NOCTURNOS ERÓTICOS
Soñé que me amabas, soñé que era Dios
Werther del Duero
He soñado que te amaba, que yacía contigo sobre un lecho de amapolas y violetas y yo eyaculaba un arco iris con solo seis colores. He soñado que estaba confinado, que no podía salir de casa, que me lo habían prohibido unos señores muy malos, porque circulaba por ahí un virus muy feo que te contagiaba de desamor.
He soñado que te dejé de querer, porque no se puede amar a quién no se conoce. He soñado que te besaba y que mi lengua se pegaba a tu paladar, que me sabía a chicle de fresa y nata, y tu lengua acariciaba mis dientes que tenían forma de venus y cariátides. He soñado que existías, porque yo te amaba.
Al alba, desperté entre tus muslos. Olías al aroma de los claveles en noches de verano. Trepé por tu vientre para encaramarme a tus senos. Desde su valle, hollé tus pezones para lamerlos. Me supieron a miel de azahar. Y de las cumbres de tu cuerpo, descendí a la sima de tu boca. Mordí tus labios de frambuesa, los mojé con mi lengua para añadirles almíbar de ambrosía. Y soñé que yo era Dios.
Werther del Duero
He soñado que te amaba, que yacía contigo sobre un lecho de amapolas y violetas y yo eyaculaba un arco iris con solo seis colores. He soñado que estaba confinado, que no podía salir de casa, que me lo habían prohibido unos señores muy malos, porque circulaba por ahí un virus muy feo que te contagiaba de desamor.
He soñado que te dejé de querer, porque no se puede amar a quién no se conoce. He soñado que te besaba y que mi lengua se pegaba a tu paladar, que me sabía a chicle de fresa y nata, y tu lengua acariciaba mis dientes que tenían forma de venus y cariátides. He soñado que existías, porque yo te amaba.
Al alba, desperté entre tus muslos. Olías al aroma de los claveles en noches de verano. Trepé por tu vientre para encaramarme a tus senos. Desde su valle, hollé tus pezones para lamerlos. Me supieron a miel de azahar. Y de las cumbres de tu cuerpo, descendí a la sima de tu boca. Mordí tus labios de frambuesa, los mojé con mi lengua para añadirles almíbar de ambrosía. Y soñé que yo era Dios.




















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