E. Navascués de Zubiría
Domingo, 07 de Diciembre de 2025
1ª RFEF

El Zamora CF rescata un punto, de penalti, ante un Castilla exquisito y superior (2-2)

La escuadra de Arbeloa ha sido el mejor conjunto que pasó por el Ruta de la Plata en las últimas temporadas. Empatarle, gran mérito de los rojiblancos

E. Navascués de Zubiría

 

Solo el Real Madrid Castilla, un equipo superior, esculpido por Arbeloa, que debería hacer carrera como técnico, y el árbitro, un tipo de Asturias desquiciante en sus decisiones, casi todas en contra de los rojiblancos, jugaron esta tarde en el Ruta de la Plata. El Zamora CF no compareció. Ahora bien, mérito extraordinario que empatasen un encuentro en el que jamás sus jugadores controlaron el balón. Pero los rojiblancos marcaron en el minuto 4, producto de una falta lateral que ejecuta Ramos y remata, sin dejar parar la bola, Márquez para batir al gigantesco pivot-portero castillista, y empataron de penalti, también obra del exquisito jugador andaluz, a falta de un minuto para el tiempo reglamentario. A partir del tanto del Zamora, Castilla robó la pelota y jugó y jugó y jugó. Una portentosa fábrica de generar fútbol. Algo nunca visto en el Ruta de la Plata en tiempo. Me parecía al Barça de Xavi, pero sin Messi ni Iniesta. Insisto: como conjunto extraordinario. Lo cargo en la cuenta de su entrenador. Nadie destaca en el aspecto individual en el filial madridista, pero, como conjunto, me ha parecido excelso.

 

Confieso que los partidos que he visto, por televisión, del filial madridista jamás encontré tal derroche de buen fútbol. Solo hay un problema que debería resolver Arbeloa: la falta de profundidad, cierta extrema lentitud en labores ofensivas y falta de un ejecutor en el área.

 

Cano formó con un once que causó sorpresa, porque Clavería fue el elegido para jugar de central diestro, mientras Luismi lo hacía en el centro de la zaga. Como carrilero, después de una larga lesión, Burón, que aportó clase y calidad, por cierto, expulsado en el minuto 79 por doble amonestación. En la punta, Carbonell, y en el pasillo izquierdo Monerris.

 

Como comenté con anterioridad, a partir del minuto 4, gol rojiblanco, ya solo jugó el Castilla mientras el Zamora intentaba abortar el vendaval de fútbol madrileño. Pocas ocasiones que resolvió con magisterio Fermín, aclamado por la afición, en dos intervenciones prodigiosas en dos minutos, un disparo y un cabezazo a la base del poste derecho, cuando el partido entraba en el ecuador de la primera mitad.

 

Del Zamora CF, solo anoto un tiro, desviad, de Carbonell, en el minuto 42. Y nada más. Solo intentar detener el caudal de fútbol azul, una labor de enorme esfuerzo.

 

En la segunda mitad, primer cambio de Arbeloa. Dos minutos después, primer gol castillista, obra de Yáñez, que resolvió un barullo en el área rojiblanca. El fútbol fue justo con el cuadro madrileño.

 

A partir de ese tanto, el dominio del Castilla se intensifica, buscando el cierre del partido, si bien el Zamora intentó alguna contra, como una ocasión clarísima, en jugada de Merchán que lanza a puerta, para que detenga, sin problemas Fran, cuando Carbonell estaba sin marca en el área. Un pase al ariete podría haber significado el primer gol rojiblanco.

 

El técnico granadino buscó una metamorfosis en su equipo. Y se le ocurrió dar entrada a Eslava en sustitución de Carbonell y a Sergio López, que pasó ocupar el carril diestro, por Monerris. Loren Buján cambiaría de banda.

 

Buscó más el campo rival el cuadro rojiblanco en este periodo de la segunda mitad, pero sin ocasiones claras. El Castilla seguía a lo suyo, pero sin poner en peligro la meta de Fermín. Hasta que fruto de su fabricación de fútbol, Cestero resolvió otro enredo multitudinaria en el área rojiblanca para adelantar al cuadro de Arbeloa.

 

 Para colmo de males, expulsión de Burón por doble amarilla. Minuto 79. El Zamora tuvo que jugar con diez hombres ante la máquina azul los 11 minutos del tiempo reglamentario y otros 10 de propina arbitral. Empatar el choque se me antojaba ya como alcanzar la utopía.

 

Con anterioridad, entró al césped Mario García en sustitución de Clavería, que cumplió en una posición que no es la suya. Diez minutos después, Farrell sustituyó a Carlos Ramos.

 

El Zamora CF, no obstante, todavía creyó en rescatar un punto. Sucedió en el minuto 88. Una posible mano en el área castillista la reclamó la escuadra rojiblanca. El colegiado acudió al VAR. Señaló la pena máxima y Márquez, con maestría, engañó a Fran para empatar el choque. Enorme mérito, más aguantar a las legiones de Arbeloa los diez minutos de prolongación. Se sumó un punto, fruto extraordinario en un partido en el que el Zamora no jugó, no porque se negara, sino porque no se lo consintió una fábrica de elaborar fútbol.

 

Fotografías: Esteban Pedrosa

 

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