Dulces amargos

¿En qué mundo vivimos? ¿Qué engaños nos hacemos viviendo en él?

Dentro de unos días cantaremos con nuestros hijos o nietos pequeños aquellos villancicos infantiles: “…eu non sei que vou levar / cando vaya a ve-lo neno (bis) / levarei meu corazón / que é o mellor de canto teño ;…”; o el que dice en  vascuence “Hator, hator, mutil, etxera / Gaztaina ximelak jatera / Gabon gaua ospatutzeko / Aitaren ta amaren ondoan” (Ven, ven, chico, a casa / A comer castañas asadas / Para celebrar la nochebuena /Junto a papá y mamá), o el castellano más imaginativo “pero miran como beben los peces en el rio / pero mira como beben por ver a dios nacido (bis)” o el catalán de  “ha nascut un minyonet/ ros i blanquet (bis)/ fill de la verge María  ….” Y así en docenas de idiomas por los privilegiados, nosotros, la noche de Navidad comiendo y bebiendo mucho o poco y disfrutando todo lo que podamos.

Todos necesitamos olvidarnos al menos una noche la vida más o menos perra de la que nos quejamos a diario, “tirando la casa por la ventana” aunque no haya nada en ella a fin de mes, o ni siquiera haya casa ni hijos esqueléticos muertos la víspera. Lo dijo la “frutera” que preside la comunidad de Madrid de los mayores asesinados en las residencias durante la pandemia.

Raquel, de UNRWA, me dice que el afán de Sajed (once años) recién huérfano gracias a los judíos sionistas genocidas invasores de Palestina es lograr agua para sus hermanos pequeños. Quizá sea fácil ver como “beben los peces en el rio / por ver al dios nacido” pero para Sajed y sus hermanos es una tarea vital; de ella depende vivir un día más si, además, logran comer.

Nafia, de 92 años y con demencia senil, murió sola cuando los soldados del ejército judío sionista genocida se “defendía” de ella prendiendo fuego a las casas que había bombardeado para quemar a quienes seguían vivos bajo los escombros. Ni sus hijos, ni nietos “comerán con ella castañas asadas en navidad”. Pienso, su demencia senil le privo del sufrimiento mental. La frutera también dijo “total se iba a morir”. La diferencia es que yo no pude evitar esa muerte.

Según la ACNUR del Sudán han huido más de cuatro millones de personas por la guerra; ¿para robarles qué? Muchas morirán por el camino como hicieron los EEUU con los indios en el S XIX. Otras llegarán al Chad, Egipto, Sudán del. Sur Etiopía Libia la República Centroafricana y Uganda, a miles de kilómetros. Aunque ninguno es “ros y blanquet ni fill de la verge Maria” la ACNUR nos pide 18 €/mes, 25 €/mes, 36 €/mes u otra cantidad; mayor o menor. Aunque todos “total se van a morir” de nosotros depende que vivan otro día; aun en condiciones que ninguno soportaría ni tres días seguidos. ¡Pruebe a pasarlos! Será toda una experiencia.

Tateh Lehbib, “loco del desierto” es su apodo, es una de las muchas víctimas de Juan Carlos I. Lo vendió a su indecente congénere Hassan II como el ganado que se vende con la finca; pero el Sahara no era su finca. Así pagó así los EEUU la marcha verde que ellos organizaron. Así le reconocerle como “rey fascista democrático”. ¿Pueden los triángulos tener cuatro lados? Sus otras indecencias son como las de Koldo y Ábalos: “dinero y mujeres”, aunque sean “más finas”. Pues bien, ese loco ha construido viviendas con botellas de plástico usadas llenas de arena. Son aislantes del frio y el calor y protegen de las tormentas de arena. “Dareilhe o meu corazón que é o melhor de canto teño”. ACNUR nos pide menos; menos aun que un café al día; a cambio aun lo desgravaremos de Hacienda.

Leo: “la Iglesia en España, una gran inmobiliaria libre de impuestos ahorra del orden de 12.000.000.000 €”. Ni el IVA paga de lo que cobra para que veamos lo que nos robaron, como la Mezquita de Córdoba. “¿Fondos buitre?”. Son “fondos paloma”. Uno de sus jubilados vive en un “modesto” apartamento de 400 m². Su “fondo palomo” denuncia, ¿con cinismo?, los abusos de la vivienda. Otro pide lo que no practican: elecciones anticipadas. Es tan cómico como que lo pida Corea del Norte.

“Que se los coman las arañas”, decía de esa gente una amiga de mi mujer. Denunciarlos es la única opción, aun soportando sus desmanes: los de Palestina, del Sahara, del Sudán, etc.: sus asesinatos “legales” de lanchas sin verificar si llevaban droga; los robos que ese criminal del Caribe difunde en directo con impunidad y aun entre aplausos. Tenemos otra opción: ayudar a ACNUR, a la UMRWA, a Médicos sin fronteras y a otras ONG decentes, no a los “fondos paloma”. Hagámoslo; no por el egoísmo de la desgravación sino para que los dulces de estas navidades no nos sepan tan amargos.

Abogado. - Exsecretario 1º Ateneo de Madrid. - Secretario General “Centro de Estudios Ateneos”.