ORBE
El estado del mundo (22)
Después de la Segunda Guerra Mundial empezó la guerra fría entre dos bloques, los países capitalistas que formaron la OTAN y los países comunistas del Pacto de Varsovia, liderados por los EE. UU. y Rusia, respectivamente. Esta tensión entre los dos bloques acabó el 1990 con los acuerdos entre los dos líderes del momento, Gorbachov y R. Reagan, y la caída del Muro de Berlín. Actualmente, con la guerra de Ucrania y el genocidio de Gaza, la tensión internacional ha ido en aumento.
En unas declaraciones recientes, Trump dijo que había ordenado retomar las pruebas nucleares por el hecho que Rusia ya lo estaba haciendo, con Putin presumiendo de haber probado un super torpedo nuclear y un misil nuclear, de alcance ilimitado, capaz de llegar a cualquier lugar del planeta. Así que Trump quiere reiniciar las pruebas nucleares suspendidas hace 33 años, con el fin de la guerra fría. Si Trump cumple esta amenaza, entraremos en una nueva fase de la escalada nuclear con el peligro que esto supone para el planeta.
A la renuncia nuclear no solo se oponen las grandes potencias, EE. UU., Rusia y China, por motivos de predominio militar, sino que también las principales compañías eléctricas que no quieren renunciar a las ganancias que generan las centrales nucleares. En España, Iberdrola, Endesa y Naturgy, han pedido formalmente al Gobierno una prórroga para que la central nuclear d´Almaraz siga funcionando dos años más de su cierre previsto para el 2028. Es evidente que los intereses creados por los grandes beneficios económicos que generen las armas y las centrales se oponen a la renuncia nuclear. La codicia puede más que el bienestar de las personas.
Una prueba más de esto es que la gran banca española ha batido el récord de beneficios en los nueve primeros meses de este año 2025. Los seis mayores bancos han ganado 25.453 millones de euros, casi un 8% más que el año pasado. Los mejores resultados han estado para el Banco de Santander, seguido de CaixaBank y del BBVA. Los dirigentes de estos bancos, en 2024, también consiguieron unas remuneraciones récord, mientras la clase media va disminuyendo por el desplazamiento de muchas familias a la parte baja social.
Es un escándalo que en momentos en que las personas lo pasan mal, puesto que tienen dificultad para llegar a final de mes y para acceder a una vivienda, los bancos, y sus dirigentes, se aprovechan de esta situación. Recordemos que las entidades financieras fueron rescatadas con dinero público y, según el Banco de España, el coste para el Estado, descontando una pequeña parte recuperada, fue de 60.613 millones de euros que no han devuelto ni devolverán. En una pancarta se podía leer: “ Si el planeta fuera un banco, ya lo hubieran rescatado”.
Con una parte del dinero destinado a armamento nuclear y a las ganancias exageradas de las grandes corporaciones y de sus dirigentes, se resolverían los principales problemas globales: la pobreza, la contaminación y el cambio climático. Es una cuestión de voluntad política, el mundo necesita dirigentes con una visión global. Los cambios que tanta falta hacen requieren la cooperación de las principales potencias en lugar de aventurarse en una escalada nuclear de trágicas consecuencias. No nos podemos dejar arrastrar por la inercia de la autodestrucción, menos separación y más unión, todos vivimos en el mismo planeta.
Jordi Gas
Catedrático de matemáticas jubilado y exprofesor universitario
Después de la Segunda Guerra Mundial empezó la guerra fría entre dos bloques, los países capitalistas que formaron la OTAN y los países comunistas del Pacto de Varsovia, liderados por los EE. UU. y Rusia, respectivamente. Esta tensión entre los dos bloques acabó el 1990 con los acuerdos entre los dos líderes del momento, Gorbachov y R. Reagan, y la caída del Muro de Berlín. Actualmente, con la guerra de Ucrania y el genocidio de Gaza, la tensión internacional ha ido en aumento.
En unas declaraciones recientes, Trump dijo que había ordenado retomar las pruebas nucleares por el hecho que Rusia ya lo estaba haciendo, con Putin presumiendo de haber probado un super torpedo nuclear y un misil nuclear, de alcance ilimitado, capaz de llegar a cualquier lugar del planeta. Así que Trump quiere reiniciar las pruebas nucleares suspendidas hace 33 años, con el fin de la guerra fría. Si Trump cumple esta amenaza, entraremos en una nueva fase de la escalada nuclear con el peligro que esto supone para el planeta.
A la renuncia nuclear no solo se oponen las grandes potencias, EE. UU., Rusia y China, por motivos de predominio militar, sino que también las principales compañías eléctricas que no quieren renunciar a las ganancias que generan las centrales nucleares. En España, Iberdrola, Endesa y Naturgy, han pedido formalmente al Gobierno una prórroga para que la central nuclear d´Almaraz siga funcionando dos años más de su cierre previsto para el 2028. Es evidente que los intereses creados por los grandes beneficios económicos que generen las armas y las centrales se oponen a la renuncia nuclear. La codicia puede más que el bienestar de las personas.
Una prueba más de esto es que la gran banca española ha batido el récord de beneficios en los nueve primeros meses de este año 2025. Los seis mayores bancos han ganado 25.453 millones de euros, casi un 8% más que el año pasado. Los mejores resultados han estado para el Banco de Santander, seguido de CaixaBank y del BBVA. Los dirigentes de estos bancos, en 2024, también consiguieron unas remuneraciones récord, mientras la clase media va disminuyendo por el desplazamiento de muchas familias a la parte baja social.
Es un escándalo que en momentos en que las personas lo pasan mal, puesto que tienen dificultad para llegar a final de mes y para acceder a una vivienda, los bancos, y sus dirigentes, se aprovechan de esta situación. Recordemos que las entidades financieras fueron rescatadas con dinero público y, según el Banco de España, el coste para el Estado, descontando una pequeña parte recuperada, fue de 60.613 millones de euros que no han devuelto ni devolverán. En una pancarta se podía leer: “ Si el planeta fuera un banco, ya lo hubieran rescatado”.
Con una parte del dinero destinado a armamento nuclear y a las ganancias exageradas de las grandes corporaciones y de sus dirigentes, se resolverían los principales problemas globales: la pobreza, la contaminación y el cambio climático. Es una cuestión de voluntad política, el mundo necesita dirigentes con una visión global. Los cambios que tanta falta hacen requieren la cooperación de las principales potencias en lugar de aventurarse en una escalada nuclear de trágicas consecuencias. No nos podemos dejar arrastrar por la inercia de la autodestrucción, menos separación y más unión, todos vivimos en el mismo planeta.
Jordi Gas
Catedrático de matemáticas jubilado y exprofesor universitario




























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