Asesinar por creencias

Al principio el cristianismo lo único que estaba claro era que Cristo no había venido para crear un reino temporal contra los romanos sino a ser más clemente y meno capitalista que los judíos entre los cuales estaban los fariseos a los que Cristo echo a latigazos del templo y los apostrofó por preocuparse más por cobrar los impuestos que por enseñar a la gente a ser buenas personas. Los cristianos siguieron cobrando a los creyentes los mismos impuestos que los judíos.

Los diezmos eran un impuesto del 10 “% de producido sus tierras (Lev.27:30). Si lo pagaban en dinero tenían que añadirle el 20 % de su valor (Lev., 27;31) y al hacer pasar los animales que tenían en fila, tenían que dar el décimo y los múltiplos de diez, (Lev. 27:32) y así hasta que pasaran todos. Otro impuesto se llamaba de “primicias” que consistía en entregar una cesta con los primeros frutos de las siete cosechas de trigo, cebada, uvas, higos, granadas, aceitunas y dátiles (Deut. 8:8) frescos o secos si vivían lejos para que no se estropearan.

El asunto de si Cristo era o no hijo de Dios y si era Dios fue motivo de gran discusión. Unos decían que Cristo había sido engendrado por Dios padre desde su propio ser y por lo tanto era Dios por no tener principio; otros, su cabeza era el obispo Arrio, decían que había sido creado de la nada y por lo tanto tenía principio.

Durante la persecución de Diocleciano hubo sacerdotes que renegaron en público. Melecio dijo que no podían ser admitidos como clérigos a menos que no probaran suficientemente su penitencia. Pedro, el Patriarca de Alejandría estaba de acuerdo, pero otros eran menos exigentes. El Papa Alejandro desterró a Pedro a las minas, pero al volver del destierro mucha gente le siguió y se creó otra secta, la de los “melecianos”. Los demás, que eran mayoría y se llamaban “católicos” los declararon herejes y los excomulgaron 

En Nicea se discutía si Cristo tenía una doble naturaleza, humana y divina y que por tanto era verdadero dios y verdadero hombre. Los arrianos decías que, aunque Cristo había sido creado por Dios antes de todos los tiempos al haber sido creado no era dios. Arrio y los arrianos, que eran minoría, perdieron en la discusión y fueron condenados en Nicea, Fueron declarados herejes y excomulgados. Los godos que vinieron a España eran arrianos, pero Recaredo al ver que la m mayor parte de los cristianos de Hispania no eran arrianos se hizo “católico” para tener de su lado a la mayoría. Cuando los godos, que eran arrianos invadieron España vieron que la mayoría eran católicos. Entonces Recaredo se hico católico y con él todos los godos conforme al principio “cuius rex eius religio” (la religión que tenga el rey es la que hay que tener). Todo un ejemplo de “teología práctica”

Hubo otro grupo en torno a Donato, que ante el relajo de las costumbres dijo que solo los sacerdotes con una vida intachable podían administrar sacramentos, en particular hacer el milagro de convertir el pan y el vino en cuerpo y sangre de Cristo. También dijo que los pecadores no podían ser miembros de la iglesia, se llamaron “iglesia de los mártires” en recuerdo de los que no habían abjurado, aunque se les llamó “donatistas”, pero como la mayoría opinaba que si te hacían sacerdote la capacidad de hacer el milagro de la consagración era vitalicia. Esa minoría fue excomulgada

Otro grupo, el de los “paulistas” cuya cabeza era Pablo de Samosata” decía que en Dios sólo hay una persona divina; que Cristo es puro hombre, aunque nacido por obra del Espíritu Santo de María Virgen, que había recibido la sabiduría de Dios como los profetas, pero de modo más “eficaz”. Al ser minoría fueron excomulgados.

En su misma línea los “novacianos”, seguidores de Novaciano, considerado un antipapa, negaban que la iglesia pudiera admitir a los cristianos que abjuraran de su fe y a los que cometieron algún pecado mortal o se casaron dos veces. Fue un grupo que se llamó a sí mismo “cátaro” que significa “puro”. Eran minoría y fueron excomulgados. Se extinguieron en el s. VII.

La mayoría de las iglesias reformadas (protestantes) no cree en el milagro de convertir el pan y el vino en la carne y la sangre de Cristo, sino como un recuerdo de la-última cena; ni en la virginidad de María ni que la confesión al sacerdote perdona los pecados, sino directamente Cristo único que sabe si nos arrepentimos de verdad. Felizmente ya no nos asesinamos por esas creencias, pero aún queda gente dispuesta a hacerlo como disculpa para robar al que no se deje robar en paz.

León XIV quiere conmemorar los 1700 años del concilio de Nicea citando la epístola a los Efesios: “un solo señor, una sola fe, un solo bautismo” (Ef., 4,5). Creo en su buena fe, pero es un lema peligroso; tomado al pie de la letra permite asesinar.

Los EEUU cometieron un genocidio con los americanos. Putin hace lo que puede en Ucrania. La disculpa moderna es la “patria” y “el dinero”, pero aún hay gente que asesina por razones religiosas: los judíos sionistas llevan un siglo con su genocidio de palestinos. Como hace muchos siglos su Dios les ordenó un genocidio para robarles la tierra a los que vivían en ella y les salió bien quieren repetirlo y les va saliendo bien. Lo dice la cuarteta: “vinieron los sarracenos / y nos molieron a palos / que dios no ayuda a los buenos / cuando los que hay más son malos”

Abogado. - Exsecretario del Ateneo de Madrid. - Secretario General “Centro de Estudios Ateneos”.