Laura Rivera defiende la negociación con los bomberos y rechaza bloqueos o discriminaciones
La concejala de Personal del Ayuntamiento de Zamora, Laura Rivera, compareció este lunes en rueda de prensa para responder a las declaraciones realizadas por el colectivo de bomberos de Zamora, que días atrás denunciaron supuestos bloqueos en la negociación laboral y un trato discriminatorio respecto a otros cuerpos municipales.
Rivera quiso iniciar su intervención aclarando que el actual equipo de gobierno, formado por Izquierda Unida en coalición con el PSOE, “no ha eliminado ningún derecho consolidado de los trabajadores municipales”, subrayando que, por el contrario, se han recuperado ayudas sociales, estabilizado empleo temporal, ampliado la conciliación laboral y promovido la mayor oferta pública de empleo de los últimos años.
En relación directa con los bomberos, la concejala explicó que en la última reunión sindical se presentaron cinco reivindicaciones consideradas “irrenunciables” por el colectivo. De ellas, dos ya cuentan con acuerdo, dos están pendientes de cuantificación técnica y una queda aplazada a la futura Relación de Puestos de Trabajo (RPT).
Entre los acuerdos ya alcanzados, Rivera destacó el reconocimiento del solape de guardia, con 30 minutos al final de los turnos de 24 horas, y la retribución de funciones de categoría superior que desempeñan los cabos cuando asumen tareas de jefatura, una práctica que —recordó— se aplica al resto de empleados públicos del Ayuntamiento.
Otros puntos, como la valoración económica de los refuerzos de guardia o la reducción de jornada equivalente a la del resto de funcionarios, están pendientes de informes técnicos y cálculos económicos. “No hay un no rotundo, hay estudios en curso y propuestas encima de la mesa”, insistió.
La concejala diferenció entre horas extraordinarias, vinculadas a emergencias imprevistas, y refuerzos de guardia, necesarios para garantizar mínimos en un servicio esencial como el de bomberos. Rivera rechazó que exista una imposición arbitraria por decreto y recordó que el propio acuerdo regulador establece la voluntariedad anual para integrarse en las bolsas de refuerzos.
“No es justo decir que el alcalde obliga sistemáticamente”, señaló, añadiendo que, cuando se producen emergencias reales, “los bomberos acuden de manera ejemplar, sin mirar retribuciones ni turnos”, algo que quiso reconocer expresamente.
Rivera mostró su preocupación por las cifras de refuerzos mencionadas por los representantes sindicales —hasta 40 al año—, ya que, de confirmarse, podrían indicar un problema de dimensionamiento del servicio. En ese caso, se comprometió públicamente a estudiar la ampliación de la plantilla, siempre que lo permitan los presupuestos y las tasas de reposición estatales.
“Si el problema es estructural, la solución no puede ser cargar indefinidamente sobre los mismos trabajadores”, afirmó.
La concejala también respondió a las críticas sobre la atención a municipios del entorno de Zamora, recordando que la no renovación del convenio con la Diputación Provincial estuvo motivada por desacuerdos económicos y que, como resultado, se creó un nuevo parque de bomberos provincial con 15 nuevos puestos de trabajo, algo que consideró positivo para el empleo público en la provincia.
Rivera defendió que las negociaciones laborales deben desarrollarse “con respeto y sin enturbiar el diálogo con declaraciones públicas”, aunque reconoció el derecho de los trabajadores a expresar su malestar. Negó ser un obstáculo personal en la negociación y aclaró que nunca afirmó que el Ayuntamiento fuera a recurrir una sentencia judicial sobre el desglose de nóminas, sino que se limitaría a estudiarla jurídicamente.
Para concluir, la concejala reiteró su doble compromiso: continuar negociando hasta alcanzar acuerdos justos y garantizar la igualdad de trato entre todos los empleados municipales, teniendo en cuenta las especificidades de cada servicio.
“La voluntad de acuerdo existe. No estamos ante un conflicto irreconciliable, sino ante una negociación compleja que requiere rigor técnico y respeto mutuo”, concluyó.
