La denuncia de Patricio Cuadra: un llamado a la humanidad en la Justicia

En una situación que ha generado indignación tanto en el ámbito jurídico como entre ciudadanos, el abogado Patricio Cuadra, defensor de causas en Zamora y Salamanca, ha denunciado públicamente lo que considera una grave falta de humanidad por parte del juez titular del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia nº 4 de Zamora. Según su relato, el magistrado rechazó suspender unas actuaciones procesales a pesar de que el letrado acababa de sufrir un ictus que lo dejó parcialmente paralizado y hospitalizado.

Cuadra explica que, tras ser ingresado de urgencia, presentó en dicho juzgado el justificante hospitalario que acreditaba su situación. Aun así, el juez dictó una providencia indicando que “no había lugar a la suspensión” y que debía presentar las preguntas por escrito. Para el abogado, esta respuesta no solo carecía de fundamento legal, sino que también revelaba una preocupante ausencia de empatía hacia una persona que acababa de sufrir una enfermedad grave.

El letrado recuerda que la ley procesal establece claramente que las actuaciones deben suspenderse por causa de enfermedad grave. Aun así, el juez consideró que un ingreso hospitalario por ictus no constituía un motivo suficiente. Cuadra relata con ironía y desconcierto el absurdo de la situación: “¿Cómo te hago las preguntas por escrito si tengo el lado derecho del cuerpo paralizado? ¿Con la mano izquierda? ¿Pido en el hospital una impresora y una red para enviártelas?”.

Este caso contrasta con la reacción de otros juzgados en los que Cuadra también tenía actuaciones pendientes. Tanto en Zamora como en Salamanca, explica, se procedió a suspender todos los señalamientos de manera inmediata al recibir el justificante médico. Por ello considera que la “extravagancia procesal” fue exclusiva del juzgado nº 4, cuya decisión, asegura, va en contra de la lógica, de la ley y de la humanidad básica.

Ante lo sucedido, el abogado presentó una queja formal ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Aunque, por el momento, no ha recibido respuesta, ya cuenta con el justificante de registro de la reclamación. Incluso afirma haber invitado al magistrado a mantener una conversación personal para aclarar la situación, gesto que, según confiesa, no espera que sea correspondido.

Cuadra insiste en que no busca un enfrentamiento, sino una reflexión sobre cómo deben actuar quienes administran justicia. Para él, exigir a un abogado recién ingresado por un ictus que continúe trabajando como si nada hubiese pasado constituye una falta de humanidad difícil de justificar, más aún en una fecha tan simbólica como el Día de los Derechos Humanos.

Respecto al procedimiento afectado, explica que la actuación procesal finalmente tuvo que suspenderse, ya que los denunciados citados no acudieron. Una vez tenga el alta definitiva, notificará a los juzgados para retomar su actividad habitual. Sin embargo, considera necesario visibilizar lo ocurrido para evitar que situaciones semejantes se repitan.

El abogado concluye señalando que, aunque cada persona puede equivocarse, la empatía y la humanidad no deberían ser opcionales en la administración de justicia. A su juicio, la actuación del juez del juzgado número 4 no fue ni lógica ni normal, y espera que la queja ante el CGPJ sirva para que se valore este tipo de decisiones con el rigor y la sensibilidad que merecen.