NOCTURNOS ERÓTICOS
El amor es salud
¡Ay qué sería del amor si solo fuera sexo y el placer que provoca! ¡Ay que sería de la Humanidad si el hombre no gozase en la cópula con la mujer! ¡Ay que sería del hombre si no necesitará de las féminas para jactarse de la potencia de su sexo!
Cuando me enamoré de una dama, jamás pensaba en yacer con ella sobre un lecho de nubes o en una cama de poemas. Me bastaba con disfrutar de la belleza de su rostro, de sus miradas, del tono de su voz, de sus ideas y gestos, de su talento y elegancia. Si la pasión nos vinculaba, ambos buscaríamos el hedonismo que nace de fundir nuestros cuerpos para elevarnos por encima de la vulgaridad, de lo material, hasta alcanzar la gloria divina.
El amor, si es tal, te transforma por dentro, embellece tu esencia. Cuando te enamoras, te cambia la mirada, sonríes al despertar, cualquier gesto de tus manos, de tu cuerpo, posee duende.
El amor te enroca para evitar que te dé un jaque cualquier enfermedad. Quien ama profundamente, goza de salud, porque el mal solo alcanza al que se inhibe de querer a otra persona, al que no se nutre de pasión. Si no amas, sufres. Si no amas, envejeces antes, te vas muriendo más deprisa.
El amor es salud, porque actúa de catarsis del alma, que enferma cuando no lo siente.
Eugenio-Jesús de Ávila
¡Ay qué sería del amor si solo fuera sexo y el placer que provoca! ¡Ay que sería de la Humanidad si el hombre no gozase en la cópula con la mujer! ¡Ay que sería del hombre si no necesitará de las féminas para jactarse de la potencia de su sexo!
Cuando me enamoré de una dama, jamás pensaba en yacer con ella sobre un lecho de nubes o en una cama de poemas. Me bastaba con disfrutar de la belleza de su rostro, de sus miradas, del tono de su voz, de sus ideas y gestos, de su talento y elegancia. Si la pasión nos vinculaba, ambos buscaríamos el hedonismo que nace de fundir nuestros cuerpos para elevarnos por encima de la vulgaridad, de lo material, hasta alcanzar la gloria divina.
El amor, si es tal, te transforma por dentro, embellece tu esencia. Cuando te enamoras, te cambia la mirada, sonríes al despertar, cualquier gesto de tus manos, de tu cuerpo, posee duende.
El amor te enroca para evitar que te dé un jaque cualquier enfermedad. Quien ama profundamente, goza de salud, porque el mal solo alcanza al que se inhibe de querer a otra persona, al que no se nutre de pasión. Si no amas, sufres. Si no amas, envejeces antes, te vas muriendo más deprisa.
El amor es salud, porque actúa de catarsis del alma, que enferma cuando no lo siente.
Eugenio-Jesús de Ávila





















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