La concejala de Personal del Ayuntamiento de Zamora, Laura Rivera, compareció este lunes en rueda de prensa para responder a las declaraciones realizadas por el colectivo de bomberos de Zamora, que días atrás denunciaron supuestos bloqueos en la negociación laboral y un trato discriminatorio respecto a otros cuerpos municipales.
Rivera quiso iniciar su intervención aclarando que el actual equipo de gobierno, formado por Izquierda Unida en coalición con el PSOE, “no ha eliminado ningún derecho consolidado de los trabajadores municipales”, subrayando que, por el contrario, se han recuperado ayudas sociales, estabilizado empleo temporal, ampliado la conciliación laboral y promovido la mayor oferta pública de empleo de los últimos años.
En relación directa con los bomberos, la concejala explicó que en la última reunión sindical se presentaron cinco reivindicaciones consideradas “irrenunciables” por el colectivo. De ellas, dos ya cuentan con acuerdo, dos están pendientes de cuantificación técnica y una queda aplazada a la futura Relación de Puestos de Trabajo (RPT).
Entre los acuerdos ya alcanzados, Rivera destacó el reconocimiento del solape de guardia, con 30 minutos al final de los turnos de 24 horas, y la retribución de funciones de categoría superior que desempeñan los cabos cuando asumen tareas de jefatura, una práctica que —recordó— se aplica al resto de empleados públicos del Ayuntamiento.
Otros puntos, como la valoración económica de los refuerzos de guardia o la reducción de jornada equivalente a la del resto de funcionarios, están pendientes de informes técnicos y cálculos económicos. “No hay un no rotundo, hay estudios en curso y propuestas encima de la mesa”, insistió.
La concejala diferenció entre horas extraordinarias, vinculadas a emergencias imprevistas, y refuerzos de guardia, necesarios para garantizar mínimos en un servicio esencial como el de bomberos. Rivera rechazó que exista una imposición arbitraria por decreto y recordó que el propio acuerdo regulador establece la voluntariedad anual para integrarse en las bolsas de refuerzos.
“No es justo decir que el alcalde obliga sistemáticamente”, señaló, añadiendo que, cuando se producen emergencias reales, “los bomberos acuden de manera ejemplar, sin mirar retribuciones ni turnos”, algo que quiso reconocer expresamente.
Rivera mostró su preocupación por las cifras de refuerzos mencionadas por los representantes sindicales —hasta 40 al año—, ya que, de confirmarse, podrían indicar un problema de dimensionamiento del servicio. En ese caso, se comprometió públicamente a estudiar la ampliación de la plantilla, siempre que lo permitan los presupuestos y las tasas de reposición estatales.
“Si el problema es estructural, la solución no puede ser cargar indefinidamente sobre los mismos trabajadores”, afirmó.
La concejala también respondió a las críticas sobre la atención a municipios del entorno de Zamora, recordando que la no renovación del convenio con la Diputación Provincial estuvo motivada por desacuerdos económicos y que, como resultado, se creó un nuevo parque de bomberos provincial con 15 nuevos puestos de trabajo, algo que consideró positivo para el empleo público en la provincia.
Rivera defendió que las negociaciones laborales deben desarrollarse “con respeto y sin enturbiar el diálogo con declaraciones públicas”, aunque reconoció el derecho de los trabajadores a expresar su malestar. Negó ser un obstáculo personal en la negociación y aclaró que nunca afirmó que el Ayuntamiento fuera a recurrir una sentencia judicial sobre el desglose de nóminas, sino que se limitaría a estudiarla jurídicamente.
Para concluir, la concejala reiteró su doble compromiso: continuar negociando hasta alcanzar acuerdos justos y garantizar la igualdad de trato entre todos los empleados municipales, teniendo en cuenta las especificidades de cada servicio.
“La voluntad de acuerdo existe. No estamos ante un conflicto irreconciliable, sino ante una negociación compleja que requiere rigor técnico y respeto mutuo”, concluyó.
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