, porque en esa zona sus pases serían determinantes. Y el resto del equipo lo que considere menester el técnico granadino.
Hoy, hay que hacer la digestión en las gradas del Ruta de la Plata y tomarse tres puntos de merienda.
Fotografía: Esteban Pedrosa




























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