El Zamora CF despide 2025 con otra victoria inapelable y esencial en Guadalajara: (2-3)

E. Navascués de Zubiría

Tras su tercera victoria a domicilio, hay aficionados, no sé si muchos o muy pocos, que afirman que el Zamora CF tiene todavía mucho que mejorar. En efecto. Yo, también, y no digamos el Ser Supremo. Todo quisque se halla en potencia de mejorar en su labor y trabajo. De acuerdo. Solo sé que hoy derrotó a un equipo duro, rocoso, agresivo y decidido a sumar tres puntos para dejar de oler al fuego eterno del infierno futbolístico. Y recuerdo que, tras la derrota en Ferrol, el panorama resultaba poco alentador, no negro, pero sí grisáceo.

Ahora bien, reconozco que siempre los aficionados sufrimos en los últimos instantes. Debe ser que los rojiblancos gustan que nuestros corazones se fortalezcan de aquí al final de la temporada.

Óscar Cano decidió que Eslava volviera a la titularidad después de varios partidos entrando en los tramos finales de diferentes partidos, en detrimento de Carbonell. Cerca del ariete, Farrel -enorme partido-, pero más escorado a la izquierda, más en la segunda mitad. Y, como se preveía, Sancho volvió a actuar de carrilero. El tercer tanto del cuadro rojiblanco evidencia el potencial del extremo. En el minuto 89, se fue por piernas de la defensa morada para ocasionar el gol que cerraba el partido. Portentoso. Gran descubrimiento del técnico granadino.

La primera mitad me pareció ingrata, poco vistosa, con mucha pérdida de balón y falta de tomar la propiedad la pelota por parte de Markel, Carlos y Kike. No obstante, registro dos paradones del cancerbero alcarreño a disparos de Márquez y Farrell, un tremendo disparo a la base del poste izquierdo de Athuman, más un claro penalti a Márquez que el árbitro, tras revisar el VAR, despreció.  También Guadalajara pudo marcar, pero Fermín forma parte del once titular rojiblanco. Lo demostró en el minuto 15, con estirada a ras de césped. También lanzó un disparo al larguero el equipo local. La primera entrega se cerró con una acción de Salifo Mendes, que pilló la espalda a los centrales, para lanzar junto al poste, desviado. Por cierto, desde el minuto 35, granizada tremenda sobre el Pedro Escartín, que dejó el césped en pésimo estado.

La segunda parte fue otra cosa. El Zamora tomó el mando del partido. De tal manera, en el minuto 46, tras un saque de esquina, ejecutado por Ramos, se produce un barullo imponente en el área alcarreña, que resolvió Merchán. También se revisó en el VAR. El cuadro rojiblanco casi no tuvo tiempo de disfrutar de su ventaja en el marcador, porque, nada más sacar de centro, la zaga no acierta a despejar y la pelota se queda, en el área pequeña para que Salifo, creo que en orsay, remate a puerta vacía.

Supo encajar el mandoble el equipo de Cano, que compró la bola y empezó a imponer su fútbol de toque y balones a las bandas, donde Farrell, por la izquierda, y Sancho, por la diestra, creaban peligro en el área local.

Como Athuman tenía ya una amarilla, el técnico rojiblanco decidió sacarlo del campo para dar entrada a Erik Ruiz, que llevaba muchos partidos sin disfrutar de la pelota. También se fue Eslava, que apenas toco pelota, y entró Carbonell, muy dinámico, entendiéndose a la perfección con Farrell que comenzó su exhibición defensiva. En el minuto 64, gran jugada individual del galés, pero un defensa evita el remate de Sancho en el último instante.

El técnico Pere Martín realizó sus primeros cambios, ante el cariz que estaba tomando el partido, en el minuto 65, cuando dio oportunidades a Moreno y Álvarez, que entraron por Neskes y Samu Mayo. Pero consiguió su objetivo, porque el Zamora desarrolló su mejor fútbol, hilvanando buenas acciones. En el 72, tras sacar un córner, la pelota se queda en los pies de Márkel, que no supo que hacer, perdiendo una gran oportunidad de marcar. No obstante, en le 80, otro saque de esquina, botado por Ramos y brutal cabezazo de Luismi.

Cañizo entraría por Martínez en el 84. El que fuera ariete rojiblanco pudo marcar, de cabeza, en el 88, pero su remate salió desviado.

Y llegó el minuto 89, cuando Sancho se por velocidad de dos defensas para centrar. Carbonell no acierta en el remate, pero porfía y centra, de forma magnífica, al área chica, donde Farrel, con la testa marca el tercer tanto rojiblanco. El partido parecía cerrado. Cano, para evitarse problemas de última hora, dio entrada a Mario García, que salto al campo por el delantero galés. Pero, de nuevo, el Guadalajara pilló a la zaga del Zamora CF adelantada, y a Carbonell es unos metros cuadrados impropios de su capacidad futbolística. De tal manera, no acierta a despejar y Pablo Muñoz marca a placer en el minuto 97, de los diez que concedió el colegiado que, por cierto, no me gustó nada.

Después Márquez, en gran jugada de Carbonell quiso ajustar tanto la pelota que su disparo se fue desviado. Hubiera sido el cuarto gol rojiblanco.

Convengamos, con esos aficionados críticos, tiquismiquis, que el Zamora de Cano todavía tiene muchas cosas que mejorar. Al respecto, creo que el PSG de Luis Enrique, campeón de Europa y de la Intercontinental, también. En la vida siempre estamos en potencia de, nunca en acto. Eso es cosa de Dios.

Fotografías. Zamora CF