El sistema de Óscar Cano, temible en ataque y flojo en defensa estática

E. Navascués de Zubiría

Me gusta el Zamora CF de Óscar Cano. En ataque me parece eléctrico y profundo por las bandas y con excelencia en los centros al área a balón parado, lo que se denomina fútbol estático, clave en una categoría protagonizada por la igualdad. Ahora bien, la escuadra rojiblanca también sufre a balón parado, porque se pierda la visión de la pelota y se conceden segundas o terceras jugadas al adversario. No acontecen estas cuitas cuando el rival realiza juego dinámico, porque los tres hombres de la zaga, los centrales, impiden que se llegue con claridad para disparar sobre el marco de Fermín, que interviene siempre con acierto en una o dos oportunidades que evidencias que, bajo palos, es el mejor cancerbero del grupo A.

El técnico granadino ha cambiado el sistema de su equipo. Una vez que conoció al plantel que confeccionó David Vizcaíno, toma una decisión esencial: fortalecer la parte central de la cobertura, si bien perdió la titularidad Erik Ruiz, el central que más había brillado durante la dirección de Juan Sabas. El vasco me sigue pareciendo un zaguero imprescindible, pero Cano prefiere a un central como Miki Codina que posee también un valor ofensivo excelente. Los dos carrileros, otra de las novedades, vinculada a los tres centrales, me parece otro hallazgo importante, porque Sancho y Merchán se desdoblan con mucho peligro y profundidad.

Pasemos a la medular: la pareja Márkel Lozano – Carlos Ramos ha alcanzado una gran sintonía, máxime cuando conectan con Kike Márquez, en su mejor momento desde que llegó al Zamora CF. Las únicas dudas que me genera el equipo de Cano las encuentro en la delantera, porque los dos hombres fichados para aterrorizar a las defensas rivales todavía no han encontrado la portería contraria, aunque ambos realizan una gran labor para que otros compañeros, los que llegan sin esperar al área rival, goleen.

Ahora bien, el sistema ha descubierto a otro excelente delantero que marca o, si no lo hace, genera mucho fútbol, como es Farrell, que, ante el Guadalajara cuajó una segunda entrega extraordinaria. Y, dado que la esperanza es lo último que se pierde, espero que en 2026 tanto Carbonell como Eslava se reencuentren con el gol.

Y, a la vuelta de las vacaciones, aguarda el Arenas de Guecho, equipo complicado en su campo, pero que baja lejos de Vizcaya. Esos tres puntos en juego auparían ya al Zamora CF a posiciones de privilegio. Los rojiblancos no deberían temer la famosa cuesta de enero.

Fotografías: Zamora CF (Sancho, en una internada en campo del Guadalajara)