ZAMORANA
Feliz Navidad
Por no ir contracorriente, me sumo a la inmensa mayoría de gente que, en estos días navideños, movidos por la costumbre, utilizan cualquier medio para comunicarse con aquellas personas, ya sean familiares, amigos, vecinos o conocidos, para desearles toda suerte de felicidad y los mejores augurios para el año que va a comenzar.
No seré yo quien rompa esta costumbre, aunque me suene un poco a palabras un tanto vacuas si no van acompañadas de una estrecha relación que se cuide a diario. El nacimiento de Cristo, que es la excusa que muchos utilizan para festejar unas vacaciones de invierno, con profusión de comilonas y excesos, debe significar, ante todo, el mensaje de paz que el nacimiento de un niño trajo a la tierra; una paz hoy más necesitada que nunca, por enfrentamientos continuos y las guerras que no cesan, pero también por una crispación creciente en el mundo, de la que nuestro país no es ajeno.
Estos días deberíamos reflexionar sobre el sentido de la Navidad y a la hora de pedir deseos para el nuevo año, que entre ellos esté la cordialidad, la benevolencia y la educación para aquellos que nos rodean. ¡A ver si, tanto en las instituciones políticas, como en la sociedad que vivimos, se llega a un entendimiento entre diferentes, con la educación y la cordura que nunca debieron faltar en las relaciones entre todos! ¡A ver si la magia de la Navidad llega en forma de amor, coherencia, responsabilidad y respeto!
Mª Soledad Martín Turiño
Por no ir contracorriente, me sumo a la inmensa mayoría de gente que, en estos días navideños, movidos por la costumbre, utilizan cualquier medio para comunicarse con aquellas personas, ya sean familiares, amigos, vecinos o conocidos, para desearles toda suerte de felicidad y los mejores augurios para el año que va a comenzar.
No seré yo quien rompa esta costumbre, aunque me suene un poco a palabras un tanto vacuas si no van acompañadas de una estrecha relación que se cuide a diario. El nacimiento de Cristo, que es la excusa que muchos utilizan para festejar unas vacaciones de invierno, con profusión de comilonas y excesos, debe significar, ante todo, el mensaje de paz que el nacimiento de un niño trajo a la tierra; una paz hoy más necesitada que nunca, por enfrentamientos continuos y las guerras que no cesan, pero también por una crispación creciente en el mundo, de la que nuestro país no es ajeno.
Estos días deberíamos reflexionar sobre el sentido de la Navidad y a la hora de pedir deseos para el nuevo año, que entre ellos esté la cordialidad, la benevolencia y la educación para aquellos que nos rodean. ¡A ver si, tanto en las instituciones políticas, como en la sociedad que vivimos, se llega a un entendimiento entre diferentes, con la educación y la cordura que nunca debieron faltar en las relaciones entre todos! ¡A ver si la magia de la Navidad llega en forma de amor, coherencia, responsabilidad y respeto!
Mª Soledad Martín Turiño


















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